Patricio Lumumba cuando fue arrestado por sus oponentes
En las únicas elecciones libres que se efectuaron en el antiguo Congo belga de 1960 al 2006, Patricio Lumumba fue elegido por una abrumadora mayoría de votos y se convierte así en el primer jefe de gobierno de su país tras la independencia. Propugnó una política nacionalista y eso no fue del agrado de los imperialistas.
La antigua metrópoli, Bélgica, apeló a la desestabilización y apoyó a los secesionistas de Katanga, que declararon independiente del Congo esa rica provincia. Además, retiró a sus especialistas del país, tratando de provocar la parálisis económica del naciente Estado africano.
Por su parte, la CIA y los servicios de inteligencia de otras potencias europeas trabajaban día y noche en el reclutamiento de agentes congoleses, a la vez que subvencionaban con creces a los nativos leales al imperialismo.
Con la excusa de proteger a las propiedades de ciudadanos de su país, Bélgica envía tropas a Katanga (Shaba) para apuntalar al movimiento secesionista de esa provincia. Lumumba recurrió ingenuamente a las Naciones Unidas (ONU) para expulsar a los belgas y ayudar a restaurar el orden.
Las tropas belgas se negaron a evacuar el país, y continuaron apoyando la secesión de Katanga. Entretanto, las tropas de la ONU se negaban a intervenir en apoyo del gobierno central y de hecho, tras su ingreso al país, propiciaron la desestabilización del nuevo gobierno y, finalmente, el acoso y derribo de Lumumba...
El líder congolés solicitó ayuda a la Unión Soviética. A mediados de 1960 empezaron a llegar al Congo asesores y agentes militares soviéticos. Igualmente solicitó a los principales dirigentes africanos a que se solidarizaran con el gobierno del Congo.
Ante la actitud de Lumumba, el entonces presidente de los Estados Unidos, Eisenhower, dio la orden de eliminarlo. Para llevar a cabo esa operación se envió al agente CIA Frank Carlucci, quien luego sería secretario de Defensa de Ronald Reagan.
Un golpe de Estado derrocó a Lumumba en septiembre de 1960. Detenido primeramente en octubre y luego en diciembre por el ejército títere organizado y pertrechado por los belgas, las tropas de la ONU nada hicieron para evitar que fuera torturado brutalmente por mercenarios europeos y traidores congoleses.El 17 de enero de 1961, en un descampado en medio de la sabana de Katanga, iluminada únicamente por las luces de los coches de sus asesinos, un mercenario belga lo ató a un enorme árbol. Lumumba apenas podía caminar a causa de las torturas.Al escuadrón de ejecución lo formaban cuatro hombres, provistos de fusiles FAL y pistolas para descargar el tiro de gracia. El mercenario belga dio la orden de disparar.Días antes de su asesinato, Lumumba le había escrito a su esposa: "Ninguna brutalidad, maltrato o tortura me ha doblegado, porque prefiero morir con la cabeza en alto, con la fe inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir sometido y pisoteando principios sagrados"."Un día la historia nos juzgará, pero no será la historia según Bruselas, París, Washington o la ONU sino la de los países emancipados del colonialismo y sus títeres.Patricio Emery Lumumba nació en el territorio de Katako-Kombe, en el antiguo Congo Belga, hoy república democrática del Congo, el 2 de julio de 1925. Estudia en colegios de misioneros cristianos. Trabaja primero como empleado de oficina y luego como periodista.En 1958 fundó el Movimiento Nacional Congolés (MNC) y reivindica ante toda África el derecho de su país a convertirse en nación. Por sus actividades independentistas Lumumba fue arrestado. Juzgado en enero de 1960, lo condenaron a seis meses de prisión. Solo está en la cárcel pocos díasLa independencia del Congo se proclamó el 30 de junio de 1960. Y el primer jefe de gobierno de este país al dejar de ser colonia es Patricio Lumumba, vencedor en las elecciones organizadas en mayo de ese año.
Héroe Nacional
Tras su asesinato, perpetrado el 17 de enero de 1961, los mercenarios a sueldo del imperialismo y las transnacionales mineras disolvieron su cuerpo sin vida en ácido sulfúrico, luego lo descuartizaron y esparcieron sus restos para que no fuera reconocido.
Emisoras radiales al servicio de la CIA anunciaron primeramente que lo habían ultimado campesinos armados. Después propagaron diversos rumores para hacerles creer a la población congolesa que su líder aun estaba con vida.
La verdad se abrió paso. En noviembre de 2001 el parlamento belga reconoció la responsabilidad del Estado de esa nación europea en la muerte del líder congolés. Hoy solo se menciona los nombres de los cómplices en el crimen cuando se hace referencia a Lumumba. En cambio, el primer jefe de Gobierno del Congo independiente es, desde 1966, el Héroe Nacional de su país, por mandato de su pueblo.
Autor: Pedro Antonio García
Toamdo de CubAhora
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