Patricia Cabrera, durante el concurso de triples de la Supercopa ACB del curso pasado. Foto: ACB Photo.
Incluso parte de la afición rival se animó a contar los triples de aquella jugadora casi infalible. —¡Diez! ¡Once! ¡Doce! ¡Trece! ¡Catorce! ¡Quince! ¡Dieciséis! —Varios padres y madres del otro equipo animaban a Patri: "¡Tira! ¡Venga, mete otro!". Y sus compañeras no paraban de buscarla. Se lo pasaron pipa –recuerda José Luis, el padre de la criatura.
Patri es Patricia Cabrera, escolta del Uni Ferrol. Ella lo recuerda así: "La grada alucinaba y enumeraba mis triples, pero yo me dedicaba a jugar". Nadie que estuviese presente habrá olvidado ese partido del sénior del CB Islas Canarias en la Liga provincial. Tampoco quien viese en directo sus 15 tiros de tres y 48 puntos en otra cita, en este caso con el júnior. Con 10, Patricia Cabrera tiene el récord de triples en un partido de la Liga Día, y el sábado, por segundo año consecutivo, participará en el concurso de triples de la Supercopa ACB, en el Multiusos Fontes do Sar, en Santiago de Compostela. Será, de nuevo, la única tiradora. "Todavía" no está nerviosa. El año pasado, justo el día anterior, un maldito cólico estuvo a punto de impedirle participar. Lo pasó fatal. En la pista, se recuperó y eliminó a Rafa Martínez en cuartos y le faltó medio uña para superar a Marcus Eriksson, futuro campeón. Patricia Cabrera rompió el tópico prehistórico del tirar como una chica: "En general, la gente se dio cuenta de cómo lanzamos las chicas y que es absurda la comparación. Quizás haya alguien todavía que necesite que gane el concurso para darse cuenta de que nosotras también sabemos jugar al baloncesto y tiramos igual que los chicos. Quiero vencer, por supuesto". Le pido que escoja a los tres rivales a los que le gustaría enfrentarse en el concurso de triples. Duda con el de cuartos de final. —¿Kyle Kuric, por ejemplo?—Sí, Kyle Kuric, por ejemplo.Quiere a Alberto Corbacho, del Gipuzkoa Basket, en semifinales y a Jaycee Carroll en la final: "Es mi favorito. Lo veo como el gran reto, pues ya ha ganado el concurso. El año pasado me vio un poco nerviosa en el túnel y me dijo que me divirtiera y superase a Rafa Martínez". Ni ella ni los siete participantes restantes conocerán los cruces hasta el sábado por la mañana, cuando hagan dos simulacros del concurso. La media de las puntuaciones determinará los enfrentamientos: "El mejor se enfrentará al octavo, el segundo al séptimo...". Los otros cuatro concursantes son Matt Janning (Baskonia), Kostas Vasileiadis (Obradoiro), Matt Thomas (Valencia Basket) y Óscar Herrero, ganador del concurso de Kia en Zona. Patricia Cabrera nació tiradora, aunque tardó en descubrirlo. Hizo ballet, probó suerte en el atletismo, "hasta que saltando vallas me rompí un brazo", y también en natación, donde el monitor de la piscina le mandaba hacer largos y se iba a hablar con los mayores. El baloncesto siempre había sido uno de los nexos de unión con su padre. Con tres o cuatros años José Luis Cabrera, abonado número 35 del Gran Canaria, la llevaba a ver a los chicos y también a las chicas del CB Islas Canarias.
Patricia Cabrera, en su etapa en las categorías inferiores del CB Islas Canarias. Foto cedida por José Luis Cabrera.
