Tras los malos resultados del PSOE en las elecciones europeas 2014, el secretario general del partido, Rubalcaba, anunció su dimisión y pocos días se comunicaba que el nuevo secretario general sería elegido mediante votación directa entre los militantes. Se presentaron tres candidatos (Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias), siendo el primero de ellos el que más avales obtuvo.
En las elecciones celebradas el trece de julio, Pedro Sánchez obtuvo un 49 % de los votos, frente a un 36 % de Madina y un 15 % de Pérez Tapias, proclamándose ganador. Finalmente, se convertirá oficialmente en secretario general, una vez el Congreso Extraordinario del PSOE de los dias 26 y 27 de julio de 2014 ratifique los resultados.
Es la primera vez que un partido de los “grandes” realiza primarias, es decir, los votantes de un partido eligen directamente a un candidato para una elección pública posterior. No es normal que partidos dominados por enormes estructuras burocratizadas se atreven a hacer primarias sin embargo, en esta ocasión el PSOE tenía que hacer algo diferente, algo que le acercara al votante de a pie. Y así es como han salido a la luz pública estos tres candidatos. El único conocido era Madina tenido por muchos como “la esperanza joven socialista” y de Pérez Tapias se sabía que es de Izquierda Socialista, corriente crítica izquierdista dentro del PSOE. Pero del ganador, no se sabía nada.
Pedro Sánchez había sido hasta ahora un concejal en Madrid y diputado en el Congreso del montón pero que ha sabido promocionarse por youtube y por las sedes del partido para darse a conocer.
También hay que destacar que ha recibido un importante apoyo de Susana Díaz, líder del partido en Andalucía y por consiguiente, líder de la principal federación socialista. Así, fue en Andalucía donde Sánchez obtuvo el mayor número de avales y posteriormente, de votos. No obstante, además de ser un chico joven y guapete y de su tranquila trayectoria política, no sabemos nada más de él. Como secretario general del PSOE, ¿qué puede aportar? Da la sensación que solo es una cara nueva “no quemada” pero de momento no ha aportado nada nuevo. No ha habido debate de ideas en la campaña así que todo está por ver y por hacer. Según Sánchez, el partido estará tan a la izquierda como sus votantes. En mi opinión, corre el peligro de perder su esencia de partido de izquierdas y socialdemócrata por querer ensanchar el nicho electoral en busca del centro perdido. La palabra clave es coherencia. Un partido político se crea para defender una serie de ideas y para ello, contra más representantes más influencia tienes. Corre el peligro de que el ansia de buscar más votos comporte una mayor pérdida de sensibilidad e idiosincrasia del partido. Ganar por ganar. Si se define como socialdemócrata, debe defender estas ideas y hacer pedagogía, y cuando se ejerza el poder, poner en práctica las ideas que se han propuesto. No se puede pedir el voto defiendo el estado del bienestar y luego no ponerlo en práctica. Programa y ejercicio del poder deben ir de la mano porque estás defraudando a quien te ha otorgado su confianza. Confianza es la otra palabra clave. Reconocimiento de errores pasados, descargarse de la mochila y empezar a construir un nuevo edificio. Primero desarrollando los planos (ideas), buscando la aprobación del proyecto (los votos) y luego ejecutando la obra proyectada (ejercicio de poder coherente con ideas).
La otra cuestión es si Izquierda socialista tendrá el peso que le corresponde en la ejecutiva y si podrá influir en el partido. Una corriente crítica como IS, puede ayudar a los socialistas a abrir el debate interno y acercar al partido a la sensibilidad de los votantes. Otra cosa es el que el aparato, el férreo aparato de los partidos, permita amplitud de miras.
Por mi parte, bienvenidas son las caras nuevas aunque dudo mucho si será flor de un día o empezará a crecer desde la silla de secretario general.