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Birmingham 1924. La tercera temporada arranca muy fuerte con los Shelby bien acomodados celebrando una boda y un nacimiento que van a traer sus consecuencias. Thomas contacta con la familia real rusa para hacer negocios y penetra en un turbio maremágnum de intereses internacionales por el robo de unos carros blindados que le van a suponer auténticos quebraderos de cabeza, máxime cuando sus enemigos conocen sus puntos débiles. El guión mantiene una alta capacidad de sorpresa y la mantiene a lo largo de los seis episodios, en los que puede pasar literalmente cualquier cosa porque además sexo y violencia ganan protagonismo. De nuevo una gran ambientación y los conflictos de intereses de los personajes (muy compleja su estructura coral) como base dramática de un argumento que literalmente te atrapa. Lo mejor, una vez más, es que cuando parece que la serie va a agotar su capacidad de sorprenderte vuelve a hacerlo e incluso más si cabe y siempre dentro de una calculada lógica criminal.