Patria

Desafección, esa es la palabra que mejor define mi sentir cuando pienso en eso que llaman –en un concepto cerrado y nacionalista- patria.

Siempre me había considerado una persona muy rica, pues mientras algunos presumían de su españolidad o catalanidad, yo podía presumir a mi manera de eso y de mucho más. Pues en contra de lo que dice ese mantra o frase que “uno no es de donde nace, sino de donde pace”, esa no es la realidad. La realidad, mi realidad, es que todos y cada uno de nosotros/as somos lo que somos en función de donde nacimos, vivimos o pacimos, y de quien o quienes nos hicieron, y es por ello que siempre me he sentido muy vinculado a la tierra de todos y cada uno de mis antepasados, con sus ricos matices culturales, sin tener que verme necesitado a renunciar o renegar de ninguno de ellos, ni a sus lenguas. Pero desgraciadamente el paso del tiempo y un sinfín de hechos han conseguido que tenga una cierta desafección hacia la palabra patria y a parte de su significado cuando oigo hablar de España o de Catalunya, comenzándome a cuestionar el cómo encajo yo en ese concepto de ciudadanía homogénea, en la que si no comulgas con determinadas ideas y/o se te ocurre criticar esa cierta uniformidad ideológica se te tacha de bicho raro o traidor.

Mi patria a día de hoy no es un territorio acotado por esas líneas imaginarias que delimitan el espacio del mismo bajo el nombre de fronteras. Mi patria no se identifica con un trozo de tela multicolor. Mi patria no viene representada por seres mezquinos dispuestos a dirigirnos y manipularnos a conveniencia, pensando en su interés y en los de los poderes que les sustentan. Mi patria es simple y llanamente todo aquel espacio o lugar en el que me he sentido querido y con el que me unen lazos afectivos.

Estoy cansado de quienes quieren imponerme su forma de entender las cosas. Estoy cansado de manipulaciones y de que se me ponga en la absurda dicotomía de tener que elegir, como si fuera un crío, si quiero más a mi papa X o a mi mama Y. Mi patria es la patria obrera, esa gran patria de aquellos y aquellas que honradamente trabajan para llevar un plato a la mesa de sus familias y garantizarles un techo, y con los que me une un sentimiento de unidad y libertad que nunca compartirán los patrones y quienes sólo piensan en incrementar sus beneficios dividiendo, manipulando y explotando al resto de sus congéneres.

MSNoferini

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