Con el conocimiento de la intención de voto del electorado en las últimas encuestas, es bueno revisar material informativo al respecto, y uno muy interesante es este análisis publicado en la web Otra Mirada bajo el título: ¿Hay diferencias entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala? Caso CNDHH
Varios analistas han salido a calificar, tanto a Ollanta Humala como a Keiko Fujimori, como “el mayor riesgo para la democracia”. Pero, ¿realmente Humala y Fujimori representan los mismos riesgos para nuestra democracia? Veamos.
El proyecto Fuerza 2011 de Keiko Fujimori está conformado por las mismas personas (Jaime Yoshiyama, Hernando de Soto, Martha Chávez, Jorge Morelli, Luz Salgado, Jorge Trelles, entre otros) que justificaron el golpe de Estado del 5 de abril de 1992, encabezado por Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. Si bien Ollanta Humala dirigió un levantamiento en Locumba en 2000 contra la dictadura de Fujimori que se resistía a irse y se equivocó al llamar “antidemocrático” al gobierno de Alejandro Toledo en 2005, estos hechos no tienen comparación con la herencia dejada por el fujimorato: golpe de Estado, corrupción generalizada, torturas y ejecuciones extrajudiciales. Asimismo, la vinculación que se hace de Ollanta Humala y Hugo Chávez, a estas alturas del partido, nos parece perezosa porque ni Chávez es peruano ni forma parte del proyecto de Gana Perú. Alberto Fujimori, en cambio, es el padre del fujimorismo.
Keiko Fujimori se niega a reconocer que Alberto Fujimori fue dictador y dice, más bien, que solo fue “autoritario”. Asimismo, Keiko Fujimori defiende la Constitución de 1993, que nació luego del golpe de Estado de 1992. ¿Y Antauro Humala? Al respecto, varios críticos de Ollanta Humala señalan que este apoyó a su hermano Antauro en el “Andahuaylazo” y que podría, una vez en el poder, sacarlo de cárcel. Ollanta Humala, como señaló en su momento y hemos visto a lo largo de estos años, ha discrepado de su hermano y ha criticado su accionar. Esto no sucede en el caso de Keiko Fujimori, quien pide perdón al país pero sigue intentando, a través de los tribunales, sacar a su padre de prisión.
Ollanta Humala ha sido sometido a una serie de investigaciones sobre el origen del financiamiento de su campaña electoral de 2006 y sobre el caso Madre Mía han sido abiertas un total de 11 causas judiciales que, finalmente, han sido archivadas. Por eso, sorprende que, en un reciente pronunciamiento, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos coloque a Ollanta Humala casi al mismo nivel que el dictador Alberto Fujimori. En cambio, Keiko Fujimori viene siendo investigada sobre el origen del financiamiento de los estudios en la Universidad de Boston. Keiko, como lo ha señalado la ex Fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, se niega a colaborar con las pesquisas del caso amparándose en su inmunidad parlamentaria.
Ollanta Humala se ha convertido para un sector de la prensa en el “cuco” que quiere destruir la economía del Perú, caricaturizando las propuestas de Gana Perú. Keiko, en cambio, no pretende cambios importantes en la economía y va hacer uso de las medidas clientelistas que promovió Alberto Fujimori durante su gobierno. De hecho, en plena campaña electoral, ya se vienen repartiendo en los asentamientos humanos alimentos a cambio de votos. En este aspecto, Keiko Fujimori también es una extensión del gobierno de Alberto Fujimori.
Estimado lector, saque usted sus propias conclusiones.