En la película El exorcista (1973), un demonio posee a Regan MacNeil. Ya en el inicio se observa cómo se encuentra una estatuilla inquietante en una excavación del norte de Iraq. Aunque no lo dice, se encuentran en las ruinas de Hatra, capital del imperio parto entre 247 a.C.-226 d.C. Patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1985, fue destruida por el Estado Islámico en el 2015.
Además de la estatuilla, allí se ve una estatua, no presente en la realidad, de este demonio. De haberlo hecho, los partos la habrían considerado antiquísima, ya que a finales del primer milenio apenas se usaba ya la imagen. Su origen es mucho anterior, del tiempo de los asirios (1813-609 a.C.) y babilonios (1792-539 a.C.).
Para ellos, era un dios demónico hermano de Humbaba e hijo del dios del mal Hanbi. A diferencia de los demonios de la religión cristiana, los demonios mesopotámicos tenían una naturaleza ambigüa. Era el rey demonio de los vientos, presidiendo concretamente el del suroeste. Este viento traía la sequía y el hambre en la temporada seca, y las langostas en la temporada de lluvias. Sin embargo, cuando se creía que la demonio Lamaštu amenazaba a la madre o al niño durante el parto, se usaba su amuleto con su imagen para ahuyentarla.
Como le pasó a varios dioses antiguos de Oriente Medio, Pazuzu terminó públicamente simplificado a un demonio puramente malvado, a imagen de los clásicos demonios de las religiones abrahámicas.
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