(Dirigida por Ronnie Temoche – Perú 2011)
Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones sobre las cosas … Así que, cuando suframos impedimentos o nos veamos perturbados o nos entristezcamos, no le echemos nunca la culpa a otro, sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones.
Epicteto
El Inca (Carlos Cubas) es un tipo, ya viejo, que trabaja en un circo de barrio practicando el cachascán. Le llaman así porque en su espalda lleva todo un tatuaje del dios Sol de los Incas. Sus adversarios, más jóvenes que él, parecen haberle encontrado la medida para resistir sus golpes. Uno parecido al “Santo” le aplica golpes sin piedad. El Inca todavía cree que es una estrella, pero la respuesta del público ya no es la misma. En el fondo, El Inca sabe que su tiempo en ese pueblo ha llegado a su final, quizá lo mejor es buscar nuevos horizontes en la gran ciudad, Lima.
La Boba (Flor Quesada) es una mujer sumamente atractiva y sensual como todas las mujeres del norte del Perú (Ancash, Trujillo, Chiclayo, Piura, Tumbes). Su rostro, su boca, su cabello, sus senos, sus caderas, sus piernas, el color de su piel, todo en ella es apetitoso. Cualquier hombre que la ve, la desea. El problema de ella es que cree todo lo que le dicen esos hombres (que es la más bonita del mundo, que no han conocido mujer igual a ella en sus vidas y etc y etc). Por eso le dicen boba. Y es que en los tiempos que vivimos, muchos hombres buscan aprovecharse de las chicas y luego siguen su camino. Llega a su pueblo, un muchacho de Lima y la llena de halagos, la pregunta es si realmente este chico será bueno o será como los demás. Al menos a La Boba con un par de miraditas ya le está gustando el muchacho.
El Hijo del Ladrón (Manuel Baca) tiene una pesada carga encima …. ser hijo del ladrón del pueblo. La gente lo odia porque piensa que es igual al padre. De remate su mujer, se encuentra embarazada y la desprecian como a él. Se le ocurre que lo mejor es irse a Lima, quizá ahí encuentre la paz que no halla en su pueblo.
Lima es la tierra de las oportunidades para los habitantes de las demás provincias del Perú, sin embargo con el paso de los años nos damos cuenta que es momento que cada uno haga de su lugar de origen un mejor lugar para vivir. Continuar con el pensamiento que lo “exterior” es mejor a lo nuestro, nos va seguir conduciendo al atraso. Los peruanos debemos ser optimistas. Conversando el otro día con un cusqueño me dijo: “¿Por qué nos llaman regiones, acaso Lima no es una región?, ¿Por qué nos llaman provincianos, acaso Lima no es una provincia?” Me dejó reflexionando.
Cuando nos vamos a otro lugar nos llevamos en el cerebro nuestros mismos sueños para el futuro y nuestras mismas historias del pasado. Lo único que podemos y debemos cambiar es nuestro presente, construirlo, armonizarlo, esculpirlo. Sea en la costa, en la sierra o en la selva, hagamos del Perú un mejor lugar para vivir.http://observandocineperuano.blogspot.com/feeds/posts/default