Mariano José de Larra y Sánchez de Castro, gran escritor, periodista y político español, además de estar considerado como uno de los más importantes exponentes del Romanticismo español, decía:
"Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de unas personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes."
Rafael Azcona, Luis García Berlanga y Ricardo Muñoz Suay,
en el set de rodaje de "El Verdugo" (1963).
Foto: Colección García Berlanga.
Hay que mencionar que fue la primera película producida por Alfredo Matas (a través de su productora Jet Films, creada para la ocasión), al que le uniría un matrimonio artístico; asimismo, también fue el debut cinematográfico de Casto Sendra Barrufet —más conocido como Cassen— que encarnaría al sufrido Plácido.
La premisa nos sitúa en una pequeña ciudad provinciana, en el que hay un grupo de burguesas ociosas que se les ocurre la brillante idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: "Siente a un pobre a su mesa". Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido Alonso, un humilde transportista que reside con su familia en unos urinarios, ha sido contratado para participar con su motocarro en la cabalgata, pero surge un problema que le impide centrarse en su trabajo: ese mismo día vence la primera letra del vehículo, por lo que tendrá que vérselas y deseárselas para pagar la factura del único medio que sustenta, tanto su trabajo como el bienestar de su familia.
El propio Berlanga explicó una vez:
"Mis películas hablan de individuos que quieren conseguir algo y durante toda la acción lo intentan y al final, no lo consiguen."Así de contundente se muestra el universo 'berlanguiano', unas fábulas que nos dejan sin esperanza, que nos enfrentan a este mundo en el que todos habitamos y donde cada uno tira de su carro sin importarle el del prójimo. El genial cineasta, insistirá en el tema de su película:
"Lo que quería poner de manifiesto era el problema de la incomunicación entre los seres humanos Independientemente de su condición social, de su fortuna o de su ideología, las gentes son incapaces de comunicarse entre sí."
A partir de "Plácido", todo su cine trata el mismo tema: unas veces eran verdugos que no querían serlo; otras, señores que querían vender porteros telefónicos, y así toda una buena retahíla de individuos que siempre se quedaban con la miel en los labios, e intentaban en vano, salir airosos de sus pequeñas empresas.
La intención de Berlanga y Azcona queda patente ya en la designación del título originario, que fue "Siente un pobre a su mesa", el cual recogía el lema de una campaña navideña que hizo el gobierno franquista durante los años cincuenta. En censura se lo prohibieron cuando empezó el rodaje en Manresa (salvo unos interiores que se hicieron en Barcelona), y cambiaron el nombre por "Los bienaventurados", un título que también fue denegado; luego pasó a llamarse "Los desgraciados"... y finalmente, tal como la conocemos: "Plácido", el señor que nos sirve de hilo conductor en este cuento navideño que tiene mucho de mala uva, de caridad bienintencionada, de realidad y sobretodo, ni una pizca de aquella solidaridad que rezaba el eslogan de la conocida campaña.
Iniciada con unos ocurrentes títulos de crédito, "Plácido" utiliza divertidas situaciones en contexto navideño para satirizar el hipócrita eslogan "Ponga un pobre en su mesa". En la farsa/falsa apariencia que encierra la citada campaña, se confluyen sorteos de pobres y subastas de artistas, cenas con ollas Cocinex retransmitidas por radio, cestas de Navidad que vienen y van, así como festivas cabalgatas en paralelo con desfiles funerarios
En este tremebundo juego, los aristócratas y burgueses, por un lado, se rifan haber qué pobre les tocará; mientras que el proletariado, por el otro, ninguno de ellos saldrá bien parado y en el que además, son descritos con toda la crudeza y sordidez humanas. Porque, si una cosa deja clara la película, es que no hay quien pueda salvarse, y tanto unos como otros, merecen el peor de los castigos, o mejor dicho, 'déjenlos solos que ellos mismos se matan'.
Todo ello sirve a Berlanga para desarrollar una incisiva crítica a procederes burgueses y a la desdicha burocrática, mísero espejo de una sociedad repleta de carencias. El genial cineasta demuestra todo el talento que atesoraba imprimiendo un dinámico ritmo a la cinta, en el que también podemos destacar un brillante guión con diálogos magistrales e ingeniosos, así como unos impresionantes planos secuencia y una música verdaderamente inolvidable. Aunque, no solamente se hace una radiografía de aquella España franquista (léase hipócrita, moralista, pretenciosa, bien pensante y católica), sino que la fuerza de la película le hace describir una España eterna, un país con los males de siempre, donde el individualismo impera e impregna a todos sus habitantes sin remisión.
Si en Estados Unidos cuentan con el clásico navideño por antonomasia como es "¡Qué bello es vivir!", nuestro clásico (algunas veces olvidado o relegado de manera injusta a un segundo plano), es "Plácido", una obra igualmente localista en su forma pero universal en su fondo, que nos ofrece un retrato mucho más cruel sobre la época más negra de la historia española, todo ello disfrazado de una comedia costumbrista, que como bien la describía el escritor e historiador español Román Gubern:
"Plácido es en realidad un sainete con cianuro".Por otra parte, Álex de la Iglesia, tras el fallecimiento de Luis García Berlanga allá por el 2010, del que huelga decir que por aquel entonces era presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, escribió en el rotativo El País un obituario donde reconoce que la película "Plácido", del citado director, le cambió la vida:
"Berlanga metió un puño en mi corazón y lo arrancó de cuajo, mientras con la otra mano me hacía burla. Y yo me reía, y lloraba, en el cineclub de la universidad, y no sabía que esa película, Plácido, me acompañaría en sueños toda la vida. Los rostros de sus actores, José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre y tantos otros, serían mi familia para siempre."
Como apunte final, cabría reseñar que esta impresionante obra maestra fue nominada a los premios Oscar (en la categoría de Mejor película de habla no inglesa), el cual recayó finalmente en el clásico de Ingmar Bergman "Como en un espejo" (Såsom i en spegel, 1961); y también, fue nominada a la Palma de Oro (Mejor película), en el prestigioso Festival de Cannes, en 1962.
PUNTUACIÓN: ★★★★★
BIBLIOGRAFÍA:Filmaffinity: Ficha de "Plácido".
CINESTONIA: Plácido (1961) - Luis García Berlanga.
242 películas después: Plácido, de Luis García Berlanga.
Aloha Criticón: Plácido (1961) de Luis G. Berlanga.
Foro El Séptimo Arte: Tema — Plácido (1961).
Madri+d: Plácido (Luis García Berlanga, 1961).
Berlanga Film Museum: “PLÁCIDO”.
Wikipedia: Luis García Berlanga — Legado e influencia.
Wikipedia: Plácido.
Wikipedia: Rafael Azcona.