Revista Cine

Pché: La cólera de Ultrón y El Multiverso nº 1

Publicado el 16 abril 2015 por Lord_pengallan

Pché: La cólera de Ultrón y El Multiverso nº 1
La cólera de Ultrón: este es un cómic enteramente comercial en el sentido que se ha hecho tanto para calentar motores para la inminente peli de los Vengatas como para que la gente que le haya gustado la peli y quiera leer sobre el tema tenga algo que sea accesible. Por eso está historia es totalmente genérica y en cierta manera atemporal. Aunque el cómic hace referencia al pasado y se ambienta en el presente no remite a ningún episodio. De este modo es un cómic más que clásico, canónico. Sus personajes son superhéroes típicos, el argumento es clásico y sus mecanismos narrativos son los propios del género. Así, es una aventura genérica y formalmente clásica. No obstante Remender, uno de los 3 mejores guionistas Marvel en la actualidad, hace un buen trabajo si bien lastrado por su escasa originalidad, lo que hace aquí el guionista es contarnos su versión del conflicto paternofilial entre Ultrón y Pym, uno de los temas más importantes de Los Vengadores, pero sin ofrecer nada nuevo salvo un tratamiento más actual de las IAs y escribir a La Visión como una máquina humana cuando siempre sus guionistas han privilegiado lo uno o lo otro. No obstante, su visión crítica del presente, su prosa contundente y el reflejar el conflicto entre Ultrón y Pym de 3 formas diferentes y simultáneas: padre contra hijo, mortal contra dios y héroe patriarcal contra posmodernismo hacen que La cólera de Ultrón sea una lectura entretenida. Sin embargo no tiene nada que hacer contra La última historia de Los Vengadores, de todas las historias de Ultrón la que más ha inspirado a Remender para escribir este relato. Aquel cómic, uno de los 10 mejores cómics de superhéroes de Marvel, aunque sólo lo tengamos en ese top yo y las madres de P. David y de A. Olivetti, sus autores, es emocionantísimo porque trata el lado humano de los personajes (el gran fallo de Remender en La Cólera de Ultrón es escribir iconos en vez de personas), es patético porque sus protas sufren y dudan, es épico porque la violencia es extrema (muertes y amputaciones) y es trágico. A eso no se acerca Remender ni un ápice precisamente por su comercialidad. Su cómic es fácil de consumir y por ello, aunque tiene momentos, nunca consigue despegar o renovar el culebrón con algo original o una nueva lectura. Cosa parecida pasa con Opeña, el dibujante de esta obra (ayudado por el español Larraz, un error de Marvel pues no sólo tienen estilos diferentes sino que a este dibujante se le dio poco tiempo de modo que sus páginas son desmañadas y mediocres, por debajo de lo que es capaz, por lo que el contraste entrambos dibujantes es mayor; esto pasa cuando se antepone el negocio, la obra tiene que ser un lanzamiento mundial en una fecha concreta, sobre el trabajo). Es mucho mejor dibujante que Olivetti pero a costa de ser más convencional y anodino además de tributario del Cine (miren su portada, remite al estilo actual de los cárteles de pelis: fotos singulares Photoshopeadas de poses vacías que sirven tanto para un roto como para un descosido). Su narrativa es demasiado sosa e impersonal y sus dibujos son bastante realistas así que todo queda gris. La anatomía vigoréxica, la técnica variada, mix de Sienkiewicz y Bisley, el buen uso del diferente tamaño de las viñetas y la exagerada expresividad que caracterizan el estilo de Olivetti (hoy en decadencia) encajan perfectamente con la historia más grande que la vida que había escrito P. David (no sometida a lo canónico pues se ambienta en un hipotético y sombrío futuro) a pesar de la tosquedad y los fondos simples o inexistentes. En cambio, Opeña lo narra y lo dibuja todo con eficiencia y corrección olvidando que eso siempre deja fuera la emoción y el dinamismo. Las grandes historias lo son porque se salen de los límites así que el academicismo y la normalidad no son la forma con la que se han de plasmar. Así, mientras que P. David y Olivetti hicieron una tragedia inmortal, Remender y Opeña una historia entretenida. Mejor que la gran mayoría de las historias de Ultrón, las he leído casi todas incluidas una chorrada de Bendis y una mediocridad de Shooter, pero lejos de su modelo, La última historia de Los Vengadores. La comercialidad es muy estrecha. Así que dejo pasar este cómic hasta que tenga una edición modesta pues esas tapas duras son tan gruesas que equivalen a un puñado de grapas y su calidad no justifica sacrificar espacio.
Pché: La cólera de Ultrón y El Multiverso nº 1
El Multiverso nº 1: esta miniserie se esperaba con ganas pues Morrison es el único guionista sobresaliente que actualmente escribe superhéroes y por eso ha decepcionado. Es un nº muy genérico por mucho que el escocés fuerce al máximo la Cuarta Pared. Lo que brilla en este 1º episodio es la falta de imaginación y de audacia del guionista, cosas que siempre le han caracterizado y que le ha hecho destacar así como ser odiado por unos y adorado por otros. Por tanto, lo que narra este episodio es un típico evento cósmico superheroico que tiene la singularidad de continuar una historia que Morrison lleva contando casi 20 años, desde que se hizo con el puesto de guionista de la JLA y se marcó una de las mejores etapas de una colección de superhéroes de la Historia. Es cierto que estamos en el arranque, pero se esperaba algo más que citas cultas pero facilonas (Alicia en el país de las Maravillas) y frikis, pues como se ha dicho la historia ya lleva un buen rato y con ella Morrison pretende renovar el género enriqueciéndolo con nuevas ideas, nuevas interpretaciones y un fiel reflejo del mundo actual, de ahí que el prota sea un Superman afroamericano (es que lo de negro quedaba un poco ambiguo), es decir, quiere ser un nuevo Lee, Kirby o Moore (persona que desde luego se necesita pero él no lo es porque es demasiado mayor y demasiado conocido). Por su parte el buen valorado Reis comete su error de siempre, el mismo de Opeña, no añade picante a los guiones. Es un buen dibujante pero es convencional e impersonal (miren lo manida que es su portada; de todos modos digo en su defensa, y en la de Opeña, que las portadas están muy sometidas a lo que diga la editorial, PERO lo que se ve en el interior, dado que no todos dibujan así, hace pensar que en sus casos Marvel no tiene que imponerse). Su estilo es el típico de los superhéroes pero la excelencia no reside en ser un perfecto intérprete de lo tópico sino en ir más allá. Así, Reis, como Opeña, no ofrecen más que lo mismo de siempre, aunque mejor de lo habitual, y por ello añaden mediocridad a los guiones. No se trata de dominar la anatomía, la perspectiva y los estilemas del género que toque, sino de ser personal y extraordinario. Con los clichés no se va a ningún sitio. Así pues, un comienzo muy frío para una de las historias más importantes del 2015 y más ambiciosas desde Watchmen

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