—Siempre le dije a Patri que tenía que hacer un deporte, el que quisiese. Con ocho años la llevé a probar –recuerda José Luis. —Nunca jamás quise cambiar de deporte –recalca Patricia. —De eso hace ya 19 años –apunta el padre. Amor a primera vista. —Para mí los entrenamientos y los partidos son divertidos. El baloncesto es mi vida. Tirar un triple me divierte un poco más porque se me da bien y me gusta –cuenta la escolta del Uni Ferrol. —De pequeña, si estaba enferma o le ponían alguna pega para poder entrenarse, lloraba. Quería ir a toda costa –interviene José Luis Cabrera, que después me envía dos estadísticas. La primera es de un partido del Campeonato de España cadete de 2007 en el que su hija anotó 32 puntos (0/4 en tiros de dos y 9/12 en triples, en realidad 10/13, pues le apuntaron uno suyo a Farah Sánchez). En el segundo encuentro, del campeonato de Canarias júnior de 2008, Patricia Cabrera alcanzó los 44 (7/10 en tiros de dos y 10/20 en triples). En ambos partidos también brilló su entonces compañera Leo Rodríguez, jugadora del Wisla de Cracovia, con 35 y 37 puntos, respectivamente. Se entendían a la perfección en la pista. Desde pequeñitas son uña y carne. Este verano estuvieron entrenándose juntas. —Conectábamos mucho en la pista. En todos los puestos teníamos a gente capaz de meter muchos puntos [Vanessa Blé, Yurena Díaz...]. En Gran Canaria quizás no había otro grupo que tuviera ese nivel, aunque cuando jugábamos fuera era otra historia –recuerda Patricia Cabrera. —He jugado muchos años con Patri y le he visto hacer concursos de triple en muchos partidos –concede Leo Rodríguez. —Eran el alma del equipo. Con Patri he ido a todos los sitios. El baloncesto es su vida y me ha arrastrado a mí –reconoce José Luis Cabrera. —¿Patricia, tu padre es tu gran seguidor? –le pregunto. —Hombre, él siempre estuvo ahí. De pequeñita siempre me llevaba a entrenar y casi siempre se quedaba en la grada. Nunca fallaba en los partidos. Mi padre es uno de mis mayores fans. Desde que me fui de las Canarias, ha venido a verme a jugar a los partidos como local en Burgos, Huelva y Ferrol. Mi hermana y mi madre también me siguen mucho. El año pasado los tres estaban sentados justo en el otro extremo del Gran Canaria Arena. Te lo juero. Era como si los sintiera mientras tiraba los triples en el concurso. —Vi a Patricia concentrada, segura de sí misma, agresiva. Parecía que absorbiese la energía del público y se sacudiese los nervios –analiza Nieves Anula, primera jugadora en participar en el concurso de triples. Lo hizo en el All Star de 1999 y de 2000: "La primera vez algunos jugadores me miraban como si fuese un bicho raro. Cuando me di cuenta de que antes del concurso sólo teníamos dos minutos de tiro... ¡Me quedé...! No había cogido ni un rebote para practicar ni mis compañeros me pasaron ningún balón. Di saltitos, calenté un poco. Fallé los primeros diez lanzamientos. Quedé última. Al año siguiente superé a Perasovic, Alberto Angulo y Andy Toolson. De mi segunda experiencia, a pesar de acumular sólo 14 puntos, sí salí satisfecha y calenté bien tirando".
José Luis Cabrera y su hija pequeña. Foto cedida por el propio José Luis.
La siguiente fue Sandra Gallego (2001), a un punto de acceder a semifinales. En 2003 fue el turno de Rosi Sánchez, que nos cuenta su experiencia. —Antes de tirar me temblaban las piernas, las manos, los dedos... Aunque aparqué los nervios en cuanto cogió el balón. Eliminé a Sarunas Jasikevicius en cuartos, tras un desempate. ¡El pabellón, repleto, coreaba mi nombre! Me quedé con el balón tricolor en la mano. Si lo hubiera metido, habría sido finalista. Amaya Valdemoro (2004) tiene "un mal sabor de boca" de su participación. Lo pasó "mal". Le tocó la transición del cambio de balón, pues la FIBA ya había aprobado que en las competiciones femeninas se jugaría con uno algo más pequeño: "Aunque eso no es excusa porque por la mañana, en las series, fui la segunda. Por la tarde, el primer carro fue malo y ya no metí nada. Pasé muchos nervios pensando que lo estaba haciendo fatal... Creo que anoté ocho o nueve". —Mi paso por el concurso lo recuerdo con mucho cariño. Lo disfruté mucho y al hacerlo con Rudy al lado me dio mucha tranquilidad. Nunca he sido una especialista desde la linea de 3, pero mi objetivo era disfrutarlo y lo conseguí –reflexiona Marta Fernández (2005). No habría representante femenina en el concurso hasta 2015, cuando participó Paula Palomares: "Pasé muchos nervios. Por eso dije que me encantaría haberlo vivido otra vez, para poder disfrutarlo más. Las chicas no estamos acostumbradas a jugar con ese ambiente y te sientes como en una nube". En 2016 participó Silvia Domínguez, capitana del Perfumerías Avenida. "Quizás no tengo la mejor mecánica. Suelo practicar mucho tiro muy rápido y sabiendo en todo momento dónde está la canasta", explica Patricia Cabrera, que mide 1,72 metros. "Desde muy joven aprendió que, si quería ser una tiradora buena, tenía que lanzar muy rápido y de muy lejos. Así suplía su estatura en un deporte de gigantes", describe Domingo Díaz, su entrenador el día en el que superó el récord de la Liga Día y lo dejó en 10 ante el CD Zamarat. —Esa tarde justo delante mío estaba Edy Tavares, entonces jugador del Gran Canaria y ahora del Madrid. Cuando mi hija metió el octavo triple de ocho intentos se levantó y se echó las manos a la cabeza. Estoy seguro de que un día batirá su propia marca –aporta José Luis Cabrera.—Dependerá también de la confianza de su entrenador y de que cuente con buenas jugadoras interiores que le abran espacios. Conmigo tenía la orden de tirar siempre que tuviera la mínima opción, daba igual que fuese el segundo 5 del ataque –interviene Richi González, que la entrenó en Burgos. —Con un poquito más de minutos, la armará bien armada –sigue el padre de las escolta canaria.
