Escribe versos
y pártete en pedazos
hasta que se te rompa el alma
y reviente el corazón.
No dejes
que el ajeno reflejo deslumbrado
apague tu luz natural
ni que el brillo de las palabras
esconda la pasión de tus letras
para que la razón
no ponga freno a la verdad
ni el destino ingrato de lo humano
recorte las alas del espíritu inquieto.