El rey midas de Hollywood Steven Spielberg con Joe Dante, en una foto de archivo. Fuente: Fotos.org
Para empezar a hablar sobre este clásico de culto, es necesario hacerlo sobre Steven Spielberg, que es necesario indicar que se encontraba en una época de gran inspiración y prolífica, tras realizar exitosos largometrajes como "Tiburón" (1975), "Encuentros en la tercera fase" (1977) o "ET, El Extraterrestre" (1982). En esta ocasión (y a través de su productora Amblin), desempeña la labor de productor ejecutivo y le da el giro perfecto al guión inicial de Chris Columbus para conformar algo mucho más atractivo y para un mayor espectro de público, prioritariamente juvenil. En principio, "Gremlins" era mucho más negra, más violenta y sangrienta; y quizás, hubiera sido igualmente un éxito y aclamada, pero se hubiera limitado, en cierto modo, su explotación comercial. Al final quedó un cuento navideño macabro, irónico, no exento de crítica (aunque hay para todo tipo de interpretaciones), pero sobre todo, divertido.Por otro lado, el director Joe Dante debutó en la gran pantalla con "Piraña" (1978), una cinta de terror inspirada en la afamada "Tiburón" (1975) de Steven Spielberg, y por la cual consiguió un enorme éxito. Unos años más tarde, concretamente en 1981, realizó la interesante película sobre licantropía "Aullidos", que se basaba libremente en la novela homónima de Gary Brandner. Y fue así como llamó la atención de Spielberg, que lo invitó a dirigir un segmento de la cinta "En los límites de la realidad: La película" (Twilight Zone: The Movie, 1983), produciendo posteriormente el que seria su primer gran éxito, la película que nos concierne: "Gremlins".Con frecuentes referencias al clásico navideño de Frank Capra "Que bello es vivir", este cautivador y terrorífico cuento funciona a las mil maravillas como una parábola subversiva sobre los peligros del cuidado irresponsable de las mascotas; además de ser un ingenioso antídoto al sentimentalismo y el consumismo en unas fechas tan señaladas como la Navidad. De igual modo, cabe destacar el impresionante trabajo artístico en la creación de los Gremlins, en el que la crítica alabó enormemente el trabajo desempeñado por el equipo de Chris Walas (creador de Gizmo, así como del resto de las criaturas), en el que emplearon la técnica conocida como animatronics (muy de moda por aquellos lares), ya que la tecnología digital estaba prácticamente en pañales (basta con ver la cinta de la factoría Disney "Tron", estrenada por esas fechas), y consistía en crear unas marionetas que se controlaban a distancia. El que se empleara esta técnica cinematográfica (tal como ya hiciera el mismísimo Spielberg con su tiburón metálico y su entrañable extraterrestre ET) le otorga un gran realismo, ya que todo hay que decirlo, la criatura es real y palpable porque está ahí, no es ningún croma verde ni ningún efecto especial digital, como la mayoría de filmes actuales (que exceptuando del Gollum de "El señor de los anillos" y algún que otro más) cantan más que "Los Tres Tenores" en plena gira. El genial trabajo con las marionetas del equipo de Walas fue premiado con un merecido Saturn a los mejores efectos especiales (de los cinco que recibió en total). También es destacable la maravillosa banda sonora a cargo de un maestro como el oscarizado Jerry Goldsmith [por "La profecía" (The Omen, Richard Donner, 1976)], que con su acertada partitura acentuaba (aún más si cabe) la increíble magia que desprende esta fábula terrorífica, divertida y con moraleja."Gremlins" fue un gran éxito comercial y recibió una buena acogida por parte de la crítica; sin embargo, también fue duramente criticada por algunas de las escenas más violentas, en el que los críticos argumentaron que tales escenas hacían que la película no fuese apropiada para la audiencia más joven, debido a que fue catalogada para todos los públicos. Este hecho hizo que dos meses después del estreno (y también, a consecuencia de denuncias similares respecto a otras), la MPAA (Asociación Estadounidense de Cineastas) modificó su sistema de calificación por edades, otorgándole el de PG-13.Su enorme éxito propició que en 1990 se realizara una segunda parte, titulada "Gremlins 2. La nueva generación", que a pesar de su acentuado sentido del humor y esa acertada sátira de las secuelas (en el que se podían encontrar un gran número de parodias de otras películas e historias, incluyendo su propia predecesora, así como las películas de Rambo, El mago de Oz, Marathon Man o El fantasma de la ópera); y también, de volver a contar prácticamente con el mismo equipo de la primera entrega (Dante en la dirección, Spielberg en la producción, Goldsmith en la soundtrack y Zach Galligan y Phoebe Cates como protagonistas); no logró el éxito y trascendencia que logró la primera entrega.En la actualidad, "Gremlins" está considerada como una película de culto, y mucho de ello tiene que ver con el hecho de haberse convertido en un icono de referencia para una generación. Aquella que creció (o mejor dicho, crecimos) en los ochenta con la magia, la fantasía y películas que calaron hondo en la imaginación de muchos jóvenes, y propicia que recordemos esta cinta (y otras tantas) con mucho cariño y nostalgia; asimismo, tampoco hay que restarle ni un ápice del meritorio resultado final al buen hacer de Joe Dante, que con una dirección simple y directa, supo darle un sentido del humor inconfundible, llenándola de geniales giros y gags de su propio sello (como esa memorable confesión de Phoebe Cates: "En Navidad unos abren regalos y otros se abren las venas", que funcionaba a las mil maravillas como aversión a la Navidad); a lo que habría que sumar aquel universo multirreferencial que puebla el filme y los constantes guiños cinéfilos, siendo la más clara "Blancanieves y los siete enanitos", o por ejemplo también podríamos citar a "Mad Max 2: Salvajes de la autopista" o "La invasión de los ultracuerpos", entre otras, que ayudan irremediablemente a su disfrute total de esta deliciosa gamberrada ochentera.