
Ayer estuve en la galería A&D Barcelona para ver las increíbles composiciones de constelaciones fractales del pintor Santi Queralt.
Allí me encontré a Paula, una estudiante de cine que calzaba unas encantadoras adidas Nizza Hi que habían sufrido un precioso desgaste de color.
El sol que pega en el balcón de Lucia, la dueña original de las zapas, le dio ese toque vintage actual.
Paula me comentaba que había sido un préstamo al que cada vez le cogía más cariño y del que seguro le sería difícil desprenderse.
La primera poseedora de las zapas las compró en Londres hace años y como si de unos tejanos se tratara han ido ganando muchísimo con su desgaste. Seguro que con este último retoque de color se arrepiente de haberlas cedido en su día.
Bambinos ¿Habéis recuperado algunas zapas por haber sufrido una preciosa erosión climatológica?
