Revista Deportes
El partido parecía una nueva exhibición blaugrana, con un 4-1, un gol anulado(para que al linier lo echaran de por vida de este deporte por no saber ni la regla básica) un penalti que vio el árbitro pero que con la victoria clara no quiso señalar, y con Iniesta en el centro del campo, ayudado por Sergio y Rafinha, con un Messi imperial y un Suárez demostrando que ha venido a tope.
Pero a don Andrés le dieron unos cuantos golpes(y el árbitro aplaudía todos ellos pero no sacaba tarjetas ni en broma) y con el 4-2 Luis Enrique no quiso arriesgar y lo mandó al banquillo entrando un Sergi Roberto absolutamente nulo, y el Sevilla se fue haciendo con el balón, llegó a creer en el milagro, y el francés Mathieu(absolutamente fuera en todo momento) cometió un penalti absurdo pero de los que se le pitan a pocos equipos en contra.
El resto es conocido. Una prórroga y Pedro, más fuera que dentro, demuestra que es el más listo y a dos minutos del final remacha un doble lanzamiento de Leo(siempre, Leo) y trae la supercopa a Barcelona.
Fue divertido, pero nos dejó una sensación agridulce. Demasiados goles en contra, demasiados errores en defensa, ninguna intervención del portero alemán y una falta de concentración de Mathieu, de Bartra y hasta de Alves en aquella banda que parecía un agujero negro.
Lo importante, que hemos sumado un nuevo trofeo, de esos que cuando se ganan algún listillo te dice que es un torneo de verano, pero que si lo pierdes, parece que el mundo sea más oscuro durante el mes de Agosto.
El sextete sigue siendo posible, seguimos estando en verano y algunos de los nuestros apenas llevan 5 entrenamientos, y el Sevilla nos llevaba dos semanas de preparación física y eso a estas alturas se nota.
Que el árbitro se siga equivocando en nuestra contra, y que el comité siga riéndose al ponernos en una supercopa a un indocumentado que no tiene nivel ni para arbitrar en tercera no debería llamarnos la atención, es parte del juego.
Lo que pasa es que nosotros tenemos a Messi, y ayer(aunque le queda poco) también a Pedro.
Y en breves días el Athletic.
Pedro, quédate.