Revista América Latina
Dos son los rasgos prominentes de la votación de ayer: 1. El amplio apoyo queOllanta Humalaconquista en todo el país y en los más diversos segmentos sociales; y 2. La catástrofe electoral delAPRA, que pierde ahora el “sólido norte” en La Libertad, Lambayeque, Cajamarca y Áncash a favor de Humala.EnLA PRIMERApodemos jactarnos, sin soberbia, de habernos adelantado a apoyar, cuando las encuestas no las favorecían, dos opciones de cambio: la deSusana Villarány la de Humala.Nuestro diario había, por otra parte, previsto y difundido una tendencia de oposición en elAPRA, el partido que durante 80 años fue el más importante del país. Recién nacida en 1931, elAPRAobtuvo en aquel momento 27 asientos en la Asamblea Constituyente. Ahora, después del disfrute absoluto y abusivo del poder, luego de ejercer el “mejor gobierno de nuestra historia” (según la cúpula aprista), se ve reducido a una representación irrisoria: cuatro congresistas.El voto aprista disidente de ayer es resultado directo de la corrupción, el entreguismo antinacional y la negación de derechos, junto con la represión asesina con que el gobierno deAlan Garcíaha castigado a obreros, maestros, agricultores, amazónicos.El partido que acuñó el lema de pan con libertad negó a la mayoría la libertad y el pan. En el interior mismo delAPRAinstaló el espionaje, la represión, la exclusión.En los regímenes democráticos los dirigentes partidarios que obtienen resultados electorales negativos renuncian a sus cargos. ¿Abandonarán sus puestos el presidente delAPRA,Alan García, principal responsable del fracaso, yJorge del Castillo, su carnal en corruptelas y claudicación?El balance de ese dúo no es sólo moral. Ha demostrado asimismo estrechez de miras, miopía política. En una etapa, cuando era presidente del Consejo de Ministros, Del Castillo promovió faenones y estableció una red mediática, sin duda no gratuita, para apuntalar su ambición presidencial. Más tarde, reclutaron aMercedes Aráozcomo aspirante al sillón presidencial. La pobre señora no lograba ni el 5% de apoyo.Después, ya durante la reciente campaña electoral, buscaron, con ojo oportunista, apoyar aLuis Castañeda, en días en que éste aseguraba que ganaría en primera vuelta. A última hora, cuando hubiera sido descaro excesivo apoyar a KeikoFujimori, decidieron pedir votos para el ciudadano estadounidense Pedro Pablo Kuczynski. Parece que ni con ese aporte pasa PPK a la segunda vuelta.En suma, estos jefes que han renunciado a toda estrategia ideológica y programática, no aciertan una como tácticos. Si aún tuvieran sangre en la cara, deberían renunciar a sus puestos partidarios y entonar, como hacen los dirigentes dignos, una autocrítica severa sobre su actuación, que ha cavado la sepultura perpetua delAPRA