«Primero de poeta es una nana para uno mismo: los sueños de la imaginación producen niños, niñas mejor; y Patricia ha dibujado su camino con tizas de colores que se difuminan al primer beso, aquí aprendí a bailar yo, te dice, y se encoge de hombros ante ningún hombre mientras de la regadera saca una sonrisa que se enreda en tirabuzones y salpica, coges aire, y pasas a la siguiente poesía»(Escandar Algeet, prólogo al poemario)
Apunté en mi lista de libros pendientes a Patricia Benito, "Primero de poeta", ahora mismo no recuerdo cuándo ni viniendo de quién. No conocía a la escritora pero la referencia a ella que acababa de leer en un blog me pareció interesante. No sé si ya mientras leía esa entrada o quizás como consecuencia del tiempo transcurrido, el caso fue que mi cabeza, equivocadamente, insistía en decirme que era una novela. Con esta idea me acerqué a mi biblioteca municipal y me entretuve buscando la signatura N BEN pri que como es lógico no encontré a pesar de saber que estaba en los fondos del centro. Consulté al bibliotecario, quien amablemente me dirigió a la sección de Poesía. Como se ve, llegué a la autora y a su obra por pura casualidad y completamente desorientado. Pero me alegro del hallazgo.Patricia BenitoDe sí misma dice en su web y en la solapa de la sobrecubierta lo siguiente:Nací en una isla y no sé nadar. He vivido en tres ciudades, nueve hogares y alguna casa. Me he enamorado una vez. He bajado corriendo de un tren en llamas y he visto explotar una bomba. No creo en las cosas que duran para siempre. O sí, no lo sé. Las fresas, con leche condensada. Cada cierto tiempo necesito cambiar cosas de sitio, ya sean muebles, personas o toda mi vida. Si no viajo, no puedo respirar. Tengo incontinencia sentiverbal. Me pierdo en cualquier atardecer, a ser posible con mar. Prequiero demasiado rápido y desquiero demasiado lento. No recuerdo la última vez que me dormí pronto. Mido el tiempo en medias cervezas y no hago planes a más de cerveza y media. Lloro en las manifestaciones cuando oigo a Labordeta. Te necesito cerca, pero no encima. Siempre voy con el más débil. No imagino un mundo sin queso, ni sin chocolate. Casi siempre es mejor dar que recibir, y no estoy hablando de sexo; no solo de sexo. La reina de mi casa es una gata coja que no para de ronronear. La empatía debería mover el mundo, no solo el mío.
Y en la contraportada de la edición realizada por Aguilar en la colección Verso&Cuento sobre la obra que tenemos en nuestras manos aparece a modo de resumen o síntesis:
Primero de poeta son todos los papeles que rellené y quemé, todos los pasos que no di, las vidas que perdí. Todas las declaraciones de amor que callé, los sueños que rompí, los miedos de los que aprendí. Es mi impaciencia, mis ganas de sentir y el pánico. Es descubrir que mis miedos siempre ganan la partida. Es empujarte a que te vayas por si te acercas demasiado. Es querer que te acerques demasiado. Primero de poeta son todos mis errores. Y mi cura.
Con estos preavisos abrí el libro que está bellamente editado, con una estética muy cuidada, elegida por la propia autora. No hay que olvidar que los 67 poemas que componen el volumen salieron a la luz por vez primera autoeditados por ella misma con la única finalidad en principio de regalarlo a familiares y amigos más allegados. El resto de los 300 ejemplares que realizó los ofreció al público a través de Amazon con la equivocada seguridad de que apenas vendería alguno y que ahí acabaría todo. Pero no fue así... Os recomiendo, si queréis conocer la aventura física de Primero de poeta, que paséis por "Lecturàpolis", el blog de mi amiga Marisa G., y leáis la excelente entrevista que en las fechas de publicación del poemario por Random House/Aguilar realizó a la escritora [os dejo aquí el enlace].
Mis impresionesHe leído las cerca de setenta composiciones que componen el libro con fruición, con gusto, con emoción, con mucha emoción a veces, con simpatía siempre, con admiración, con reconocimiento de situaciones, con empatía, con una enorme satisfacción. Me ha parecido un poemario sincero, fresco, auténtico, en el que el yo lírico de Patricia se desnuda ante los lectores y para sí misma -que en principio iba a ser su única lectora-. Me parece que ha sido muy valiente al mostrar sin doblez sus inseguridades, sus más recónditos deseos, sus errores, sus malas decisiones, sus aciertos -pocos, pero también hay alguno especialmente en las poesías finales-. Y fuera de lo estrictamente personal me ha satisfecho mucho leer, poéticamente expresadas, reflexiones sobre aspectos variados (el trabajo, la política, la sociedad...).
