A finales de octubre asistí en el Museo de Palencia a la conferencia de Rafael Martínez sobre "Pedro Berruguete y Palencia. A propósito de la nueva tabla del Museo". Previamente a la conferencia el director del Museo, Francisco Javier Pérez Rodríguez, presentó al conferenciante y analizó su meritorio recorrido por su trabajo y publicaciones, como jefe del servicio de Cultura de la Diputación de Palencia, autor de varios libros relacionados con la arquitectura y el arte en Palencia y provincia, para pasar después a explicar cómo llegó al Museo la nueva tabla de Pedro Berruguete.
Intervino Rafael Martínez para hablarnos sobre la figura del gran pintor Pedro Berruguete, en un repaso minucioso y documentado estudio sobre aspectos para mí desconocidos de su vida y obra, además de explicar con detalle todo lo relacionado con la nueva tabla del pintor que se encuentra en el Museo de Palencia, su técnica, su ubicación, orígenes y restauración. Resumo, a continuación, algunos datos de interés que recogí de la excelente charla.
GRAN MAESTRO DE LA PINTURA
Pedro Berruguete siempre tuvo facultades innatas para ser en el futuro un pintor extraordinario, y convertirse en el gran maestro de la pintura castellana en tiempo de los Reyes Católicos, además de uno de los principales introductores en España del renacimiento italiano, figura fundamental en el tránsito de la pintura gótica hispano-flamenca al Renacimiento en Castilla. Son escasos los documentos que se conservan sobre Pedro Berruguete, y su vida es un misterio, incluso el año de su nacimiento, hacia 1445-1450, en la localidad palentina de Paredes de Nava, donde pasó gran parte de su vida y se casó con Elvira González, con la que tuvo seis hijos, entre ellos el famoso escultor Alonso Berruguete.
Tampoco se sabe dónde y con quien efectuó Berruguete su aprendizaje, algunos historiadores, dudan de su estancia en Italia porque no existen referencias de que se tratara del conocido pintor "Perus Spagnolus". Se cree que se formó en Castilla y que aquí se inició en la formación gótica y recibió también el influjo flamenco, que le permitió después destacar sobre sus contemporáneos en el entorno artístico de los Reyes Católicos, y realizar un gran número de encargos para los altos cargos de la Corte y de la Iglesia. Pero, realmente, su actividad como pintor estuvo dedicada fundamentalmente a la elaboración de temas religiosos destinados a retablos de iglesias parroquiales y monasterios. El pintor disponía para el desempeño de su oficio de un gran equipo, y tuvo talleres repartidos en distintos lugares, aunque su taller principal estaba en Paredes de Nava, allí sus mejores oficiales y discípulos se turnaban en las distintas fases a desarrollar en una obra pictórica. Berruguete hacía el seguimiento y remate de sus pinturas, aunque muy pocas llevaron su firma. En todas las tablas se puede reconocer la intervención del taller, pero sin quitarle protagonismo a la calidad pictórica de la mano de Berruguete, especialmente en los rostros, manos, gestos, las figuras en movimiento y la indumentaria de los personajes, además del gran realismo de los retratos. En Tierra de Campos Berruguete pintó multitud de tablas para retablos en su localidad y en las cercanías de su villa natal como Becerril de Campos, que dan fe del florecimiento artístico de esta zona en la primera mitad del siglo XVI, y alcanzó su época de mayor esplendor durante el Renacimiento, gracias a que allí vivieron y trabajaron algunos de los artistas más relevantes del momento, como Pedro Berruguete y su hijo Alonso, Jorge Manrique, Alejo de Vahía o Francisco Giralte, que desarrollaron su actividad en Paredes de Nava, Becerril de Campos, Cisneros o Fuentes de Nava, sedes del actual Museo Territorial de Campos del Renacimiento.
Interesante conocer el destino y actual paradero de las obras de Berruguete en Palencia, que se encuentran distribuidas en cuatro museos: Museo de Santa María en Becerril de Campos (13 tablas), Museo de Santa Eulalia en Paredes de Nava (12 tablas), y en los museos Diocesano y Catedralicio de la capital palentina. Las 6 tablas de los Reyes de Israel del Retablo de Santa Eulalia están consideradas como obras maestras y referentes para el estudio de la obra de Pedro Berruguete. El Museo Diocesano exhibe un importante conjunto de pinturas de Pedro Berruguete, que proceden de varios retablos desaparecidos, ente ellos El Calvario, Cristo Salvador, el rey Esdras (procedentes de la iglesia de Frechilla), Los desposorios de la Virgen, y la Crucifixión del Señor. En el Museo Catedralicio se puede admirar el díptico de La Pasión, que representa el Calvario y el Llanto sobre Cristo Muerto y en el reverso a la Virgen con el Niño. El Palacio Provincial de la Diputación de Palencia dispone de dos tablas de Pedro Berruguete, en cuya compra participó Rafael Martínez, en la década de los ochenta.