Richi González y Patricia Cabrera coincidieron por primera vez en el CB Islas Canarias, con el técnico como ayudante del primer equipo y del júnior. Foto cedida por Richi González.
El curso pasado fue complicado para Patricia Cabrera en el Uni Ferrol. Tuvo pocos minutos (12:54 en Liga regular), aunque su porcentaje de acierto en triples fue notable (34,6%). "Cuanto más juegas, más oportunidades tienes de crear situaciones para ti y tus compañeras. No es lo mismo estar en la pista 10 minutos seguidos, que seis y luego cuatro. Desde el principio sabía que jugaría menos. Tienes que adaptarte. Este curso partimos de cero: entrenador y equipos nuevos. Lucharé para tener más presencia en la pista y de más calidad", desarrolla la escolta canaria. —¿Jugar menos te ha servido para no darle tantas vueltas al fallo? –le pregunto. —Siempre he sido bastante dura conmigo. Odio fallar, pero no se me pueden cruzar los claves por no meter uno o dos triples seguidos. Mi trabajo es seguir tirando. No perder la concentración. Con los años, he aprendido a castigarme menos. Una tiradora tiene que estar siempre preparada para tirar –responde. 104 triples anotó Patricia Cabrera en su año y medio en el Club Baloncesto Ciudad de Burgos, al que llegó tras jugar algunos minutos en Liga Femenina con las mayores del CB Islas Canarias. Su primer entrenador en Burgos fue Guillermo Fernández: "Era una adolescente sin muchos conocimientos técnicos ni tácticos y con cierta aversión al trabajo físico. Estaba programada para tirar a pies parados, sobre todo de las esquinas, pero con una rapidez superdotada para armar el brazo. Priorizábamos el trabajo grupal con ella para que asimilara otros conceptos. ¡Tenía mucho trabajo físico por delante! Mi amigo Miguel se quedaba a practicar triples con ella tras los entrenamientos". —Patricia, eres la Petrovic del archipiélago canario –le dijo un día Miguel. Cabrera había anotado 88 triples de 100 intentos en 4 minutos. Con Guillermo Fernández jugó poco: "El consultor del presidente la conocía de las categorías inferiores del Canarias y convenció al presidente de su fichaje. El club no necesitaba ese perfil de jugadora entonces". El salto lo dio la temporada siguiente, también en Burgos, con Richi González, que la "había sufrido" en los Campeonatos de España Infantil y Cadete como entrenador del CB Majadahonda. Habían coincidido en el CB Islas Canarias. "Llevo entrenando 28 años y nunca he visto nada igual. Trabajamos que siempre estuviera preparada para lanzar. Cada vez que la ves tirar estas convencido que va dentro", concede Richi González, que esa temporada pronosticó en la prensa que algún día batiría el récord de triples de la Liga con 10/12 (casi, fue 10/14). Héctor Rico, secretario de la peña del Uni Ferrol Ruxidos de Esteiro, es todavía más expresivo: "Cuando tiene el balón, sabes que puede pasar algo, aunque tire desde Las Palmas".La plantilla del curso 2010-2011 del Club Baloncesto Ciudad de Burgos, con Ziomara Morrison y Patricia Cabrera como referentes, y Richi González como primer entrenador. Foto cedida por Richi González.
