Los problemas relacionados con el esófago suelen ser generalmente hernia de hiato y reflujo gástrico. Para paliar sus síntomas podemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Hacer comidas poco abundantes y frecuentes.
- Beber poco durante la comida.
- Masticar muy bien los alimentos.
- La hora de la cena debe ser anterior al menos en dos horas a la de acostarse.
- Evitar azúcares excesivos, alimentos que fermenten como legumbres, pan, bebidas gaseosas, etc…, especias, frituras, salazones, alcohol.
- No fumar nunca en ayunas.
En relación al estómago, los problemas son muy habituales debido sobre todo al modo de vida y los trastornos de los hábitos alimenticios.
Las personas afectadas de gastritis o de úlcera duodenal, deben procurar:
- Comer, masticar y tragar de forma pausada y tranquila.
- No consumir bebidas alcohólicas.
- Los ahumados y las carnes grasas y las salsas deben restringirse lo máximo posible.
- Las carnes serán preferiblemente de pollo o de cordero.
- Los pescados grasos y los mariscos también están desaconsejados.
- Fritos, embutidos, café y té deben eliminarse de la dieta.
El colon irritable es una dolencia particular que afecta también a quienes muestran síntomas de trastorno gastrointestinal. Generalmente la exploración médica no muestra lesiones orgánicas, si bien el funcionamiento del intestino grueso se encuentra afectado por causas relacionadas con el estrés, como tensiones, preocupación excesiva y nerviosismo crónico.
En estos casos es necesario atacar el problema desde su base, adoptando hábitos de vida saludables y herramientas psicológicas que permitan disminuir la tensión.
Una dieta de protección gástrica evitará sobre todo los alimentos fritos o rebozados, prefiriéndose hervidos o a la plancha, las legumbres, carnes grasas, estofados, salazones y quesos curados.