Revista Belleza

Peleando Contra Nuestro Crítico Interior

Por Mariola Azores De Bustarviejo @MariolaAzores
Peleando Contra Nuestro Crítico Interior
Solemos pensar que nuestro crítico interior es nuestro mejor consejero. Qué gran error. Nuestro crítico interior es un capullo despiadado que nos da peor vida que un marido torero o un hijo cupletista. 
Frente a nuestro crítico interior estamos tan desprotegidos para vislumbrar la verdad como los norcoreanos frente a la tiranía de Kim Jong-un. Nos relacionamos con él como lo hace un niño pequeño con sus padres: aceptamos sin reservas que solo él sabe qué es lo mejor para nosotros, así que hacemos lo que nos dice sin dudar de su buen juicio.
Pensamos que nuestro crítico interior es el único con una visión realista del mundo y que por lo tanto no hay nadie más capacitado para decidir cómo encajamos nosotros en él. Asumimos que sus intenciones son buenas. Que solo nos hace ver nuestros errores para que podamos trabajar en ellos. Que si rebaja nuestras expectativas es para ahorrarnos las decepciones y para enseñarnos a ser humildes.
Nos aterroriza perderle de vista, no sea que sin su consejo caigamos en la pereza, la autocomplacencia o la arrogancia.
Pero qué idiotas somos.
Nos hemos convencido de que nuestro crítico interior es un amigo que nos quiere bien sin darnos cuenta de que convivir con él es como estar saliendo con un psicópata: conoce  nuestros puntos débiles y los utiliza en nuestra contra. 
Peleando Contra Nuestro Crítico Interior
Peleando Contra Nuestro Crítico Interior
Da igual cuánto te valoren quienes te rodean. Si tu crítico interior se empeña en señalarte cada una de tus flaquezas acabará convenciéndote de que eres solo un chiquillo memo y ridículo que carece de lo necesario para que las cosas le salgan bien: 
Talento.
Cultura.
Atractivo.
Presencia.
Gracia.
Estilo.
Posición.
Inteligencia.
Ambición.
Encanto.
Dinero.
Carácter.
Es tu crítico interior quien te ha persuadido de que tu papada, tu nariz torcida, tus hombros estrechos, tus culo gordo, tu cabeza grande, tu arrugas de marioneta, tu ortodoncia, tus manos de pollo, tu escasa estatura, tu piel imperfecta, tus entradas, tu barriga cervecera, tu cualquieraqueseaeldefectoquemásaborrecesdetimismo es lo primero y lo último que ve en ti cualquiera que te conoce.
De que nunca serás lo suficientemente bueno para esa persona. 
De que casi cualquiera es mucho mejor que tú.
No importa cuánto le contradigan los hechos. Si tu crítico interior te susurra al oído que eres una mala madre, le creerás. Y si eres padre te convencerá de que no estás a la altura. Y si eres hijo de que tus hermanos son más merecedores del amor de tus padres que tú. 
Separa y Le Vencerás
Distinguir y separar a nuestro crítico interior de lo que debería ser un monólogo interior sano no es solo difícil, es una tarea hercúlea. Pero podemos empezar por aceptar que a veces hay una explicación legítima para nuestros pensamientos negativos, y también que no estamos solos en la pelea contra la autocrítica. 
Una vez aprendas a identificar al capullo de tu crítico interior te será más fácil lidiar con él. Incluso  empezarás a estar un poco harto de que te moleste. 
Quizás llegará un día en el que mientras te estés arreglando para acudir a una cita y tu crítico interior te anime con un "Estás horrible" tú puedas tomártelo con el humor suficiente como para decirle "Sí, sí, ya lo sé. Y ahora vete a dormir y no me esperes despierto".
¿Te peleas mucho con tu crítico interior o das por bueno todo lo que te dice?


Volver a la Portada de Logo Paperblog