Además de por los asuntos, me gusta la manera de presentarlos, y más teniendo en cuenta la bisoñez de la autora, su juventud, no siendo ella -le dice a Marisa G. en la entrevista de 'Lecturápolis'- lectora de poesía en la época inmediatamente anterior a la composición del libro. Muchos de los poemas es evidente que están en deuda con la cultura popular contemporánea. La socialización en los bares, el tiempo pasado en ellos medido en cervezas consumidas, los chupitos de la noche, las canciones populares, la música pop..., todo esto aparece citado directa o indirectamente en varias composiciones. Al menos cuatro claras referencias musicales recuerdo ahora: Sabina, Serrat, Marwan y Ella Baila Sola.
El inconfundible ritmo sabiniano a base de repeticiones anafóricas es claramente perceptible en varios de los poemas. También en muchos de los asuntos se vislumbra al «tito Joaquín» («Y empieza a sonar Peor para el sol // A veces se nos olvidan las lecciones / que nos da el tito Joaquín», en el poema 'margaritas'). Y lo mismo sucede con los temas Amores de barra de Ella Baila Sola (poema 'historias de barra'), Mediterráneo de Joan Manuel Serrat (poema 'nació en el Mediterráneo'). Es este último poema uno de los que más me han impactado; todo en él me ha tocado la fibra: el asunto, el tono empleado, la música subyacente en el mismo del hispano-palestino Marwan, a quien personalmente yo no conocía hasta ahora, y a quien Patricia homenajea incluyéndo el título de su canción "Mi columpio" en uno de los versos («El columpio de Marwan»).
Utiliza recursos en algunos de los 67 poemas que me parecen relevantes y que hablan muy bien de las cualidades poéticas casi innatas de la autora:
- Juegos fonéticos y ortográficos creando ambivalencias significativas muy interesantes: «siempre acabas contando ve(i)nte» (poema ‘parchís‘).
- Variaciones sobre frases tomadas de la cultura pop. En el poema 'piedra, papel o te quedas', por ejemplo.
- Volver el lenguaje del revés, dislocarlo, sorprender la lógica: «Abrazos de despegue a trompicones / y aterrizaje sin motor» (poema 'reencuentros').
- Violencias morfológicas: «O que cambiemos los debos por los quieros / y los miedos por los puedos» (poema 'dificil'). «Contigo, sí / Portigo, no.» (poema 'hoy').
- Juegos morfo-sintácticos: «Quiero verte joder. Quiero verte, joder» (poema 'ahora')
- Uso frecuente del oxímoron, de la antítesis, en sintonía -aun sin saberlo de modo consciente-con las declaraciones amorosas de los místicos: «Madrid, me mata tan dulcemente que siempre quiero volver» (poema ‘año nuevo')
Por muchas razones, merece la pena pararse en la introducción firmada por el poeta hispano-sirio Escandar Algeet. La primera es la de enterarnos que la vocación poética se manifestó en Benito, cual caída de Saulo del caballo camino de Damasco, tras asistir en Logroño a un recital de poesía de este autor. Lo que decía Algeet en sus poesías, su personalidad, la manera de utilizar el idioma, la fuerza de las palabras y de las frases que formaban sus versos, le descubrieron y despertaron dentro de sí la necesidad de volcar su interior en este formato literario que hasta entonces no había utilizado. Ella -confiesa- siempre había sido muy cerrada para hablar de sentimientos, pero esta experiencia le supuso una epifanía que al cabo del tiempo quedó plasmada en este "Primero de poeta".
Personalmente nada he leído de Escandar Algeet, pero, simplemente leyendo el prólogo que le escribe a Patricia, reconozco el atractivo de su literatura. Para empezar el título es hermoso por demás, «los sueños de la imaginación producen niñas que bailan», y luego, a lo largo de las tres páginas del mismo dice cosas muy hermosas sobre la poesía contenida en el libro:
«Imaginar tiene mucho que ver con jugar. Recordar con vivir. Y vivir, sólo se siente en presente y se anhela en futuro. Imaginar un recuerdo es de primero de locura. Que un recuerdo imaginado no te cierre los ojos sino al revés: te los abra. Es de primero de utopía. Crecer tiene mucho que ver con caminar. Y el camino parte de, pero sólo tiene sentido con un hacia a. Reconocer que los ojos están en los ojos que la miran es de primero de poesía.»Ha sabido Algeet captar la esencia de la poesía de Benito, asumirla e integrarla en su propia expresión, de manera que leyéndolo no sabemos en verdad en qué dirección, deliciosamente confusa, circulan las influencias. Escandar Algeet posee un bar en Madrid, Aleatorio, en el que se realizan muchas actividades culturales y recitales de poesía. Mirando en wikipedia aprendo que este poeta de madre española y padre sirio, nacido en Palencia en1984, tiene a día de hoy nada más y nada menos que seis poemarios en el mercado: Alas de mar y prosa, 2009; Un invierno sin Sol, 2013; Ojalá joder, 2015; Y toda esa mierda, 2015; La risa fértil, 2017; y Hogares, 2021. ¡Y yo sin conocer ninguno de ellos! Habrá que ponerle remedio.
