El que ha sido el representante del pacto más infame y antinatura de los últimos tiempos con tal de obtener el poder –me refiero a Patxi López y el pacto PSE y PP— ha cumplido un año como Lehendakari, esta semana. Y el balance no puede ser más desalentador.
Llegó al poder con la obsesión por el terrorismo y en él se ha instalado de la mano de su amigo Basagoiti. La famosa pinza, PP y PSOE nunca se había manifestado tan abiertamente.
Las obsesiones son malas. Todos tenemos preocupación por el terrorismo, mientras que Patxi y el PP vasco están obsesionados. Pero, ¿qué pasa con lo demás?
Patxi López, estudiante de euskera a costa del erario público –primer lendahakari que no habla la lengua de su pueblo—, es un experto en imagen. Estuvo durante tres meses antes de ganar las elecciones saliendo, día sí y día también en las televisiones y medios de comunicación afines al PP y al PSOE, o sea casi todos, y se montó una imagen de hombre cercano con su blog –cuyos méritos son los de ser candidato a lehendakari— y con otras herramientas de Internet como es el Twitter, que le llevaron a ganar el premio Las Ideas –donde la mayoría de los asociados son del PSOE— y a ser uno de los internautas más activos durante el periodo preelectoral.
Hoy ha demostrado el amor que tiene a las herramientas que tanto le valieron y a las que parece que se había unido de por vida. Su blog que consiguió estar entre los cinco primeros en las clasificaciones de bitácoras políticas más conocidas, gracias a ese premio que le dieron sus amigos y a la asiduidad y la oportunidad con la que escribía, hoy está cotizando a la baja y con tendencia a peor –¿habrá despedido a los negros?—, y es que naturalmente con el poder en sus manos ha disminuido la frecuencia y sus posts son de menor interés y de más baja calidad. Y del uso de twitter, mejor no hablar, ha pasado de ser un usuario de primera, durante la campaña electoral, a no utilizarlo prácticamente en la actualidad.
Ha frenado la política de viviendas, probablemente la mejor que existía en todo el Estado, ha prometido abrir debates sobre sanidad, educación pública, fiscalidad y no sé cuantos temas más, sin haber todavía empezado. Y ha conseguido que la deuda hoy, 1200 millones de euros, sea la mayor de toda la historia de Euskadi, y lo peor es que esa deuda ha ido en su mayoría a gastos corrientes y no a inversiones.
La última ha sido la defensa de la fiesta nacional. A pesar de que el programa del PSE anunciaba la defensa de los animales, D. Patxi, en aras de una “pretendida mayoría” defiende la defensa de las corridas de todos en Euskadi.
En fin, un año donde la preocupación mayor ha estado en desmantelar y desprestigiar al anterior gobierno vasco y en andar de la mano de Basagoiti en su obsesión con ETA. Todo lo demás ha quedado relegado a un segundísimo plano o a la nada. Y es que, la sombra de Basagoiti es alargada y le atrapa, y ¡cómo se nota!
Salud y República
Han escrito sobre este tema: Roberto, D. Ricardo, Madrazo…