Revista Belleza
¡¡¡¡¡¡Feliz año nuevo!!!!!!!
Si estáis leyendo esto esto en riguroso directo es que ayer os portasteis de maravilla y, probablemente, no os haga falta esta entrada pero, si fuisteis un poco más malotas, puede que hoy vuestra piel esté pidiéndoos a gritos una buena mascarilla exortizante.
Si me seguís de hace tiempo, recordaréis que el año pasado os hablaba por estas fechas de mi remedio manitú para acabar con los síntomas de la resaca y los excesos a base de mascarillas de sales minerales del HyM. Pues bien, como ya llevo dos Años Nuevos al frente de esta bitácora creo que puedo permitirme el lujo de instaurar esta pequeña tradición.
Así pues, la entrada de hoy también va destinada a todas aquellas que hoy necesiten un mimo facial extra o, mejor dicho, un buen "lavado de cara" en plan Mission Impossible porque voy a hablaros de otra de mis grandes favoritas de la sección cosmética de esta tienda Low Cost: la mascarilla Peel Off de Ruibarbo y Arándano rojo.
Se trata de una mascarilla muy agradable pensada precisamente para retirar las pielecillas muertas y las impurezas incrustadas con el fin de revelar la luminosidad interior de nuestra piel o, lo que es lo mismo, borrar esa última copa (si, ya sabes, la que te sentó mal) de nuestra cara.
Como se puede apreciar en las fotos, el producto es una especie de miel de color rosa y de lo más pegajosa que tiene un agradable aroma a frutos rojos (ojo! no comer!). Su aplicación, por supuesto, no puede ser más sencilla. Con las manos (o con brocha de mascarilla si preferís) aplicamos una buena capita sobre la piel y dejamos que se seque hasta convertirse en una fina película plástica sobre la cara.
Una vez que todo el producto está bien seco no tenemos más que ir retirándola poco a poco y con delicadeza para evitar que el peeling se convierta en una depilación improvisada. De todas formas, tampoco es que la mascarilla se agarre al vello facial como si no hubiera un mañana por lo que, si no somos demasiado bestias tirando, no hay ningún problema con este asunto.
Eso sí, yo no tenía otra ilusión que hacer cual Tom Cruise en la mencionada película y retirar la mascarilla toda de golpe para poder crear mi propio velo de la Verónica. Bueno, pues no se puede o, al menos, yo no lo conseguí. En realidad, y siguiendo la metáfora cinematográfica, la mascarilla se parte un poco y hay que retirarla más bien a tiras en plan Walking Dead pero quitando este pequeño detalle, como os decía, se retira muy fácilmente y sin dar mayor guerra.
Los efectos no es que sean especialmente inusitados pero, personalmente, sí que he notado la piel algo más suave, más tersa y con mejor aspecto. Aunque, claro, esto último depende de cuantas copas de anoche nos sentaran mal. :)
Y con esto y un bizcocho os dejo por hoy que ni yo estoy para escribir ni vosotras, seguramente, para leer.
Un besazo y que empecéis el año nuevo con la mejor de las compañías y la mayor de las suertes. hasta la próxima!!!