Alfredo Schmilinsky Ochoa .
La verdad es que empecé a redactar este artículo sin haber decidido qué título ponerle. Confieso que para mí no era nada fácil escoger ese encabezamiento, pues el mismo, dada la importancia del tema que abordábamos, debía ser lo suficientemente inpactante como para lograr captar el interés del lector. De un lector que, como lo ha demostrado más de una vez, prefiere los temas fáciles o que estén calzados con firmas consagradas. Sólo que estas firmas, lamentablemente, casi nunca abordan los problemas vitales del país, y le dedican casi todo su tiempo a la diatriba política, unos y al chiste y comentario jocoso, otros. De allí que casi nunca contribuyen a la solución de ningún problema de los muchos que nos aquejan. Aqui, en Maracaibo, por ejemplo, la crónica y sempiterna falta de agua, que nos obliga, en pleno siglo XXI, a bañarnos más de dos día de cada tres, con la clásica pero estigmatizante totuma.Por eso, era indispensable, si no quería que sucediera lo mismo que ocurrió con mi artículo anterior, al que apenas una ridícula cantidad de gente le pretó atención, emplear en lo sucesivo títulos que se correspondieran más con el contenido y la importancia del texto. Aunque creo que el utilizado, “La hipoteca del país y de su futuro”, era lo bastante expresivo como para heber llamado la atención de personas medianamente preocupadas por ella mismas, por sus hijos y por el país. De manera, que cuesta entender que se ignorara el contenido dramático de algunos párrafos que recogían la alarmante situación que desde hace mucho tiempo se ha etado viviendo en algunas empresas de Guayana y que se ha constituido en una real amenaza para todo el país.
Por ejemplo, en uno de sus párrafos ese artículo decía, y perdonen que me auto cite, pero las cosas no están para pendejadas: “Por otra parte, existe una situación que, como una espada de Damocles, pende amenazadoramente sobre el futuro inmediato de nuestro país. Se trata de las empresas Corpoelec y las del aluminio de Guayana. Como se sabe, estas empresas están funcionando a pérdidas. Eso se debe a que los altos costos de producción, originados fundamentalmente por los irregularmente elevados salarios que en esas empresas se pagan, les ha impedido a ambas obtener la necesaria autonomía financiera que les permita costear sus propias operaciones. Razón por la cual ha sido el gobierno el que ha tenido, sin justificación ninguna, que aportar los recursos que les permita a ambas empresas mantenerse operativas”.
Y más abajo continuaba: “Esto no tendria ningún inconveniente si no fuera porque los recursos que aporta la administración central provienen del endeudamiento. Un endeudamiento que como la espuma crece con cada día que pasa, con el agravante de que no hay nada en el horizonte previsible que nos permita prescindir del mismo. Lo que, por un elemental instinto de conservación, nos obliga a preguntarnos: qué sucederá cuando la capacidad de endeudamiento se haya agotado y tampoco tengamos los recursos para amortizar la deuda. Una catástrofe que, a pesar de de la riqueza petrolera, nos obligaría a acudir al inefable Fondo Monetario Internacional. A esta preocupante perspectiva nos han conducido el socialismo, el obrerismo y el Control Obrero, que ha puesto en manos de los trabajadores la facultad de fijarse ellos mismos sus propios suedos y salarios.”
“Estaba aquí cuando en Aporrea leo la siguiente noticia: “El ministro Ricardo Menédez anunció este sábado la aprobación de 112 millones para el pago del 25 por ciento -miren esta vaina- de un BONO, repito, de un BONO, previsto en la CONTRATACIÓN COLECTIVA….de 14.325 “trabajadores” (…). Pero esa no es toda la noticia, porque más adelante informa también que se aprobaron 4000 millones de bolívares destinados al funcionamiento operativo y ADQUISICIÓN DE INSUMOS para el sector del aluminio. Así mismo se anunció la asignación de 498 millones de “dólares”, dólares para aumentar la capacidad productiva de Venalum (¡!)”.
Coño, Menéndez, qué molleja es esa, no joda, de continuar metiendole cuantiosísimos recursos de dinero a unas empresas que están quebradas, que lo único que producen son gigantescas pérdidas para la nación, y que constituyen, por lo tanto, una onerosa carga para la misma. Qué clase de gobierno ha sido este que sabiendo que esas empresas del aluminio le producen a la nación una pérdida de recursos muy superior a los 1080 millones de dólares anuales, todavía, en lugar de buscarle una solución a ese inquietante problema, lo que hace es incrementar cada vez más los aportes de recursos a ese barril sin fondo que son las empresas del aluminio de Guayana. Qué es lo que podría explicar semejante desatino.