El curso siguiente, Patricia Cabrera hizo las maletas rumbo a Huelva. "La primera temporada en Conquero metió casi 90 triples", recuerda su padre. Fueron 87 en un curso en el que el conjunto andaluz ascendió a Liga Día. Tuvo su mejor porcentaje en Liga regular (51,4%). "Para Patricia meter un triple era igual de sencillo que para otra jugadora una penetración o un lanzamiento bajo del aro", recuerda Carrasco. "Es el tacto, la sensibilidad. Su finalización es excelente, y su cadencia y velocidad, de máximo nivel. El agarre es fantástico, innato. Tiene un defecto minúsculo: hay un momento, cuando levanta el balón, en que lo enseña. Con sus porcentajes, no le cambiaría ningún detalle, porque el más mínimo cambio podría alterar su confianza o la pérdida de sensación", continúa el exentrenador del CB Conquero. "Patri tiene una gran puntería y lo mejor es en no modificarle mucho la técnica del tiro. Simplemente le ayudaremos a que sea mas eficaz en cuanto a su velocidad de tiro", avanza Carles Martínez, su nuevo entrenador en el Uni Ferrol. "No diría que su mecánica sea la mejor, pero sí que es la mejor tiradora de la Liga Día", apunta el anterior, Lino López, con quien Patricia Cabrera metió 160 triples en tres cursos. "No es muy diferente de la mía. Cada vez que salta, se va bastante hacia adelante. Ella quizás levanta más el balón que yo", interviene Nieves Anula. "Es una killer en estado puro. Su mecánica es buena. Algo más baja que la de los tiradores chicos, pero más rápida y con un excelente giro de muñeca que le da el ángulo correcto a sus tiros", añade Marta Fernández. "Al final, la mejor mecánica es la que entra, y la suya es muy buena", interviene Rosi Sánchez. "Patri es, primero, una amiga. Tiene una mano de oro. Un don. Nadie tira como ella. La ves entrenar y alucinas. Parece calladita, pero es todo lo contrario. Y muy leal", la describe Carmen Fernández, compañera suya en el Uni Ferrol. "Es una excelente tiradora con un corazón igual de grande que su puntería", la piropea el presidente, Leopoldo Ibáñez.
"Patri es un ejemplo de integración en un club y en una ciudad. Se merecería un contrato vitalicio en el club por su hacer con el primer equipo, sino con la afición, los niños y niñas, la cantera [es entrenadora del infantil]... También con la gente de la peña, que somos muy pesados. Nunca le he visto un mal gesto, la verdad", describe Héctor Rico, secretario de la peña Ruxidos de Esteiro y que vive los partidos como local del Uni Ferrol en la mesa de anotadores: "No puedo venirme arriba, pero recuerdo un 3+1 de Patri contra el Perfumerías Avenida con el que no me pude contener. [Se ríe]".
Héctor Rico vivirá desde Tenerife, donde acaba de aterrizar para seguir el Mundial, el concurso de triples de la Supercopa ACB. La cita, el sábado en el Multiusos Fontes do Sar. Apoyará a Patricia Cabrera, claro. "Es un concurso, sobre todo, mental. Sé que dará su mejor versión y no me extrañaría que ganase", anticipa Gaby Carrasco. "Le deseo mucha suerte y le pido que confíe en sí misma", comenta Domingo Díaz. "La veo en la final fácil. Para mí es favorita", interviene Rosi Sánchez. "Tiene muchas opciones de ganar. Sólo los nervios le pueden pasar factura", aporta Lino López. "Confío mucho en sus posibilidades de vencer. Ojalá sea así. Es la mejor especialista desde 6,75 de la Liga Día y una vez más lo va a demostrar", se suma Marta Fernández. "Estoy deseando ver a los tiradores más rápidos del Oeste. [Se ríe]. ¡Seguro que vamos a disfrutar mucho! ¡Y yo, con Patricia, más!", asegura Amaya Valdemoro. "Ya conoce el ambiente y las sensaciones. ¡Puede ser capaz de cualquier cosa!", aporta Paula Palomares. "Lo va a hacer bien. Es de agradecer que la ACB haya confiado en ella. Si lo ha hecho, es porque da espectáculo", interviene José Luis Cabrera. "Sé que va a hacer un gran papel en el concurso. Estaré animándola desde la distancia", expone Leo Rodríguez. En la grada no faltarán la madre, la hermana y el padre de la escolta canaria, que ha perdido la cuenta de los kilómetros que ha hecho siguiendo a su Patri: "¡Y los que me quedan!". "Estoy todos los días buscando billetes baratos. Ahora ya tengo hasta diciembre...", confiesa José Luis Cabrera, entre risas. Llevará, como siempre, su mítica gorra blanca y, bordado en azul, Patriple, el apodo más lógico de su hija mayor. —Cualquiera de los concursantes podemos ganar. También influye la suerte. Tienes que intentar no perder la concentración y saber que es muy importante meter todos los balones. O lo haces, o te quedas fuera –cierra la propia Patricia Cabrera.