El oro no es más que otro bien, como podía ser en su momento, la sal, las especias, otros metales preciosos, etc…
Muchos liberales se parten la cara defendiendo el patrón oro como la forma de sanear la economía, en este caso la economía de libre mercado que todos nosotros defendemos. Pero curiosamente, los defensores del libre mercado, defensores del patrón oro, sacan del mercado un bien importante, como es el oro, que al ser usado como respaldo monetario, pasaría a ser algo redundante de la moneda: Dos bienes con el mismo valor… ¿No es una cierta perversión del mercado libre ésta? Sirva de aperitivo esta evidente perversión del mercado libre. Pero hay más…
La moneda fiat, por el otro lado, también es un bien en sí mismo, puesto que ofrece un servicio: El servicio del comercio a quien dispone de ella, para comprar o vender cualquier cosa… Por lo tanto, en un mercado libre, como el defendido por el liberalismo, ¿tiene mucho sentido limitar de cualquier manera la producción de un bien, en este caso la moneda?… Yendo a las bases más esenciales del libre mercado, controlar la producción de un bien, no es libre mercado, en absoluto; aunque ese bien sea la propia moneda.
Por lo tanto, si bien es malo que la moneda fiat esté en manos de los antojos gubernamentales, que nos llevan a cuotas de inflación a veces desorbitadas; también es cierto que el patrón oro, con esa falta de libertad sobre un producto como es el oro o es la moneda (ambas con el mismo valor); parece una gran contradicción en el mismo seno del liberalismo: El dinero y la falta de libertad para comerciar con el mismo.
En el otro lado, la reserva fraccionaria es un mecanismo muy bueno para ir introduciendo en el mercado la cantidad de moneda necesaria para comerciar con los bienes presentes en cada momento.
Lo único que el liberalismo debería hacer, en mi opinión, es clamar por un mercado libre, pero también para las monedas fiat. En este escenario, los consumidores elegirían sólo aquellas monedas que estuvieran mejor gestionadas y así, mediante la libre competencia monetaria, se irían generando monedas muy fuertes y desvinculadas de la corrupción gubernamental, puesto que, por supuesto, la generación de la moneda fiat, como cualquier otro bien, debería estar fabricada por entidades privadas… Ya, eso, hasta los liberales nos parece una locura, pero sólo se puede predicar con el ejemplo amigos… Y posiblemente, este ejemplo de confianza en nuestro ideario liberal, sería lo que definitivamente nos daría el nivel de credibilidad necesario para que la sociedad abandone de una vez por todas el progresismo imperante a nivel global.
Conclusión: El dinero es un bien (que sirve para comerciar) y el oro es otro bien que sirve para adornar, para ostentar cierto tipo de poder, etc… Dejemos que estos bienes convivan en nuestro querido Libre Mercado, sin que ninguno de ellos, sobre todo el dinero, sufra el control Estatal, que tanto denostamos los liberales… Así, sin salirnos de nuestras máximas esenciales, la economía irá “fina como la seda” y, por fin, podremos demostrar que nuestro ideario libertario realmente funciona y no lo necesitamos parchear con ciertos “tintes totalitarios”, como podría considerarse al patrón oro…