Revista Opinión

Pedro Sánchez, acusado de ser un traidor por su entrega en la negociación sobre Gibraltar

Publicado el 19 noviembre 2018 por Franky
Pedro Sánchez, al no luchar por la soberanía de Gibraltar cuando el Brexit le ofrecía la mejor oportunidad para España en tres siglos, ha cometido el mayor error de su carrera política, una cobardía que para muchos es traición y que podría costarle una severa derrota electoral y el pase a la historia como un bufón de la política, inepto y peor que el mismo Zapatero. --- Durante los tres últimos siglos la lucha por recuperar Gibraltar ha sido una de las constantes de la política exterior española y sentirse humillado por la existencia de una colonia británica en nuestro suelo ha sido uno de los rasgos claves del español. Pero llega Pedro Sánchez y acaba de golpe con esos sentimientos patrióticos y renuncia a luchar por recuperar la colonia, desaprovechando la mejor ocasión que ha tenido España en tres siglos para lograr al menos compartir la soberanía de un territorio que es y debe ser nuestro.

Nadie sabe si Sánchez se ha comportado de ese modo porque es un cobarde, un pervertido o simplemente un idiota al que el cargo le viene demasiado grande, pero lo cierto es que muchos españoles creemos que su actitud, al renunciar a la vieja lucha por recuperar el peñón, ronda la traición.

La derrota de España en el tema Gibraltar está siendo humillante. Ni una sola concesión ha arrancado España en la negociación del Brexit, ni soberanía compartida, ni erradicación de la tradicional piratería gibraltareña, ni avances en las aguas territoriales y el aeropuerto, construido en suelo español. Nada de nada. Todo porque nuestro gobierno es angustiosamente torpe y débil y porque está tan desprestigiado que ni siquiera es respetado en Europa.

"Gibraltar Español" explica la traición con una claridad meridiana mezclada con dolor y vergüenza:

"Ya se ha publicado el borrador del acuerdo del Brexit. Todo consumado. Aeropuerto para Reino Unido, aguas sin tocar, todos los acuerdos se plantearán en negociaciones futuras que dependerán de la buena fe británica sin ningún tipo de compromiso. El triunfo 'teórico' es que Gibraltar se compromete a respetar la legalidad internacional. Desolador.

España ha perdido una oportunidad histórica. Por contra Irlanda, un pequeño país, ha obtenido todo lo deseado, incluida la integración de Irlanda del Norte en el Mercado Único, como paso previo a un proceso de 'irlandización' de la provincia en un marco europeo".

El líder del PP, Pablo Casado, ha llegado muy lejos al acusar a Pedro Sánchez de "traición" por no reivindicar siquiera la cosoberanía, cuando la oportunidad que ofrecía el Brexit era espléndida y cuando España, además, contaba con el apoyo de toda Europa en esa lucha.

Pero Sánchez, en lo que se refiere a Gibraltar, ha fallado a los españoles hasta el punto de que muchos creen que ha demostrado ser un cobarde, si no ha sido también un egoísta obsesionado en mantenerse en el poder por encima de todo y un antipatriota, tan alejado del amor a España como Puigdemont o Quim Torra.

Lo de Sánchez con Gibraltar es muy grave y quizás llegue con fuerza al corazón de los españoles, que rechazarían con la indignación que merece esa cobardía y dejadez, frustrante y miserable porque corta de raíz con lo que ha sido la punta de lanza de la política exterior de España desde el siglo XVIII, cuando la pérfida Inglaterra puso su sucia zarpa en suelo español.

Consciente de que Sánchez ha cometido con el tema de Gibraltar un error tremendo, que tal vez pueda costarle la presidencia y hasta el liderazgo de su partido y que puede convertirle en enemigo de muchos millones de patriotas españoles que sienten en su corazón la espina de Gibraltar, Pablo Casado ha presentado un plan para el Campo de Gibraltar con cuatro grandes ejes. El primero, "la cosoberanía: que no haya verja y los trabajadores tengan los mismos derechos y doble pasaporte". El segundo, un plan estratégico de inversiones, sobre todo en agricultura y comercio. El tercero, "hacer una zona de régimen fiscal especial tanto a este lado del Estrecho como en Ceuta", para convertir al Campo de Gibraltar en un polo industrial. Es decir, hacer de la comarca una suerte de gran zona franca. Por último, la garantía de que, si gobierna el PP, "Gibraltar sólo puede tener pasaporte comunitario y los mismos derechos de la UE si España lo decide".

Es curioso, pero la muerte política de Sánchez quizás le llegue por el patinazo gibraltareño a pesar de que ya ha acumulado "méritos" tan graves como ese o mas, como el de cooperar y ayudar a sus socios golpistas y enemigos de España o permitir una vergonzosa influencia en los asuntos de España a sus socios totalitarios y a otros "amigos" y protectores del terrorismo.

Pero el sorprendente sucesor de Zapatero en el liderazgo socialista, con el que compite también en ineptitud y cobardía, quizás muera por haber escenificado, con espontaneidad idiota, un espectáculo de cobardía ante millones de españoles que sienten a mor a España y sienten desprecio hacia los cobardes.

Francisco Rubiales



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