Revista Cultura y Ocio
Pecham razona del siguiente modo contra la eternidad del mundo:
Si la materia es simple, no puede componer nada, ya que carecería de extensión.
Si la materia es compuesta, no existe por sí misma.
Sin embargo, todo lo material está compuesto por materia.
Por tanto, la materia no es simple, sino compuesta (a saber, compuesta por la forma).
Por tanto, la materia no existe por sí misma.
Por consiguiente, el mundo no es eterno.