Un suculento plato con el ingrediente estrella de las mesas navideñas
El pavo es uno de los platos estrella en las cenas tradicionales de Nochebuena y Nochevieja y su sabrosa carne se puede cocinar de muchas maneras. Este año mi madre ha preparado dos platos suculentos con la carne del citado animal. Ha utilizado la pechuga para mecharla y el resto lo ha guisado en salsa de almendras. Hoy traigo a estas páginas la primera de las dos recetas: pechuga de pavo mechada.
INGREDIENTES:
Una pechuga de pavo grande, 300 gramos de tocino blanco (si es ibérico, mejor); una cabeza de ajo, media pastilla de concentrado de caldo, aceite de oliva, un vaso de vino blanco, una hoja de laurel, una rama de perejil, harina, sal, pimienta molida y agua.
MODO DE ELABORACIÓN:
Se pelan la mitad de los ajos y se pican muy menuditos. Se corta el tocino en tiras y se pica el perejil, también menudito. Se mezclan en un plato el ajo, el perejil y el tocino y se salpimenta todo junto. Con un cuchillo de punta fina, se agujerea la pechuga de pavo y se introduce en cada hueco practicado a la carne una tira de tocino y un poco de la mezcla del ajo y el perejil. Al término de esta operación, se envuelve la pieza de carne ya mechada en harina y se reserva.
A continuación, en el recipiente donde vaya a prepararse, que puede ser una cazuela grande o la olla exprés, se echa un cazo grande de aceite de oliva y la otra mitad de la cabeza de ajo, con los dientes pelados y enteros y se pone al fuego. Con el aceite templado y antes de que el ajo llegue a tomar color, se añaden la pieza de carne envuelta en harina que teníamos reservada y la hoja de laurel. Se rehoga todo y, en el momento en que la carne y los ajos empiecen a dorarse, se echa el vaso de vino blanco y se deja al fuego hasta que el vino se consuma. Una vez finalizado este paso, se añaden al guiso dos vasos de agua y la media pastilla de concentrado de caldo, y se deja a fuego medio hasta que la carne esté tierna. Si se ha utilizado una cazuela, este proceso puede prolongarse durante unos 80 o 90 minutos. En la olla exprés el tiempo se reduce aproximadamente a la mitad. En caso de utilizar este último utensilio, la recomendación son 30 o 40 minutos. Una vez que la carne esté tierna, lo que debe comprobarse pinchándola, se aparta la pieza en una fuente y se deja enfriar, y la salsa se pasa por el chino. Cuando la carne esté completamente fría, se parte en rodajas de un centímetro de grosor con un cuchillo de cocina bien afilado.
A la hora de comer se sirven las rodajas de carne fría acompañadas de la salsa bien caliente.
Se trata de un plato exquisito para la última cena del año. ¡Espero que os animéis a prepararlo y lo disfrutéis mucho!
RoCastrillo