Desde la Transición hasta la llegada de Zapatero en 2004 día sí y día también aparecían manifiestos firmados por actores, directores de cine, escritores, periodistas y músicos reclamando ayudas para su gremio o salir de la OTAN; quien no firmara sería declarado fascista.
Estos días unos 450 de aquellos presentados como intelectuales han escrito un manifiesto en el que piden, como en otro manifiesto del pasado junio, la sustitución del PP por “un gobierno de progreso” dirigido por Pedro Sánchez, que coaligue a PSOE, Podemos y Ciudadanos.
Sin necesidad de los nacionalistas y separatistas vascos y catalanes sumarían 188 diputados, 12 por encima de la mayoría absoluta de 176.
Al premio Cervantes Antonio Gamoneda, al pintor Antonio López, al dibujante Forges y al comunista Gaspar Llamazares, los nombres de más relumbrón que habían firmado el manifestó anterior, se han sumado ahora Joaquín Sabina, Miguel Ríos, Aitana Sánchez-Gijón, Charo López, Julieta Serrano y Mercedes Sampietro, y los directores de cine Fernando Trueba y Fernando Colomo.
Incorporar al centrista Ciudadanos a un proyecto en el que, aparte del PSOE, estén los anarquistas y comunistas de Podemos y sus confluencias, incluso proindependentistas, como valencianos, catalanes y las mareas gallegas, parece imposible; aunque, como seguramente teme y diría Mariano Rajoy, “o no”.
Porque Ciudadanos sigue expresando como liturgia energética para mantenerse en la progresía su desconfianza y desapego hacia el presidente eventual, pese al pacto por el que el PP ha aceptado 150 medidas sociales y económicas de Albert Rivera, muy similares a las firmadas antes con el PSOE.
Estos 450 intelectuales creen que Podemos y sus confluencias podrían reducir sus exigencias, sobre todo las nacionalistas-proindependentistas, para de lograr ahora el apoyo de Ciudadanos.
Y es muy posible que Pedro Sánchez se lo crea también.
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SALAS