Está mal afirmar que un país es rico solo por sus abundantes recursos naturales, esto va más allá. Pero cuando un determinado territorio tiene la fortuna de poseer dichos recursos debe explotarlos de la forma más eficiente y efectiva posible, ya que genera un importante ingreso para la nación cuando estos se exportan. En el caso de Venezuela, es el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo, incluso más que Arabia Saudita, lo que nos lleva a retomar la idea anterior: ¿no se supone que esto lo hace un país rico? Pues no, hoy en día Venezuela vive la crisis más aguda de su historia, siendo el país con la inflación más alta del mundo (2000% en lo que va de 2018), escasez de todo tipo de productos, además de la crisis eléctrica que afecta a todo el territorio.
¿Cómo el país con más reservas de petróleo del mundo no saca provecho de las mismas para buscar su desarrollo? Sencillo: mala gestión por parte del personal de PDVSA.
Petróleos de Venezuela (PDVSA) es una empresa estatal venezolana cuyas actividades son la explotación, producción, refinación, mercadeo y transporte del petróleo venezolano. Entre los años 2002 y 2003 la empresa petrolera venezolana fue objeto de una fuerte reestructuración, ocasionada en buena medida por la situación política interna enfrentada por Venezuela durante esos años. Durante el mes de diciembre de 2002, parte de los trabajadores de PDVSA acataron un paro general empresarial indefinido, convocado por partidos de oposición representada por la patronal Fedecámaras y varios sectores de la sociedad civil, para exigir la renuncia de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela. Como consecuencia de ello, la producción de crudo, así como las actividades de refinación y comercialización cayeron en más de 90%. Las pérdidas monetarias de la nación producidas por dicha suspensión de actividades se estimaron en más de 10.000 millones de dólares,20 mientras que aproximadamente unas 18.000 personas (unas 2/3 partes de la fuerza laboral de la empresa para ese entonces) fueron despedidas por abandonar sus puestos de trabajo y plegarse al paro. Una vez finalizado el paro, PDVSA tardó aproximadamente año y medio en retomar condiciones de operación normales.
Desde entonces, PDVSA no volvió a ser ni una pequeña parte de lo que era, esto se debió principalmente a que el entonces presidente Hugo Chavez, luego de despedir dichos trabajadores, contrató una cantidad exorbitante de personas, aumentando así el gasto de personal de manera alarmante (en 1998 PDVSA contaba con una nómina de 30 mil trabajadores aproximadamente, hoy tiene más de 200 mil). No obstante, también se renovó la dirección de la empresa, colocando en la misma personas incapaces y sin el conocimiento requerido para tomar las decisiones en la petrolera, para prueba de esto: los antiguos ejecutivos de PDVSA que fueron despedidos por el gobierno, se encuentran actualmente en las petroleras más importantes del mundo, ganando sueldos gigantescos gracias a las aptitudes que desarrollaron en PDVSA y que ahora lo hacen en Dubai, por ejemplo. Por otro lado, se puede llegar a pensar que con este aumento de personal su producción también aumentó, pues no, todo lo contrario: su producción sigue disminuyendo de manera alarmante (en el año 2000 PDVSA producía más de 3 millones de barriles diarios, hoy en día no llega ni a los 500 mil barriles), esto, si contar el aumento exponencial de su deuda, que en el 2017 llegó a más de $90.000 millones.
Muchos se preguntarán cómo esto impactó de manera excesiva en la economía del país, y la respuesta es que el petróleo representa el 97% de los ingresos brutos de Venezuela, convirtiéndolo en un país dependiente del llamado oro negro, por lo tanto, si vende menos barriles le ingresa menos dinero al país, siendo este el que el gobierno utiliza para importar los productos que se consumen en Venezuela, ya que allí la producción en general es prácticamente nula. Además de esto, PDVSA es la encargada de pagar el inmenso gasto público que genera el gobierno venezolano, lo que significa que ya no se pueden pagar todos los caprichos del ejecutivo.
Para tener una idea de lo mal que va la empresa, hoy en día Venezuela tiene que importar la gasolina de los Estados Unidos, es decir, PDVSA no tiene la capacidad de por lo menos abastecer al país de este combustible derivado del crudo.