Este es el análisis realizado por la web OtraMirada titulado ¿Se repite la misma sorpresa? en el que ven el auge de Ollanta Humala y las posibilidades de los otros candidatos, además de una revisión a nuestra evolución como público elector, bastante interesante: Llegamos al final de la primera vuelta de estas elecciones generales del 2011 y nos da la impresión de que nuestra democracia no ha cambiado mucho. Varios candidatos importantes, incluso más que en el 2006, disputándose la herencia neoliberal como programa de campaña. Uno solo, Ollanta Humala, apareciendo como candidato alternativo a los anteriores. Parece que la ilusión de un modelo económico y una democracia funcionando hubiera sido, en un inicio, más fuerte que la crítica de esta. Sin embargo, en el curso de la campaña las cosas fueron cambiando para llegar al punto en que los últimos sondeos de opinión permitidos le dan la primera opción a Humala y ponen en pelotón distante a todos los demás en esta primera vuelta. La realidad al pie de urna dista entonces de la ilusión del punto de partida y nos hace ver, a muy poco de votar, que algo sino mucho de razón hemos tenido en estos dos años en nuestra crítica reiterada al establecimiento económico y político del país.
Pero lo interesante, por positivo, de esta campaña ha sido que las propuestas se han impuesto sobre los insultos y finalmente sobre los relatos hechos de recuerdos de gestiones pasadas. Los dos candidatos que han basado sus campañas en propuestas han tenido la subida más importante en los sondeos de opinión. Nos referimos a Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Lo interesante es que son candidatos con posiciones opuestas y esto le ha dado un especial interés a la competencia, poniendo, a pesar de todo, a la diatriba en segundo plano. De ellos, Ollanta Humala, por tener su referente social en los sectores populares, que son una larga mayoría electoral, y habiendo demostrado tener una campaña ordenada que se nutre de las experiencias anteriores, es el que más posibilidades muestra de mantener su liderazgo e incluso subir algunos puntos el próximo domingo. Kuczynski, más allá de su formidable operación de marketing en curso, tiene un techo de crecimiento social más pequeño por estar insertado, básicamente, en los sectores más acomodados de la población.
Mientras que los dos a la baja: Alejandro Toledo y Luis Castañeda son aquellos que han basado sus campañas en el supuesto buen recuerdo de gestiones pasadas, Toledo en el gobierno nacional y Castañeda en el municipal. Para estos últimos la campaña ha resultado muy larga y sus relatos muy débiles. Ciertamente Castañeda el más débil de todos que cayó del primer lugar a un incómodo quinto lugar y bajando. No parece haberse recuperado del rayos X que hizo de su gestión la actual alcaldesa Susana Villarán mostrándose como una vitrina sin contenidos. Toledo por su parte no pudo evitar mostrar las inconsistencias de carácter que todos le conocemos y estaría teniendo graves dificultades de pasar a la segunda vuelta. Mantiene, sin embargo, su capacidad camaleónica para aparecer como lo que no es, así como sus posibilidades de atraer, en un posible “rebote” a electorado de distintos sectores que eventualmente le permitan liderar a los demás neoliberales.
La incógnita sigue siendo Keiko Fujimori. Mantiene aproximadamente el mismo porcentaje en las encuestas en los últimos dos meses y ha desarrollado una estrategia de campaña más bien conservadora. Esto ha hecho decir a varios analistas que su objetivo principal no sería el gobierno sino mantener la influencia política que han conseguido en los últimos años, buscando caminos para sacar a su líder, el reo Alberto Fujimori, de prisión. La caída de Toledo y el techo social de Kuczynski habrían, sin embargo, despertado esperanzas y quizás posibilidades en estos predios de pasar a la segunda vuelta. Serían el otro partido popular, de derecha en este caso, haciendo alusión a las redes clientelares de los noventas que todavía les sirven de bases, que podría enfrentar a Ollanta Humala y Gana Perú.
Ollanta Humala, por último, ha demostrado eficacia como candidato, tanto en su propuesta programática, que plantea un cambio económico y político para afrontar los problemas de fondo, como en su estrategia política que ha ido de menos a más, sin caer en los lugares comunes, que lo emparentaban con el desorden, de su primera campaña. Esto parece ser suficiente para esta primera ronda, pero, ¿será suficiente para la segunda? Veremos.
No deja de preocuparnos, sin embargo, que la importancia que ha alcanzado las propuesta alternativa al sistema vigente haya causado, en esta última etapa, un clima de intolerancia grave y en algunos casos muy grave, atentando contra la necesidad de un mínimo de respeto democrático indispensable para que la competencia no se convierta en confrontación, ni menos los adversarios en enemigos. Si este clima no se supera de cara a la segunda vuelta las consecuencias para la democracia y para el Perú pueden ser impredecibles. Desde Otra Mirada hacemos votos para que nuestro proceso electoral se desarrolle en las mejores condiciones políticas para beneficio de la ciudadanía y de todas las organizaciones participantes en el mismo.