Revista Espiritualidad
Soy consumidor sin empacho, de todo tipo de películas y series de desastres, apocalipsis zombis, pandemias, distopías y futuros con la humanidad al borde de la extinción. Desde aquellos primigenios Mad Max, la amenaza vino de Andrómeda, la noche de los muertos vivientes o las más actuales Walking Dead, contagio o 28 días. Un tipo de cine, que contaba algo tan inverosímil y a la vez tan tremendo, que sentías un escalofrió en la espalda, a la vez que te acurrucabas en la mantita y pensabas que eso nunca podría suceder aquí.Pues bien, echaremos mano de la manida frase de que la realidad supera la ficción. Desde la ventana veo las calles desiertas, observo las noticias y veo como va incrementándose la cifra de infectados y de muertos, como en los hospitales se trabaja como en una zona de guerra. Voy al trabajo y veo a la gente con cara de susto, guantes, mascarillas, distancia. Por la radio del coche se repiten los comunicados de las diferentes administraciones con recomendaciones de higiene, de comportamiento, el #yomequedoencasa. Nuestra forma de vida y de relacionarnos se ha quedado parada en una vía muerta, de la que no sabemos cuando saldremos, ni si todo volverá a ser como antes. Vivimos momentos extraordinarios, de una relevancia que aún no somos capaces de evaluar. Vemos a los diferentes líderes sobrepasados por los acontecimiento, balbuceantes, vemos insolidaridades, egoísmos, pero también presenciamos muestras de heroicidad, de generosidad, de altruismo. La humanidad en toda su crudeza, para lo bueno y lo malo.Nuestro mayores están en riesgo, los débiles están en riesgo, nosotros mismos y nuestros hijos estamos en riesgo. Esta situación, va para largo. Ha pillado a una sociedad blandita, meliflua, comodona, adicta a las redes, a las tapitas en el bar, al yo, mi, me, conmigo y mis derechos por encima de todo.Este virus viene a revolucionar ese "way of life" occidental y a sacudir ese estado del bienestar, donde hemos dado todo por supuesto.Nos echamos las manos a la cabeza y decimos aquello de: Cómo pudo esto sucederme a mí. Buscamos culpables, alguien a quién echarle la culpa. ¿Los hay?El papel higiénico, en una espiral ascendente escatológica, es "trending topic" de las cestas de la compra. ¿Somos un país con diarrea mental, todo es una mierda, nos cagamos de miedo...?¿Será un nuevo misterio para Iker Jimenez?
Vienen días complicados. Aún no le hemos visto la peor cara a la situación que estamos viviendo. Es momento de cuidarnos, de cuidar a nuestra gente, de ser generosos, de sacar lo mejor del ser humano, de pararnos, de darle la importancia que tenían; y no teníamos en cuenta, a la cosas pequeñas, de poner en valor cosas que nos pasaban desapercibidas, los amigos, un paseo, comer un helado por la calle, ir de vacaciones, abrazar...
Desde aquí desearos lo mejor, animaros, esto pasará, seguro, que sea para hacernos mejores y más fuertes.