
A mediados de los noventa, David Fincher se despachaba, en sus inicios, con la que sería su primera película catalogada de culto, en un relato que combina todo lo que le atañe a un verdadero thriller.Cine negro, policial, con detectives dándole vueltas a un asunto tan turbio como espeluznante son algunos de los puntos fuertes de la proyección. La intriga, potenciada por una musicalización penetrante colabora a la hora de generar enfoque y conexión del espectador con la serie de sucesos que se acontecen. Todo parece estar elaborado minuciosamente, pero lo que más impacta de Seven es el ingenio que posee la historia en sí: Morgan Freeman y Brad Pitt envueltos en un juego tan perturbador como intelectual al seguir un conjunto de asesinatos a manos de un demente en relación a los siete pecados capitales. Cada cuerpo, ejecutado con saña y crueldad, conlleva el nombre de un pecado, por lo que nuestros protagonistas tienen la difícil tarea de inmiscuirse lo mayor posible en el tema para hallar al responsable de los salvajes actos.

LO MEJOR:el guión, impecable. La intriga, las interpretaciones. El papel de Kevin Spacey en su corta pero imprescindible aparición. El desenlace. La unión de piezas para que todo cierre inteligentemente.LO PEOR:la lentitud de algunos pasajes hace que se torne, de a ratos, algo lenta.
PUNTAJE:8,8