Revista Opinión

Peligroso Twitter

Publicado el 19 abril 2012 por Cronicasbarbaras

Cualquier gurú mediático de los miles que hay entre los 500 millones de usuarios de Twitter puede enviar irreflexivamente la primera idea que se le ocurra e iniciar un Efecto Mariposa que impulse a una lejanísima masa enloquecida a linchar a una familia ajena a su telemundo ególatra y exhibicionista.

Desnudar las emociones propias en Twitter sin cierto autocontrol puede divulgar una bobería, con frecuencia un eructo mental como el del estadounidense Spike Lee, que está a punto de costarle la vida a un par de ancianos.

Lee, notable cineasta negro y profesor de cine en la New York University, envió un tuit a sus 240.000 seguidores comunicándoles la dirección del hombre blanco que mató hace un mes a un adolescente negro, Trayvon Martin, en Stanford, Florida.

El supuesto homicida era un somatén nocturno voluntario –quieren reinstaurarlos en España-- que patrullaba para ahuyentar a los malhechores de su barrio.

Trayvon Martin no era un delincuente: estaba en la calle porque, según su familia, iba a comprar helados en una tienda nocturna.

El somatén dice que lo agredió, pero parece una defensa falsa.

Esta muerte llevó al presidente Obama a declarar, en una de sus irreflexiones raciales, y antes de conocer el informe policial, que el chico podría haber sido hijo suyo.

Los tuits comenzaron a clamar venganza y el cineasta se equivocó y dio la dirección de unos ancianos ajenos al homicida, que ahora están amenazados de muerte desde mil frentes.

Lanzarle a unos seguidores ideas o proponerles actos conforme salen de la cabeza puede provocar dramas: Twitter produce realmente el Efecto Mariposa.

Los gurús mediáticos exportando miles de ocurrencias, a veces bajo influencias químicas o alcohólicas, terminan descubriéndose: resultan ser bobalicones tan ridículos como algunos políticos cuyas ocurrencias espontáneas conocemos bien.

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