Revista Conciertos
Flea
Me ha hecho gracia el comentario de Fernando Tanxencias o Borja Vera Fernández (el artículo viene firmado por ambos, así que desconozco la autoría concreta del chascarrillo), en la crónica del Popu del paso de L7 en Azkena, donde el periodista declara que en ese show se palpó algo que a finales de los 80's/ principios de los 90's era común en los conciertos y que hoy en día ya no se da: el "peligro". Supongo que por "peligro" se debe referir a la exaltación extrema del respetable ante semejantes clásicos noventeros, ya que, con todos mis respetos, por mucho que Donita tenga los ovarios cuadrados, esas señoras de mediana edad no dan miedo. Y tampoco me imagino a los fans de L7 atracando a punta de navaja a los azkenitas.
Peligro. Siempre he pensado que mi vida -y la de centenares de personas- corrió peligro durante el show de Red Hot Chili Peppers, 23 de octubre de 1995, en el Palau d'Esports. Durante los 2 primeros temas del recital, "Give It Away" y "Suck My Kiss", básicamente luché por respirar, mientras caminaba por encima de un amasijo de cuerpos en mi huida de esa avalancha humana infernal. Milagrosamente, en caso contrario nos habríamos enterado por la prensa al día siguiente, nadie salió malherido. Mucho peligro. Cuentan los colegas -yo no estuve- que, pocos meses después, las escenas se repetirían en el legendario bolo de Rage Against The Machine + Rancid. Eran tiempos en los que, gracias a la connivencia de promotores y autoridades, el sobreaforo estaba a la orden del día.
Otro tipo de peligro distinto fue el que sentí en la actuación de Towers of London en una de las alas laterales -a eso no se le puede considerar ni sala- de Razzmatazz. 10 de marzo de 2006. Un concierto sin promoción previa programado a las 3 de la madrugada dentro de la sesión discotequera del macroclub. Gracias al soplo Sergio Crime, el legendario ex-rockero reciclado en profesor de gimnasia rítmica, fui testigo de los hechos. Apenas media hora de show ante unas 25 personas. Media hora que un desquiciado Donny Tourette pasó casi integramente entre el respetable, mientras fulminaba con la mirada, empujaba a la peña, les robaba el cubata y les eruptaba en la cara. Yo en estado de tensión máxima, temeroso de que Donny se acercara a romper la mía. Sí, también cantaba. Peligro. Merecidamente, nadie se acuerda de ellos, pero lo Towers of London era puro PELIGRO.