Fuera de Palencia en la cercana localidad de Santa María del Campo (Burgos), en su iglesia se encuentra la Decapitación de San Juan Bautista. En Burgos, en la Cartuja de Miraflores, La Anunciación y el Milagro de la pierna de San Cosme y San Damián. El Museo del Prado dispone de 19 obras de Berruguete, el resto se reparte en diferentes puntos de España, como el Cristo Salvador, procedente del desaparecido retablo de Guaza de Campos, que lo adquirió la entidad bancaria Ibercaja, y se expone en el Museo Camón Aznar de Zaragoza. En Toledo Pedro Berruguete decora los muros de la capilla del Sagrario de la Catedral. En Ávila el retablo mayor del Convento de Santo Tomás. El Museo de Bellas Artes de Asturias posee la Asunción y Coronación de la Virgen, pintado por Berruguete hacia 1490, una tabla de gran calidad, sobre todo en las figuras de los ángeles (según Rafael Martínez), el Museo de Arte Nacional de Cataluña también posee una obra suya. En Italia en el Palacio Ducal de Urbino se encuentra el retrato de Federico de Montefeltro con su hijo. En París en el Museo del Louvre se expone el retrato de Sixto IV.
Es curioso cómo restos de retablos en los que trabajó Berruguete se encuentran localizados en tablas separadas, es el caso del retablo dedicado a la vida de la Virgen, del que se han localizado cinco tablas: el Nacimiento de la Virgen y la Muerte de la Virgen que se encuentran en el museo del monasterio de Montserrat; la Asunción de la Virgen conservada en el Davis Museum de Nueva York; el Salomón del Nassau Country Museum de Nueva York; y la Visitación, actualmente en paradero desconocido. Estas tablas pertenecían a la colección de Raimundo Ruiz y en 1925 salieron a la venta en Nueva York.
En la conferencia de Rafael Martínez fue posible conocer el antes y el después de varias obras de Pedro Berruguete que con el paso del tiempo se fueron deteriorando, y poder ver el resultado de su restauración en el Museo del Prado. Demostró Martínez, para mi sorpresa, como algunas obras fueron cambiadas de su inicial composición, ante la imposibilidad de recuperar la pintura original. Es llamativo también cómo en la localidad de Becerril de Campos serraron la base de una tabla de Berruguete para dar cabida en el retablo a un Cristo yacente. Estas mutilaciones ocurrieron en varios sitios más, incluso dos berruguetes en una tabla pintada por los dos lados se serró para hacer dos tablas y así subastarlas.
En Paredes de Nava se vendieron las tablas de Berruguete a los frailes de un convento de la localidad, y después de cientos de años D. Alejandro Luis, el sacerdote creador del primer museo parroquial de España, rescató las tablas para el museo de Santa Eulalia.
Interesante también saber cómo el escultor Alejo de Vahía, con taller y residencia en Becerril de Campos, contó con la colaboración de Pedro Berruguete para policromar algunas de sus obras. Lo demostró Rafa Martínez comparando una Virgen de Berruguete con una escultura de Alejo de Vahía, los dibujos del vestido de ambas vírgenes son los mismos.
A propósito de la tabla de Berruguete que adquirió la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Cultura y que se exhibe en el Museo de Palencia, fue su director Francisco Javier Pérez Rodríguez quien tuvo conocimiento de que esta tabla salía a subasta privada y solicitó la colaboración institucional entre la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Cultura, además de recibir asesoramiento de Rafael Martínez. La tabla se adquirió por algo más de 28.000 euros. La pintura representa a un obispo y procede del retablo de Frechilla, un gran retablo con escenas de la historia de la Presentación de la Virgen. La escena completa fue recortada para su venta y así sacar mayor rentabilidad, una vez que el retablo fue retirado de la iglesia parroquial de Frechilla, a mediados del siglo XVIII, y sustituido por un retablo barroco. La mayor parte de la escena ha desaparecido. Mostró Rafael Martínez fotografías en blanco y negro del antes y después de la tabla, y cómo en su restauración se cambió la escena tal como la había pintado Berruguete, y la desaparición de las zonas más deterioradas. Explicó que es imposible establecer el color original de la pintura que empleó el pintor y lo que hacen los restauradores es borrar la parte deteriorada de la tabla. Resulta que esta tabla también fue cortada en su parte inferior, una tabla que se expone en el Banco de España, siendo la obra de arte con mayor antigüedad de esta entidad.
Muy interesante conocer todos estos aspectos del gran pintor Pedro Berruguete de la mano de otro grande del arte, Rafael Martínez, además de poder ver la nueva tabla expuesta en el Museo, después de conocer su procedencia y todo el proceso de recortes de las escenas.
Copia a tamaño real realizada sobre tabla, del también paredeño José Antonio Marcos, preparada con 21 capas de yeso, cola de conejo y bol rojo que sirven para adherir el pan de oro y hacer de "cama" para marcar con buriles y finalmente trabajar con pinturas de óleo.