Alma de voyeur
Película de culto del gran maestro del suspenso, para muchos la mejor de sus obras. Difícil resulta inclinarse por uno de sus films a la hora de elegir cuál ha sido el más redondo de “Hitch”, pero La ventana indiscreta (Rear Window) reúne todos los requisitos como para posicionarse en el “top three” si nos remitimos a la brillante filmografía del director londinense. Curioso pero, más importante aún, admirable resulta el hecho de que a casi sesenta años de su estreno (en Estados Unidos), la historia no pierda fuerza al ser visionada nuevamente por cualquier espectador que haya tenido el agrado de haberla observado. Allí reside el valor de su trascendencia.James Stewart encarna aquí a un reportero especializado en la fotografía. Con una pierna enyesada y varado en silla de ruedas a causa de esta lesión ósea, nuestro protagonista no hace más que ocupar su tiempo en observar por la ventana de su departamento el accionar y los movimientos de sus vecinos. Al no tener otro divertimento, comienza a descubrir algunos comportamientos extraños provenientes de un alojamiento en particular. Tales conductas despiertan en él una sospecha.Hitchcock se disfraza de mago y crea una atmósfera intrigante tan sólo valiéndose de escenarios reducidos. Todo se limita a transcurrir dentro del ambiente de la figura principal y a sus alrededores, a través de una panorámica que el realizador explora enseñándonos lo que ocurre en hogares cercanos al de este personaje central. Y así construye una suerte de pequeños sketchs, si se permite el término, o mini historias de cada sujeto en su morada, en subtramas coloridas que no abandona en ningún momento, más allá de posarse especialmente en una de ellas, la que actúa como eje movilizador del relato y como punto de inflexión.El director de Vértigoexpone su propio y conocido flanco de voyeur en un James Stewart que funciona cuando apela a la ironía dialéctica y al divague chismoso y no cierra del todo cuando debe reflejar la desesperación que requieren las instancias de mayor nervio. Es el primer aspecto, el del “espionaje vecinal”, el más atractivo, misterioso y por qué no simpático de la cinta, puesto que lo hace sentirse partícipe y cómplice al público de lo que sucede. ¿Acaso quién nunca ha curioseado e indagado con una mirada, mínimamente de refilón, lo que invita a mostrar una ventana o puerta abierta de una casa? En el fondo, en el interior, todos conservamos una pizca de voyeurismo.
LO MEJOR:la historia, sus diálogos, sinceros, convincentes y naturales. La intriga que posee. Los momentos de tensión, impecablemente logrados. La forma en que se filma todo, los planos y movimientos de cámara. Entretenida y memorable.LO PEOR:en los pasajes de mayor rigidez, las expresiones actorales no están a tono con dicho suspenso.
PUNTAJE:8,7