(Dirigida por Juan Daniel Fernández – Perú 2010)
Para Platón no era el conocimiento más que una reminiscencia. La película de Juan Daniel Fernández son una serie de recuerdos pegados, indistintamente del tiempo cronológico, en una cinta de 80 minutos. Se puede ver escenas de un niño soplando las velas de la torta de cumpleaños, de un joven conversando con una chica, otra vez de ese mismo niño dándole cerveza a un mono y divirtiéndose, muchas escenas de sus padres felices con la cámara enfocándolos. El sentido de familia se siente en el filme y uno lo percibe.
Uno se pone a pensar que le lleva a un director a plantear un filme que por momentos pareciera tan extraño, raro. ¿Cuáles son sus motivaciones para hacer esta cinta? La respuesta la hallamos hacia la mitad de la cinta: La cámara enfoca a un tipo sentado en su cama, él nos mira y habla sobre el miedo a la muerte. Es un paralizante para algunas personas. Sin embargo, el miedo está demás porque todos vamos a morir si no es en unos años, mañana o pasado o en un rato. Por gusto pensamos en el futuro entonces. Lo que importa es el presente, el pasado ya fue (debemos recordarlo porque nos sirve de todas maneras para no volver a cometer los mismos errores y para repetir las fórmulas de acierto. No podemos huir del pasado ni tampoco del futuro). En la medida que trabajamos el presente, nuestro presente, forjamos nuestra excelencia como seres humanos, obvio siempre en el marco de la moral y la ética, sin libertinaje.http://observandocineperuano.blogspot.com/feeds/posts/default