Pedro Blanco, uno de los náufragos de la Armada Invencible, consiguió salvar la vida gracias a la protección del jefe del clan irlandés de los O'Neill, cuya misión no era más que evitar a toda costa la consolidación del poder inglés en Irlanda.
La vinculación y el compromiso de los O'Neill con la causa irlandesa, su animadversión por los ingleses, al igual que su simpatía y apoyo a los españoles, hizo que varios descendientes del jefe del clan, Hugh O'Neill, sirviesen posteriormente a la causa española.Su hijo Sean O'Neill sirvió en la Guerra de Flandes integrado en el ejército español como comandante.
Otro de sus descendientes, Owen Roe O'Neill, sirvió en el Regimiento Irlandés de los tercios de Flandes con muchos otros de sus compatriotas.
Pedro Blanco no debería tener ataduras muy fuertes en España ya que, en vez de solicitar ser ayudado en su regreso a su país (algo que sí consiguieron muchos de sus compañeros), decidió pagar a su salvador con su entrega absoluta al clan de los O'Neill antes de regresar muchos años después.
Aunque no sabemos su procedencia ni su historial, Pedro Blanco debía de tener todas las aptitudes necesarias para ser un magnífico soldado ya que entró a formar parte de inmediato de la guardia personal de O'Neill y muy pronto se convirtió en su hombre de confianza.Pedro Blanco y otros de sus compañeros náufragos salvados por O'Neill estuvieron adiestrando a los soldados del clan irlandés y mostrándoles las tácticas de batalla de las tropas españolas.
Sabemos que lo acompañó a su lado en varias batallas contra los ingleses, entre ellas en la Batalla de Yellow Ford, una batalla en la que se enfrentaron irlandeses contra ingleses y en la que estos últimos sufrieron una terrible derrota en 1598 en Armagh (Irlanda).
En dicha batalla, de unos 5000 efectivos ingleses más de la mitad fueron bajas, mientras que apenas se produjeron unas 300 entre los irlandeses. El desenlace de esta batalla fue el desencadenante de una masiva oleada de tropas inglesas a Irlanda y un recrudecimiento del conflicto.
El jefe del clan O'Neill, que acabó exiliado en Roma, escribió sobre la actuación de Pedro Blanco en la batalla de Yellow Ford:
"Peleaba tan valientemente que nunca más quise separarme de él"
Pedro Blanco regresó a España después de entregarse en vida y alma a sus salvadores y a su causa.
Así eran, y así son, los soldados españoles.