Revista Historia
Todos los miembros destacados del PSOE, que están a favor de una abstención en la prevista sesión de investidura de Rajoy, no se cansan de repetir que se debe utilizar la pedagogía para que tanto sus militantes como sus votantes comprendan y acepten tal decisión. Más o menos lo que pretenden hacer es tratar de justificar lo injustificable por medio de discursos vacíos de contenido.
Dejemos a un lado ese mantra tan hipócrita que alude a España como beneficiaria de la abstención, entre otras cosas porque pensar que un nuevo gobierno del PP va a beneficiar a España y a los españoles, va a solventar cualquier crisis aunque esta sea consecuencia de la ausencia de gobierno, solo lo hacen sus votantes, y no todos. Por otro lado argumentar, como hacen en el PSOE, que al estar el PP en minoría habrá posibilidades de legislar según los gustos de la izquierda no deja de ser un espejismo voluntario, la derecha tiene mayoría en el Congreso y no digamos ya en el Senado. No obstante y en el caso de que la izquierda "atara" de manos a Rajoy, se da por seguro que el PP convocaría nuevas elecciones antes del próximo verano, unas elecciones en las que el PSOE, después de haberse abstenido ahora, sacaría peores resultados que si en diciembre fuésemos nuevamente a votar.
El PSOE debe mantener su NO al Partido Popular, hacer valer su compromiso electoral y no defraudar ni a su militancia ni a sus votantes. Tal y como están las cosas la credibilidad es un valor en alza que el PSOE puede anclar a su discurso si mantiene su NO, si lo hace puede que en unas nuevas elecciones lejos de disminuir apoyos los aumente considerablemente, más aún si tenemos en cuenta todo lo que está saliendo a la luz, y lo que va a salir, en los juicios de la trama Gürtel, unos juicios que con el PP gobernando serán permanentemente zancallideados.
Pero claro, después de la enorme metedura de pata que se llevó a cabo en el último Comité Federal, en cualquier circunstancia y mucho más de cara a unas nuevas elecciones, se hace imprescindible enmendar el roto, y ese roto, provocado por los felipistas, es lo que se tiene que "coser". Sánchez debe volver a la SG, si no es así se deben poner los medios para que sea Borrell el elegido, cualquiera de los dos, más Borrell, serian capaces de limpiar y cohesionar el partido, formar un gobierno alternativo y de paso frenar el golpe que se prepara en Cataluña.
Permitir, colaborar en base a intereses electoralistas a que el PP vuelva a gobernar debería estar descartado en el PSOE, sea cual sea el precio a pagar. Permitir que un partido totalmente carcomido por la corrupción gobierne un país, no debería ser ni tan siquiera una opción, tenga los votos que tenga el corrupto.
El PSOE debe volver al camino de la cordura y olvidar a viejas glorias, a baronesas trepas y a caducos exdirigentes, Debe aceptar la realidad de la actual sociedad española y poner al servicio de ésta sus más nobles ideales, esos ideales a los que nunca debió renunciar. Todo menos permitir que un partido inmerso en la corrupción, fundado por unos exministros franquistas, consiga gobernar ni un día más en nuestro país, permitir que siga gobernando no por la fuerza de los votos obtenidos sino por la crónica desunión de la izquierda, una desunión que se viene padeciendo desde tiempos casi remotos y a la que se debe poner fin de inmediato, permitir la continuidad de Rajoy es un fracaso de la democracia parlamentaria.
Sí, puede que el PSOE necesite hacer pedagogía, pero debería empezar por sus propios dirigentes, por los partidarios de permitir que el Partido Popular siga gobernando, como diría un amigo mío, aunque no fuese más que por higiene democrática. Si finalmente colabora en que Rajoy se salga con la suya, lo que tiene que hacer este golpeado PSOE es apartarse y dejar paso a quienes sean capaces de plantar cara.
Benito Sacaluga