Revista Espiritualidad
Madre mía como se ha pasado el mes de octubre, entre unas cosas y otras, visto y no visto. Los amagos de los independentistas catalanes, empeñados en hacer una república del esperpento, las fiestas del Pilar, el viaje con mi hermano al corazón de Europa y a las guerras de Flandes. Las temperaturas de verano que no se acaban de marchar. La sequía impenitente que castiga la geografía española, agravado además con el tema de los incendios provocados por desalmados y malvados. Un taller de literatura de duración fugaz. El comienzo del aprendizaje del francés, que arranca lento. Cambios en el horizonte, personal, profesional y de todo tipo.Nunca octubre ha sido un mes, tan de transición como éste. En nada navidades, antes de lo que nos demos cuenta.Mis chicos cada vez más grandes, cada vez menos chicos, caminando su propio camino, construyendo su propio futuro. Aprendiendo y luchando, haciéndose mejores.Expectante por lo que tiene que venir, construyendo un nuevo "nido", una nueva realidad.Cambios y más cambios, anclajes, alas, realidades y sueños. Buscando rutinas que conformen una existencia. Un marco físico donde crecer, crear y vivir.Orientados al futuro, con las manos ocupadas, llenas de presente.