Los máximos (ir)responsables del PSOE y Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, mantuvieron una reunión de “estadistas” el pasado martes — “conjunción planetaria” parafraseando a la insigne Leire Pajín— para poner en marcha una temerosa “agenda común” con la idea de “desmantelar las políticas del PP”. Es decir, ofrecen a los sufridos españoles como elemento estrella de su propuesta guerracivilista el acabar con el Partido Popular a cualquier precio, despreciando de manera extrema y “bolivariana” la democracia representativa y la voluntad de los españoles refrendada en las últimas elecciones generales. El portentoso profesor de la Facultad de Políticas —luego nos extrañamos de los informes Pisa— y actual sátrapa secretario general de Podemos, manifestó que “para que nosotros gobernemos, necesitamos ponernos de acuerdo con el PSOE, y para que el PSOE gobierne necesita ponerse de acuerdo con nosotros”.
Su epílogo fue épico. Emulando el más furibundo “abrazo del oso”, indicó que ambos partidos de izquierda radical van a “trabajar para construir juntos un proyecto de Gobierno”. Pedro y Pablo son los principales personajes de la mítica serie de ‘Los Picapiedra’. Al menos ellos eran simpáticos. En la cruda realidad —no pido perdón a los “animalistas”— Pedro y Pablo son los principales personajes pero sin pizca de empatía. Pedro Picapiedra es un personaje rudo y poco reflexivo. Es el error constante y una nula capacidad de afrontar sus fallos, lo que desemboca en un cúmulo de nuevos desaciertos. Pedro Sánchez es igualmente rudo y especialmente poco reflexivo. No entiende, y a la vez desconoce, el verdadero objetivo de Podemos. Después de una primera vez, no ha entendido una segunda. Iglesias tiene como principal objetivo y antes de “asaltar los cielos”, fagocitar al PSOE para erigirse en protagonista único y principal de la izquierda. Cae en errores hasta llegar a convertir al PSOE en cuasi marginal con los peores resultados de su historia, pero mantiene esa innata capacidad de intrigar hasta “la derrota final”.
En ‘Los Picapiedra’, Pablo Mármol es aparentemente tranquilo pero igualmente inseguro. Si bien reflexivo en ocasiones, determinadas consideraciones le hacen ser vacuo, ñoño e incluso cursi. Pablo Iglesias es un ser inseguro. Sus “reflexiones” desbordan odio y revanchismo. También una gran dosis de demagogia, farsa y mentira. Representa el populismo en estado puro. Son mensajes vacíos, cargados de nada. Y sus formas nos muestran la “quintaesencia” de la cursilería. En la más cruda realidad, PSOE y PODEMOS estarán coordinadas en sus negociaciones por sus “Vilma y Betty”, Margarita Robles e Irene Montero. La primera, así va el socialismo “español”, portavoz en el Congreso sin militar en el partido. La que deberá exigir disciplina en el grupo parlamentario fue la primera que lo incumplió. Qué paradoja y qué partido. La segunda, una altiva acunada en la ortodoxia y la intolerancia. Y Pedro Sánchez, mezcla de odio, prepotencia y miras más bien cortas, al igual que Pedro Picapiedra, vuelve a caer en los mismos errores.
Pablo Iglesias se lo volverá a llevar al huerto. El PSOE de Sánchez cae en las redes de un partido peligroso donde ese peligro deriva de su propio proyecto político consistente en la imposición de una ideología totalitaria de extrema izquierda que buscará, si obtuviera mayores cotas de poder, eliminar a su adversario, controlar la sociedad y dividir a esta entre los progres y pobres frente a los ricos y malos. Especialmente significados estos últimos por poner en cuestión las soflamas del “gran jefe”. No existe engaño posible. Lo de menos con esta nueva alianza de extrema izquierda no son sus propuestas económicas sino su deseo de sometimiento de la sociedad a sus postulados. Y de nuevo, su primer episodio será el abrazo del oso de Pablo a Pedro. Por desgracia, la actual situación en España no es de dibujos animados. La bochornosa actitud de Pedro Sánchez, desde su necedad, nos puede abocar al abismo. Como dijo el gran Konrad Adenauer, canciller alemán: “Hay algo que Dios ha hecho mal. A todo le puso límites menos a la tontería”.
Tomado de OK Diario