La verdad, presidente Maduro es que aunque usted heredó el problema está obligado a encontrarle sin más dilación una solución al mismo. Entendemos que no se trata de algo muy sencillo, porque sacar el país de ese complicado laberinto en el que políticas erradas lo metieron, no es nada fácil. Por el contrario, se trata de un fuerte nudo gordiano que hasta para el mismo Alejandro significaría un reto muy difícil de vencer. Sin embargo, hay que hacerlo, hay que romperlo, porque de lo contrario podría repetirse el caso del viernes negro, cuado los venezolanos se acostaron mareados y aturdidos, producto de la fiesta consumista, y se levantaron al día siguiente más pobres de lo que jamás habían sido.
Mientras escribía esta nota, me enteré de algo que ya es muy común en esas empresas del aluminio, que si por algo se caracterizan es por el caos, la corrupción y las reyertas intersindicales a las cuales no son ajenos ni siquiera los sindicatos bolivarianos. Se trata de que la semana pasada los “trabajadores” de Venalum y Ferrominera estuvieron en paro, en solicitud de nuevos incrementos salariales, como 26 días entre ambas empresas. La verdad es que el cinismo de estos sujetos no tiene igual en ninguna parte del mundo. Eso se debe a que en otros países, con gobiernos más responsables, esas empresas ya estarían cerradas y tipejos como estos, que sólo piensan en su beneficio personal, desde hace tiempo estarían ya buscando trabajo en otras partes.
Se equivocan quienes piensan que Capriles Radonsy, debido a la imposibilidad de ganar en las próximas eleciones, podría retirarse de de las mismas. Eso es desconocer qué clase de rufianes son estos degnerados, incluyendo a Aveledo. El pervertido candidato de la oposición jamás se retiraría de esta cotienda electoral. Eso se debe porque dicho retiro significaría renunciar a las cuantiosas colaboracines en dinero que podría estafarle a los pendejos que estarían creyedo en sus posibiidades de triunfo.
A los funerales no se va aplaudir. Se aplaude en las fiestas, en los teatros, en los espectáculos deportivos, en los mitines , etc.. Pero en los velatorios, que son todo lo contrario, los asistentes a él deben guardar la más profunda circuspección y respeto; la circunspección y retespeto que debe inspirarr la muerte. En este sentido, en el funeral de Chávez ocurrieron cosas realmente bochornosas que nos dejaron muy mal parados ante los visitantes extanjeros. Allí se llegó a apludir hasta las oraciones fúnebera pronunciadas por el Reverendo Jackson y otro cuyo nombre no recuerdo. Y en cuanto a las plabras de Maduro, bueno, se aplaudieron como si estuvieran en una concentración en la plaza pública. A sucesos tan lamentables como este, en el que se le rindió un merecido homenaje presidente Chávez, se debe asistir con el mayor recogimiento y con la mayor contrición posible. Aprendamos a comportarnos civilizadamente para que se nos repete.
Y en cuanto a llevar a Chávez al Panteón Nacional nuestra oponión es que quienes están promoviendo esa iniciativa, partidarios y simpatizantes del Presidente, debían pensarlo con más calma y evaluar las posibles consecuencias que de tal hecho se podrían derivar. Porque es indudable que algo como eso sería el producto de una decisión netamente política. Lo que de hecho implicaría el respaldo de apenas un sector de la sociedad, y eso no tendría nigún valor ni para la memoria del propio Chávez ni para nadie. Ya que cabría preguntar ¿qué significa el que una pesona permanezca en el Pantéon Nacional? Singnifica el reconociemiento y el homenaje que una sociedad, de manera unánime, le brinda a unos de sus hijos por su extraordinaria y esclarecida labor en beneficio de la misma.
Y no es que el Presidente no haya realizado esa labor, las realizó. Sin embargo, para un grueso sector de la colectividad venezolana tambièn realizó otras no tan afortunadas y más bién contrarias al interés nacional, y probablemente ambos tengan razón. Yo no voy a desempeñar el papel del abogado del diablo para referirme a esas obras que el sector mencionado cuestiona. Lo único que quiero destacar es que todavía no es tiempo para hacer una evaluación de la obra de Chávez estrictamente apegada a la realidad y a la justicia histórica.. De allí que crea que, en beneficio de la equidad y la prudencia, lo mejor sería que esa decisión se le dejara a la posteridad para que, con la suficiente decantación que da el tiempo, pueda dar un veredicto justo y deprovisto de toda contaminación políticamente parcilizada.
Y en cuanto al referendo del que se ha oído hablar para determinar si Chávez se lleva al Panteón o no, hay que recordarles a los patrocinadores de esta idea que la misma no es una cuestión de mayorias y minorías sino de unanimidad. El país ya está suficientemente dividido como para crear un factor más de discordia y confrontación. En este sentido, el Mayor General Wilmer Barrientos tiene razón. Perece ser la única voz sensata en ese coro de atrabiliarios encabezado por Cabello. Coge mínimo, Diosdado.
Felicitaciones a nuestra Fuerza Armada por tan extraodinaria parada militar.