Ya ha pasado casi un mes desde que me dijeron que NO. Dos desde que lo solicité. Y es que no se entiende que alguien pueda trabajar desde casa. E incluso pueda trabajar más desde allí. No se entiende en miles de empresas españolas. Y mucho menos en la administración pública.
Y mira que se hacen esfuerzos. Desde el Plan Concilia, aprobado en el año 2005, a la decena de Planes y Leyes de distintas autonomías y organismos públicos en los que se recoge, entre otras medidas, la posibilidad de trabajar desde casa. Aunque seas un trabajador público, sí.
En pleno siglo XXI, cuando las comunicaciones nos acercan a cualquier punto del planeta en tiempo real, en algunas administraciones públicas todavía se pide trabajar como en el siglo XX. O peor aún, como en el XIX.
No se pide implicación a los trabajadores públicos en proyectos, no se busca que trabajen para conseguir unos objetivos. Se pide presencia. Se pide que se esté en la oficina de 7:30 a 15:00 horas. Sólo eso. Da igual si ese tiempo es efectivo o no. Con estar, es suficiente.
La tan manida reforma de la administración pública, tarea imposible para gobiernos de cualquier color, tampoco buscaba una presencia efectiva de los trabajadores en sus puestos. Iba por otros derroteros. Una administración del siglo XXI debería adaptarse a los nuevos modelos de sociedad. No tiene sentido que existan en las administraciones personas que trasladan expedientes de un lugar a otro cuando un ciudadano puede acceder a los mismo de forma on line. ¿Para que un bedel que únicamente hace fotocopias y envía faxes? ¿Acaso un técnico con formación superior, tras 5 años de universidad, no está capacitado para eso?
Muchos departamentos y servicios de las administraciones de cualquier nivel en España (estatales, autonómicas, locales o supramunicipales) están obsoletos y vacíos de contenidos. Con personas trabajando en ellos que apenas tienen sobre la mesa algo que hacer. Y no quieren estar así, seguro. A nadie le gusta perder el tiempo o madrugar para ir a hacer nada. Pero las administraciones públicas, o sus pensadores, son incapaces de adaptar estos departamentos, los puestos o las personas que están en ellos, a las necesidades reales de los ciudadanos. Tenemos servicios con las mismas competencias en administraciones autonómicas o provinciales (con lo que uno de los dos no hace nada), servicios diseñados en el siglo XX para cumplir unos programas determinados, que con los cambios económicos, presupuestarios y tecnológicos, han desaparecido, dejando a los trabajadores que los ejecutaban, mano sobre mano. ¿Tiene sentido que existan técnicos en servicios que no tienen presupuesto alguno para realizar actividades? Eso, en la empresa privada es impensable. Porque ningún empresario se arruina queriendo.
En mi caso, solicité trabajar desde casa tres días a la semana. Mi puesto da el perfil: no tengo relación directa con usuarios, no necesito coordinarme con otros servicios para desarrollar los programas que tenemos planificados, todo el trabajo de oficina se desarrolla de forma online y en mi casa dispongo de ordenador y conexión ADSL (que pondría a disposición de la administración para la que trabajo, por supuesto). Además, cuantifiqué el ahorro que supondría para esta administración el que yo trabajara 3 días en mi casa y no en la oficina. Ahorro para su presupuesto y para el medio ambiente, claro está (trabajo a 40 kilómetros de la ciudad donde vivo, lo que se traduce en 1 de coche diaria in itineris)
Pero el novio con el que había soñado durante todo el verano, al que no me atrevía a pedirle salir, cuando lo hice, me dió calabazas. Los argumentos, digamos "extraños", que han puesto sobre la mesa para rechazar mi solicitud, son como estos:
- ¿Y si tuviera que acudir urgentemente a un ayuntamiento porque lo necesite un alcalde?
(No soy ni médico de urgencias ni bombero; en 10 años aquí trabajando ni una sola vez he tenido que acudir urgentemente a la llamada de un acalde)
- Si lo pide ella, lo pedirán todos....
(¿Y cual es el problema? Si cumplen con los requisitos, adelante. ¿Qué hay mejor que tener en tu empresa trabajadores contentos, a gusto con lo que hacen y como lo hacen?)
Vamos, que era más fácil contestar
- No te concedemos la posibilidad de mejorar tu conciliación familiar y laboral y aumentar así tu rendimiento porque no nos da la gana; preferimos que vengas a la oficina todas las mañanas, aunque el trabajo que hagas aquí lo puedas hacer en casa igual o mejor y esto suponga un descalabro para tu vida familiar.
Las fotografías de este post y otras similares, las puedes encontrar en mi tablero de Pinterest Desk Office.
Pero como sabéis que LaMala Mamma no pierde ni la esperanza ni la sonrisa, quiero decirles a mis jefes que voy a solicitarlo otra vez. Que la Ley me lo permitirá y que recurriré su decisión. Porque creo que es bueno para la administración donde trabajo demostrar que vela por sus trabajadores tanto como por sus ciudadanos. Y porque apostar por la CONCILIACIÓN se demuestra con hechos, no solo aprobando Leyes.