Destacan en la poesía de Patricia Benito una serie de lugares poéticos ('topos', se dice con tecnicismo literario) que aparecen con insistencia: 'mariposas' («mientras piensas que puede, tal vez, quizás / le dejarías abrir la jaula de las mariposas»); los 'bares'; el 'tiempo': medido en consumiciones («Dos cervezas más allá», «Un cubata y unas patatas más allá», «Una cerveza y media más tarde»…), o en su sentido más amplio («A mi yo del pasado, por tropezar hasta aquí / A mi yo del presente, por ser feliz / A mi yo del futuro. Ay.»); y muy importante el 'carpe diem' en una doble dimensión: la personal, tantas veces contradictoria («Yo, / que no me quito el Carpe diem / de la boca cuando es la teoría, / qué mal se me da la práctica a veces.», poema 'Primero de poeta'), y la que predica a los demás e intenta ella misma aplicarse sin lograrlo siempre («Vive, joder. Vive. / Y si algo no te gusta, cámbialo. / Y si algo te da miedo, supéralo. / Y si alguien te enamora, cúidalo.», del poema 'vive, joder. Vive').
Como anécdota, relatada por la propia autora, decir que los dos primeros versos de este poema fueron utilizados duraante un tiempo por la empresa 'Natura' en su página de Facebook. Cuando Patricia Benito se enteró se puso en contacto con ellos a través de esa red social y les envió un ejemplar del libro para agradecérselo; ellos la animaron a vender el libro en sus tiendas. Fue esto el inicio del éxito de la obra.
Es Patricia una mujer muy de frases, algo que en algunos momentos me ha llevado a ver su libro como un mero manual de autoayuda. No quiero que esto sea interpretado como negativo, pero es verdad que mucho de lo que hay en este libro primerizo que llega a emocionar por su sinceridad y espontaneidad se queda en esas frases tan habituales en las redes y que los usuarios de las mismas rebotan y rebotan hasta el infinito. En concreto, la citada de "Vive, joder, Vive" ha trascendido el mundo poético para ser objeto de merchandising en camisetas, bolsos, libretas... que se pueden adquirir en la página web de la mismísima Patricia [por si alguien tuviera interés aquí dejo el enlace]. Yo, debo reconocerlo, soy antiguo para esto y como que no aplaudo este mercantilismo, si bien entiendo que hay que vivir y que la ocasión la pintan calva. No me extraña en exceso esta deriva hacia el consumismo de Patricia, a pesar de haber colaborado activamente con sectores socio-políticos que -dicen- luchan contra ello. Todos tenemos contradicciones. Y hay que admitir el derecho que cada quién tiene de elegir esto o aquello. Digo que no me extraña, entre otras razones, dado el gran aprecio que la autora muestra por Charles Bukowski -novelista creador de muchas frases exitosas-, escritor del 'dirty realism' norteamericano cuya actividad pública aparte de la literatura buscaba por encima de todo el beneficio económico. Es así el mundo que nos hemos dado, y todos transitamos por las paradojas.
Para finalizarTodo el poemario está bajo una de las afortunadas frases de Charles Bukowski referida en esta ocasión a la relación interpersonal. Una frase preciosa y magnífica. Otras dos citas incluye en el libro la autora: una de la fotógrafa Emilia Galindo en forma de foto-relato; y otra cita más en esta ocasión sacada de un poema de su valedor Escandar Algeet. Estas citas, junto a una serie de páginas de color negro que incluyen el título del tema que tocan los poemas que siguen, sirven para estructurar el poemario en partes bien diferenciadas.
El libro, bellamente presentado con los títulos de los poemas en vertical en las páginas impares y horizontal en las pares, se completa con unas muy buenas fotografías realizadas por la propia escritora, por Emilia Galindo la de su foto-relato, y por Sol Salama la que a doble página antecede a la última parte del poemario. Los poemas de esta última parte del poemario muestran ya a una mujer que ha madurado, ha superado sus inseguridades, y que parece pisar ya tierra firme. Ha llegado a la estoica conclusión, muy en línea -¡hay que ver cómo se cruzan unas lecturas con otras!- con lo que preconizaba Emerson con su "huerto" [leer aquí la reseña que sobre "El huerto de Emerson" de Luis Landero tengo publicada en este blog], de que «el secreto de la felicidad / debe ser algo así como / QUERER LO QUE TIENES.».
En Primero de poeta se ve a una mujer que crece a lo largo de sus poemas a base de caídas, de errores e incertezas. Una mujer que recuerda al inicio sus errores («Y no, / no fue tonto pensar en ir. / Fue tonto no ir.») y que en la última parte del poemario ha agarrado el toro por los cuernos y -usando una expresión muy de hoy aunque ya algo sobada- se ha empoderado. Es ahora cuando su Feminismo se hace patente. Estamos leyendo poesía feminista. La Pat del principio se ha trasmutado en una mujer que se siente y se quiere libre de tutelas. Es ahora una mujer que toma decisiones y se pone el mundo por montera sin estridencias, como debe ser: «Tú tan de hielo, / yo me derrito de ganas. / Tú con tus miedos, / Yo con la cara marcada. / Tú tan princeso / y yo tan republicana» (poema ‘sin perdices', pag. 104).