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Pedro Estopiñán: El contable que conquistó Melilla

Por Manu Perez @revistadehisto

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Pedro Estopiñán: El contable que conquistó Melilla

El 17 de septiembre de 1497 el caballero contable Pedro Estopiñán Virués, al servicio del Duque de Medina Sidonia, conquistó la ciudad de Melilla para su señor y por ende para los Reyes Católicos.

Melilla era un refugio seguro para los piratas turcos y argelinos que asolaban las costas andaluzas y levantinas españolas. Allí contaban con la simpatía y a veces ayuda de los moriscos que vivían bajo el poder cristiano en la península. A los piratas se unían los indígenas rifeños.

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Pedro Estopiñán: El contable que conquistó Melilla

El rey Fernando el Católico ordenó reconocimientos de la plaza de Melilla y de la costa adyacente, con intención de apoderarse de ella y poner fin a tal refugio. Pero los informes que recibió fueron poco favorecedores, desistió de la empresa y puso su atención en otros problemas.

Sin embargo, don Juan Alonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia y Capitán General de Andalucía aprovechó las luchas civiles de los piratas y decidió ocupar la ciudad en una ocasión en que había sido abandonada.

De esa manera, la noche del 16 de septiembre de 1497 el contador del duque, el caballero Pedro Estopiñán Virués, tomó la ciudad por sorpresa.

Pedro Estopiñán, al frente de 5.000 veteranos infantes, 250 jinetes y una pequeña flota bien aprovisionada con víveres, cal y madera, partió posiblemente de Sanlúcar en septiembre de 1497. La flota contenía también a un importante número de ingenieros y obreros, enviados con el fin específico de fortificar las conquistas.

Amparados por la oscuridad de la noche y sin encontrar ningún tipo de resistencia, Estopiñán y sus hombres desembarcaron encontrando la ciudad de Melilla prácticamente despoblada, con la muralla desocupada y llena de desperfectos por las recientes guerras entre los reyes de Fez y Tlemecen.

Un ingente número de canteros, carpinteros y albañiles trabajaron durante toda la noche reparando las murallas y preparando las posiciones defensivas, de modo que al amanecer siguiente la plaza estaba ya fortificada, y en manos cristianas para sorpresa de los musulmanes que habitaban en las cercanías.

Hecho esto, Estopiñán dejó al capitán Gómez Suárez y a una guarnición de 1.500 hombres y regresó a la península victorioso

Pedro de Estopiñán es otro ilustre olvidado más de la historia de España con el agravante de que en este caso no existe prácticamente noticia alguna que haga referencia al mismo. Militar y contador nacido en Jerez de la Frontera en 1470, nada se sabe de su infancia, solo su entrada en servicio del Duque de Medina-Sidonia, Don Enrique de Guzmán  y su matrimonio con Beatriz Cabeza de Vaca, con la que se cree que tuvo 6 hijos y una hija y que  sus habilidades le dieron el título de Contador Mayor de la casa ducal, gestionando las rentas ducales.

No se sabe mucho de su actuación en la campaña de Granada, aunque es muy probable que participase en la preparación de las vituallas, refuerzos y dineros con los que el Duque llevó a cabo las conquistas de Málaga y Granada.

Su primera acción destacable parece haber sido contra una incursión pirata, aconteció en junio de 1496. Con ocasión de la pesca de almadrabas, buena parte de la comitiva cortesana de los duques, incluida la propia duquesa, Leonor de Estúñiga, se había desplazado a Conil para asistir al espectáculo. Súbitamente, un barco de piratas berberiscos se introdujo entre los buques pesqueros y lograron abordar uno de ellos. Ante el peligro evidente, Pedro de Estopiñán, citado con el cargo de “Contador de la Casa del duque don Juan”, embarcó en una pequeña embarcación para parlamentar con el jefe de los piratas, quien pidió una elevada cantidad de dinero por el rescate de los marinos prisioneros. Con audacia, Pedro de Estopiñán abrazó por sorpresa al musulmán y cayó con él al agua, donde fue recogido por sus hombres, lo que, evidentemente, cambió el curso de las negociaciones: el jefe de los piratas fue canjeado por la tripulación y el buque, poniendo punto final al truculento episodio de las almadrabas. Fue, en principio, tal  valerosa acción, la que le hizo merecer la confianza del Duque y le valió el encargo de encabezar sus fuerzas en la toma de Melilla.

En cualquier caso, no deja de resultar chocante que la conquista de Melilla fuese encabezada por un contable, aunque parece claro que dada la misión proyectada de reconstruir fortificaciones, gestionar a los oficios correspondientes etc., no era descabellado conceder el mando a un hombre con experiencia en intendencia por muy atípico que parezca.

Autor: Ignacio del Pozo Gutiérrez para revistadehistoria.es

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Bibliografía:

Hipólito Sancho, “El comendador Pedro de Estopiñán, conquistador de Melilla”, Instituto de Estudios AfricanoS,1952

Hipólito Sancho,“Documentos relacionados con el conquistador de Melilla, Pedro Estopiñán de Virués”, Biblioteca Nacional, 1940

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