Revista Espiritualidad
Dicen los judíos que un hombre muere cuando “lo que ha venido a hacer” está hecho o porque ya no hay forma humana de que lo haga. Y tienen la costumbre de añadir a este tipo de afirmaciones que “la Ley siempre se cumple”. El caso es que a lo mejor algo de eso hay. Que uno tiene que hacer lo que tiene que hacer (verdad de Perogrullo, por otro lado) y si no lo hace pues ya va sobrando que para estas cosas la vida es muy expeditiva.
Hace tiempo alguien me dijo con mucha sorna: “Ah! Es que eres una mujer con una misión!” después de contarle (desafortunadamente a la vista del comentario sarcástico) alguno de mis sueños, no recuerdo cuál.
Y me sentó fatal. Primero por elegir mal las orejas. Segundo y más importante -aunque a mí no me lo pareciera en ese momento- porque si la tenía no la estaba realizando. Muchos sueños, muchas ideas y ni un sólo resultado, ni un solo cuajamiento.
Pero, en concreto yo, tengo la enorme suerte de tener por ángel (según dice una página web que consulté como un oráculo buscando consuelo en un momento un tanto desesperado) a Mahasiah, el de la última oportunidad. Lo que entendí, sobre todo porque lo tengo constatado en mil y una circunstancias, es que soy de esas a las que todo se les da en el último momento. Salvada por la campana, vaya, por hablar en roman paladino.
Por si acaso, lo cuento. Porque me parece que nos pasa a más de uno y de dos. Que muchos nos cortamos de hacer lo que nos resulta tan natural hacer tan sólo por miedo, por inseguridad o cosas de esas que no nos conducen más que a estar vivos pero zombis, ocupando espacio sin amarlo intensamente. Un pecado capital y mortal de necesidad como bien saben todos los infartados.
Se tiene que acabar. Porque tener un sueño es una bendición que no viene a cuento de nada rechazar.
Échale un vistazo, va de lo mismo:
La bendición de tener un sueño
Y que a lo mejor mi sueño es tan hermoso como sentarme a contemplar calabazas y encandilar a todo el que tenga cerca con lo mismo. No diría yo que no. Pudiera ser..... y hay más, siempre hay más.