Revista Religión
Se cuenta la historia de un campeón de boxeo; este había ganado muchas pelea, pero un día le trajeron a un novato para pelear, el campeón pensaba que este eres un papa, o sea que era fácil para el.
Comenzó la pelea y se dan golpe, pero el novato le entro a este campeón y le dio un golpe que lo dejo aturdido, por poco y se lo lleva, lo salvo la campana; en la esquina, que paso, no esta fácil este novato.
El segundo round comenzó, el novato tomo la ventaja y comienza a darle golpe; nuevamente lo salvo la campana.
Todo el camino el novato aprovecho la oportunidad e inmediatamente le entraba a golpe al campeón, lo tenía loco; hasta el punto que, llegando al round numero 12, su entrenador ya quería tirar la toalla.
Voy a tirar la toalla, no, no tire la toalla, déjame pelear otro round mas; este era un verdadero campeón, no quería tirar la toalla.
Comienza nuevamente, por el round número 13, el novato toma ventaja nuevamente y le da golpe hasta el punto que sangra, ya el campeón no tiene casi fuerza.
De igual manera el novato tomo ventaja en el round número 14; lo golpeó de tal manera que le hincho los ojos; el campeón no podía ver; lo salvo la campana.
En la esquina, el entrenador, tu no puede ver, no puede pelear, ya hemos perdido, voy a tirar la toalla; el campeón, no, no tire la toalla, déjame PELEAR OTRA ROUND MAS; pero como, si tu no puede ver.
El campeón, cuando suene la campana, empújame hacia donde esta el novato; cuando sonó la campana el entrenador lo empujó y este campeón le dió un golpe al novato que no se paro, quedo noqueado.
No te rinda todavía, pelea otro round más.
Felix Abreu