Un directivo argentino de IDEA opinó para la prensa estadounidense que por ir al default en 2001, “Argentina ya no es considerado un país serio”. Krugman le respondió con los datos de crecimiento de 2003 a 2010: “¿Esto no es ser un país serio?”.
Página 12
“Me sorprende que digan que Argentina no es un país serio. No veo cómo el default argentino puede ser presentado, entre todos los ejemplos posibles, como una advertencia para Grecia”, escribió ayer en su blog del New York Times el economista Paul Krugman. En una breve publicación titulada Don’t cry for Argentina –No lloren por Argentina–, el ganador del Premio Nobel en 2008 destacó el sostenido crecimiento del PIB argentino desde 2003 y cuestionó la zonzera vernácula que afirma que el país está aislado del mundo desde que declaró el default. El post de Krugman responde a las declaraciones de un miembro del consejo directivo del conglomerado empresario local IDEA, quien consultado para un artículo de la edición impresa del diario estadounidense afirmó: “Argentina ya no es considerado un país serio”.
A medida que se profundiza el capítulo griego de la crisis estructural en la Zona Euro, distintos analistas, periodistas, banqueros y consultores recurren con distintos objetivos al default argentino para recomendar algún curso de acción. En ese debate, el New York Times publicó ayer un extenso artículo titulado “Mientras Grecia delibera el default, lecciones desde Argentina”. La nota que lleva la firma de Alexei Barrionuevo y Charles Newbery evalúa y destaca la evolución macroeconómica y marca diferencias con la situación griega. Entre las fuentes argentinas consultadas por los periodistas figura Jaime Abut, titular de una sociedad de Bolsa rosarina y vocal del consejo directivo de IDEA, quien aseguró: “Defaultear no es gratuito. Hay que pagar las consecuencias, y hay que hacerlo por un largo tiempo. Argentina ya no es considerado un país serio”.
Las declaraciones del empresario Abut forman parte de un discurso poco novedoso para el público local, pero Krugman quedó perplejo al leer su visión en el diario. “Me sorprendió la persona que dijo que Argentina ya no es considerado un país serio. ¿No debería ser considerado serio un país como este [en referencia al gráfico con el PIB per cápita]?”, se pregunta el economista, para rematar: “En Argentina, y en cualquier otro lado del mundo, ser serio fue un desastre”. El texto que Krugman publicó ayer al mediodía está acompañado por un ilustrativo gráfico con la evolución del PIB real per cápita argentino entre 1998 y 2010, donde se observa el fuerte crecimiento económico luego del default y la devaluación.
El post del economista norteamericano (que puede leerse aquí) sostiene que “Argentina sufrió terriblemente entre 1998 y 2001, mientras intentó ser ortodoxo y hacer lo correcto. Después de que defaulteó a fines de 2001 atravesó una breve pero severa caída, pero al poco tiempo comenzó una rápida recuperación que continuó por mucho tiempo”. Antes que recomendar un default para Grecia, Krugman refuta los argumentos de quienes recurren al caso argentino para desestimar una cesación de pagos como salida para el país helénico. “El ejemplo argentino sugiere que el default es una gran idea. Los argumentos contra el default griego deben ser que se trata de un país diferente. Aspecto que, para ser justo, es discutible”, advierte el economista, quien cuestiona a los líderes europeos por postergar una solución a la crisis griega, ya sea la salida del euro o una reestructuración de la deuda acompañada por asistencia desde la Unión Europea.
A pesar de su reciente defensa a la evolución macroeconómica y la consecuente “seriedad” del país, durante su última visita por Argentina, en octubre de 2009, antes del estallido de la crisis en Europa, Krugman cuestionó la orientación de la política económica por considerarla demasiado “heterodoxa”. Durante la conferencia que brindó en Buenos Aires resaltó, al igual que lo hizo en su post de ayer, el crecimiento luego del default y la reestructuración de la deuda. Sin embargo, consideró que “es un error quedarse demasiado en la heterodoxia y no saber ponerle fin a eso. Ahora es momento de cultivar una imagen de ciudadano respetable, para volver a ser heterodoxo cuando se necesite”, opinó en ese momento frente a un auditorio lleno de empresarios.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización