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Peach Girl, de Miwa Ueda

Publicado el 15 noviembre 2018 por Belldandy @belldandy_18
Peach Girl, de Miwa UedaDespués de varias lecturas que han sido entre malas y simplemente pasables, me apetecía leer algo que me gustase y no sé muy bien por qué me fijé en la fila de tomos anaranjados que forma esta serie en una de mis estanterías pero me dio el mono de releerla después de varios años. Repasando las fechas de publicación me doy cuenta que terminó de salir en 2008 así que de eso hace ni más ni menos que 10 años por lo que parece que este décimo aniversario es un buen momento para hablar de este shojo tan mítico por entonces. Es increíble cómo pasa el tiempo ¿verdad?

Como la serie fue bastante importante (aunque al parecer las ventas no acompañaron) he decidido que usaré el formato más completo que teníamos en las reseñas de PSS. Más que nada para que quien desconozca la serie pueda ver en el apartado de las curiosidades todo lo que derivó de ella y que, a día de hoy, sigue teniendo su relevancia como se aprecia en que el año pasado tuvo una película y actualmente se está publicando una secuela de corte josei.

Datos
Título original: Peach Girl 
Autora: Miwa Ueda
Tomos: 18
Años: 1997-2003 (Japón) 2007-2008 (España)
Revista: Bessatsu Friend
Editorial en Japón: Kodansha
Editorial en España: Planeta
Estado actual: Publicación completa
Precio: 6.95€

Curiosidades / Datos extra

- En 1999 ganó el Premio Kodansha al mejor manga en la categoría shojo.
- En el año 2000 se publicó un artbook de la serie aunque también incluye ilustraciones de sus obras anteriores.
- En el año 2003 se publicó un fanbook de la serie.- Cuanta con un anime de 25 capítulos del año 2005 del Studio Comet. Fue dirigido por Hiroshi Ishiodori. El anime adapta la totalidad del manga.
- El anime llegó a España de la mano de Jonu Media que lo sacó completo en dos packs.
- La serie tuvo una adaptación a dorama taiwanés en el año 2002 de 13 capítulos. Destaca que cambiaron la acción del instituto a la universidad.
- En 2017 la serie ha tenido una adaptación a película de imagen real en Japón (web). Fue dirigida por Kōji Shintoku, escrita por Junpei Yamaoka, y protagonizada por Mizuki Yamamoto (Momo), Kei Inoo (Okayasu), Mackenyu (Toji) y Mei Nagano (Sae).
- La serie cuenta con dos secuelas. La primera es del año 2004, se titula Ura Peach Girl y consta de 3 tomos. Como la serie original, también salió en la Bessatsu FriendTiene de protagonista a Sae y se puede considerar un spin-off. La segunda secuela está actualmente en publicación desde el 2016 y lleva 5 tomos. Se titula Peach Girl Next y sale en la revista Be love, de corte josei. Temporalmente se sitúa 10 años después del final de la serie original.
Argumento
Peach Girl, de Miwa Ueda
Todos hemos oído alguna vez que las apariencias engañan; pero en el caso de Momo, ¡también le causan multitud de problemas! Los años en los que estuvo en el club de natación del instituto medio aún se le notan. Su piel bronceada y su pelo aclarado por el cloro le dan el mismo aspecto que adoptan las ganguro, una tribu urbana japonesa formada por chicas con fama de fáciles. Pero además, su altura, su constitución atlética y sus rasgos faciales la hacen parecer una camorrista violenta. 

Momo, que en el fondo es muy dulce e inocente, sufre mucho con esta situación porque todos creen lo que no es: desde viejos verdes que le piden sexo a cambio de dinero hasta estudiantes de su instituto que no se atreven a acercase a ella.

Ahora, en el primer año de Bachillerato, se ha hecho amiga de Sae, una chica que es todo lo opuesto a ella: bajita, blanquísima de piel y de aspecto delicado. Sin embargo, Momo empieza a ver que, tras esa amistad, sólo hay interés y falsedad pues Sae parece dispuesta a copiarle y quitarle todo aquello que le gusta.

Momo lleva años enamorada de Toji, un compañero de su anterior instituto al que, según le dijo una amiga, le gustan las chicas de piel pálida. Desde entonces ha hecho lo imposible por blanquearla y está decidida a declararse tan pronto su tono sea más claro que el de él. Cuando Sae nota que tiene una relación especial con Toji, ante el miedo de que se lo quite, decide mentirle y señala al primer chico que ve en el pasillo como aquél por quien siente algo, quien resulta ser Kairi Okayasu, un chico muy atractivo con fama de ligón. Dicho y hecho, en cuanto Momo se da la vuelta, Sae intenta conquistarle pero para sorpresa de ambas ¡la rechaza! 
La admiración inicial que Momo siente por Kairi pronto desaparece cuando éste esparce el rumor de que se besaron un par de veranos atrás. Como si no tuviese bastante con la arpía de Sae, ahora debe lidiar con un moscón que parece querer convertirla en su nueva conquista. Conseguir el amor de Toji parece que no será tarea sencilla.

Reseña
Shojos de instituto con triángulos amorosos hay muchos, posiblemente sea lo primero en lo que cualquiera piensa al escuchar el nombre de esta demografía. Algo muy especial deben tener aquellos que consiguen llegar a esta cifra de tomos pues la mayoría no dan tanto de sí y, cuanto más duran, más suelen dar la sensación de chicle estirado. No es el caso de esta serie. La autora parecía tener muy claro lo que iba a contar y el carisma de los personajes y los elementos de fondo que introduce le dieron la fama y el apoyo necesario para poder desarrollar la historia todos los tomos que necesitó. Esto no es mi percepción, en algunos freetalks a mitad de serie la autora comenta que le preguntan a menudo sobre cierta foto misteriosa que enseñó de pasada un personaje o cuándo reaparecerá otro y dice que todo llegará a su debido momento. Que tuviese el guión en la cabeza es algo que se nota y se agradece pues algo de lo que pecan muchos shojos que alcanzan estas cifras de tomos es que parece que se limitan a ir introduciendo personajes y subtramas sin mucha planificación.

La serie se podría dividir en varios arcos, aunque por lo general no hay separaciones radicales entre ellos ya que todos van enlazados. Los más interesantes y originales serían los primeras mientras que hacia el final la trama toma tintes un tanto culebrónicos y melodramáticos algo excesivos pero que no dejan de enganchar hasta un desenlace que da varios giros incluso en sus capítulos finales. 

Aunque a simple vista estamos ante un simple triángulo romántico de instituto la serie muestra desde lo más cruel que se puede ser por envidia a los sacrificios que se pueden llegar a hacer por amor. Tiene los dos extremos humanos. Habla de la confianza de pareja, del respeto hacia uno mismo, del orgullo que ciega, del rencor justificado, de la venganza, del miedo a avanzar, del miedo a que te hieran, o de la obsesión. Este shojo engancha por la cantidad de emociones que llegan a mostrar sus personajes, tanto buenas como malas. Ya me encantó cuando lo leí hace años pero con esta relectura me ha gustado aúnmás. 

Peach Girl, de Miwa Ueda
Del desenlace, sin hacer spoilers, está claro que no gustará a todo el mundo. Al margen de las maquinaciones de Sae, la serie gira en torno al triángulo amoroso Toji-Momo-Okayasu y la autora hizo que diesen tantas vueltas que podría haber acabado de cualquier forma. Cuando parecía claro que fuese una pareja la definitiva, algo surge que hace dudar. Personalmente, las cosas acabaron como yo quería pero no niego que sea injusto para cierto personaje. Ese puntillo agridulce es lo que marca un final que me parece perfecto. Recuerdo que en su época debatimos mucho en los foros sobre esta serie, sus personajes y su desenlace.

No todo es perfecto, claro. Al ser una historia de enredos recurre a muchos de sus clichés como esos malditos móviles que nunca tienen batería cuando deben o los (no)encuentros en los momentos más (in)oportunos o hasta tifones cuando necesita que los personajes queden atascados en un sitio. Son recursos que, usados en exceso, le quitan naturalidad a la serie que los necesita para forzar la llegada al punto al que quiere llevar la autora la trama. Sin ser la serie más sangrante que me he encontrado en este aspecto, es cierto que se le nota demasiado que cae en estas estratagemas argumentales, sobre todo en la recta final.Sin duda lo que hace especial esta serie por encima de muchos shojos de enredos es su antagonista, Sae. La chica es mezquina y retorcida a niveles fuera de cualquier escala. De hecho, la autora parece que hizo una especie de compendio de todas las posibles jugarretas por parte de falsas amigas. Durante varios tomos se incluyen resúmenes y comentarios de cartas que le hicieron llegar sus lectoras y lectores reflexionando sobre las "Sae" de la vida real y es interesante ver los diferentes enfoques y opiniones que se dan al respecto de esas personas que son envidiosas, traicioneras o puramente malvadas. Leer estos testimonios nos hace recordar que, por desgracia, la realidad supera siempre a la ficción.

Peach Girl, de Miwa Ueda
No obstante, la Sae maquiavélica que tenemos al principio y que llega a divertir por esa obsesión confabuladora y envidiosa hacia Momo da luego paso a una Sae que llega a realizar actos que son puro delito. Ni en el mismo desenlace perderá las ganas de manipular.También es cierto que no se queda ahí el personaje y tiene una evolución que la va haciendo cada vez más humana y más madura. Que las fases por las que pasa, el sufrimiento que padece y las lecciones que aprende a las malas sean suficientes para quedar perdonada por todo el daño que ha hecho ya queda a opinión de cada cual. Sea como sea, de lo que no hay duda es de que es el mejor personaje de la serie.

Por su parte, Momo tiene elementos tanto de la protagonista estándar de los shojos de instituto como otros que la hacen diferenciarse. Por un lado, es la clásica chica buena e inocentona. En contraposición es una chica más bruta y directa que la media. Un elemento diferenciador son esos complejos que tiene por su aspecto, algo que la marcan mucho y con los que cualquiera se puede sentir identificada ¿qué chica, especialmente en la época del instituto, no tenía algo que no le gustaba de su físico? Momo deja la natación, que le encantaba, para no ponerse más morena, pero las hay que sacrifican comer lo que les gusta por intentar adelgazar o hacen ciertos ejercicios para tonificar ciertas partes del cuerpo o se dejan un dineral el productos para el pelo, para la piel, en depilación... Que los cánones de belleza nos han hecho daño a todas es un hecho y está bien que lo reflejen en una serie. 

Partiendo de esta identificación que hacemos con la protagonista y siendo una chica simpática, fuerte y tan normal es fácil empatizar con ella y animarla o querer abofetearla cuando vemos que mete la pata hasta el fondo. Su evolución es compleja y no es fácil aceptar algunos de los cambios que pega. Por un lado deja los complejos y madura pero por otro la Momo más fuerte del inicio, que soportaba acoso y humillaciones estoicamente, se desdibuja. No  me parece justo restarle puntos al personaje por esto sabiendo todo por lo que pasa. Por esto creo que el desenlace con ella es positivo también, porque deja atrás las dudas y se lanza a por lo que quiere aunque deba hacer daño en el proceso.

La relación entre las dos es muy interesante. Ambas se envidiaban ya que Momo desearía ser blanca y menuda como Sae mientras que ésta querría tener todo lo que a ella le gusta. La diferencia es que una lo supera, sobre todo al descubrir el error al respecto de lo que pensaba Toji, y la otra se va convirtiendo cada vez más en una rival que sólo encuentra la felicidad en hundirle la vida para quedar por encima. Sae quiere que Momo la envidie y no puede dejar que viva su vida. Así, al final, la que tenía los mayores complejos con su físico está en realidad más feliz que la que cree que sólo puede alcanzar la felicidad quedando por encima, humillándola incluso. Pero claro, cuando lo consigue, siendo Momo la chica fuerte que es y superando el daño recibido, pronto desaparece esa sensación de poder y debe encontrar nuevas formas de hacer daño. Es terrorífico pensar que hay personas en la vida real capaces de llegar a tales extremos.

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Toca ahora hablar de ambos chicos, ambos humanamente imperfectos. Toji es un buenazo, tímido, serio e indeciso que no tiene ninguna doblez en su personalidad. Okayasu es un ligón, cachondo y pervertido al que tendremos que esperar para conocer en realidad. Mientras que el primero es el blanco perfecto para las maquinaciones de Sae, ya que nunca se había cruzado con alguien como ella, el otro la cala enseguida ya que parece estar vacunado contra la gente de su calaña. Como decía, no obstante ambos son imperfectos y es que los dos pecan de idiotas llegado el momento, no se puede negar, incluso aún teniendo sus razones de peso dan ganas de estrangularlos. Es curioso que uno sea por falta de confianza y el otro por exceso de ella.

Aunque esto está quedando bastante largo no quiero dejar la reseña sin profundizar un poco más en ellos, pero ya en spoilers. De todos modos, si sentís curiosidad, os puedo decir que coincido con el texto que aparece al final del último tomo de la serie. Toji es un encanto y es demasiado bueno pero tiene una enorme falta de confianza en Momo y así una pareja no puede funcionar. Ya hizo mal cuando todo lo del hospital, aunque se disculpa y resarce el daño, pero su gran error fue querer hacerse el héroe cargando él solo con la jugarreta de la foto de Sae. Ahí le falló de nuevo su confianza en ella y el valor de pedir ayuda para solucionarlo entre todos. Momo también pecaría de esa falta de confianza pero hay que entender que con los precedentes de Toji y la forma en que la rechaza una y otra vez de las formas más crueles posibles se acaba con la fe y la seguridad de cualquiera. Así, toca hablar del tercer vértice del triángulo, Kairi. No puedo negarlo, siempre me encantó este chico y en esta relectura lo he entendido aún mejor. Para empezar, está desde el principio ahí, apoyando a Momo y se llega a convertir en la única persona en quien puede confiar. Además, con él es ella misma, más abierta y espontánea, con Toji incluso en los mejores momentos es una versión contenida. Luego, cuando se descubre el pastel de que Kairi tiene a otra en su corazón desde hace años, resulta injusto para Momo pero ella (gracias a un empujón de Toji que ahí se porta como un caballero y amigo) no se rinde y decide aguantar a su lado como segundona hasta que resuelva lo que siente por la otra. Aquí es cuando se le va un poco de las manos a la autora y el temporal regreso con Toji no me convence porque éste se aprovecha de su debilidad. Pero, en definitiva, que acaba con el que debe porque es quien mejor la comprende, quien no sólo la quiere sino que es su amigo incondicional y quien supo ver siempre lo que ella era. Fin de spoilers.En cuanto a personajes secundarios, sin duda la más interesante es Misao, la enfermera del instituto que hará de consejera de los protagonistas. Es una mujer sencilla, madura y confiable. Siendo una veinteañera sabe enfrentarse a los problemas con una mirada más adulta pero incluso así no deja de ser una joven con sus complejos, en su caso el sobrepeso, que le impiden sincerarse con quien le gusta. 

En lo que a dibujo se refiere, las portadas llaman muchísimo la atención por el colorido chillón y, para no negarlo, un tanto hortera en algunos casos. Aunque Momo no es una ganguro parece que la autora quiso coger algo de esa estética tan cantosa para las ilustraciones. Interiormente, lo que es el manga como tal en blanco y negro, sigue un estilo mucho más estándar.

Y va siendo hora de concluir esta reseña tan extensa. Peach Girl es uno de los grandes shojos que nos llegaron hace unos años y que destaca por encima de la media por el enorme carisma de sus personajes, por la mala más perra e inolvidable y por la cantidad de sentimientos que desborda. La pega es que la lía un poco de más en su recta final y que llega a volverse un tanto culebrónica pero no deja de enganchar y emocionar, para bien o para mal, de amor o de rabia, hasta su mismo desenlace.

Peach Girl, de Miwa Ueda

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