¡Casi me olvido! Creo que una vez termina el festival de cine de San Sebastián mi cerebro intenta bloquear todas las pelis soporíferas que vi y me da la sensación de que nunca existieron.
¡Pero existieron! ¡Y yo las vi todas! ¡Y no sólo las sufrí en su momento, sino que estoy dispuesta a recordar todo el amasijo de títulos que me aburrieron hasta el dolor para que vosotros no tengáis que tirar un montón de horas de vuestra vida como hice yo!
MI GENEROSIDAD NO CONOCE LÍMITES.
El caso:
Sunset Song (ID, Terence Davies, 2015)
Mirad, voy a copiar el resumen de imdb, para que no penséis que me invento que esta peli no tiene argumento:
La hija de un granjero escocés se hace adulta a principios de los años 1900.
Y ya está. En eso consisten las más de dos horas de Sunset Song. Es verdad que la imagen promocional tampoco intenta engañar a nadie:
Pero yo que sé, esperaba al menos más escenas bonitas en el campo o algo. Pues no. Lo que se ve en Sunset Song es a esa chica de la foto, llamada Chris e interpretada por Agyness Deyn (no lo hace mal) intentando sobrevivir a la convivencia de su absolutamente impresentable padre (muy convincente Peter Mullan). Bueno, y luego casándose y esas cosas que se hacían antes. Una historia por capítulos cuyas transiciones no se entienden nada bien, con personajes incoherentes o que aparecen y desaparecen sin que tengas muy claro de dónde han salido ni qué hacen ahí. Lo único que me ha parecido decente es la evolución de la protagonista, que parece que va generando algo de sangre en las venas según avanza la cinta.
My Golden Days (Trois souvenits de ma jeunesse, Arnaud Desplechin, 2015)
No sé cómo se llama en español, así que sospechad de todos los títulos franceses sobre jóvenes rebeldes y enamorados que veáis.
La historia no empieza terriblemente mal porque el protagonista (Paul Dédalus, interpretado por Quentin Dolmaire), aunque no se sabe por qué, parece que va a meterse en algún tipo de lío que incluye ceder sus documentos legales a otra persona. Si se hubieran centrado en eso a lo mejor habíamos tenido un argumento decente, pero como no, lo que My Golden Days nos trae es una aburrida historia de amor adolescente entre Paul y Esther (Lou Roy-Lecollinet).
La tal Esther es una maldita loca y una diva insoportable, así que el romance es uno de esos dramas adolescentes en los que cada día es una tragedia aunque todo vaya bien. A la mitad de los actores que salen no los distingo entre sí y según van pasando los minutos se va perdiendo el poco sentido que pudiera haber tenido en un principio.
Mountains May Depart (Shan He Gu Ren, Zhangke Jia, 2015)
Este drama cuenta la vida de Tao (Tao Zhao) en tres momentos diferentes: en 1999, 2014 y 2025.
Lenta, aburrida, generando algo de interés sólo en el tercio ambientado en el futuro, Mountains May Depart es, al menos, la menos terrible de las pelis de esta lista. No pasa gran cosa pero tiene algunos detalles simpáticos y al menos, aunque flojo, tiene un hilo conductor, que es la vida de Tao. Eso sí, como es una peli china, buena suerte distinguiendo a los actores.
Comparada con las demás del post es medio salvable; por sí sola, ni de broma. Eso sí, a casi toda la gente que la vio conmigo no le pareció tan mala. Por si os sirve de algo.
Back to the North (Xiang bei fang, Liu Hao, 2015)
Con una elegante y sobria fotografía en blanco y negro, Back to the North cuenta cómo Xiao Ai (Nan Sheng) intenta que sus padres tengan otro hijo porque ella tiene una enfermedad terminal y no quiere que se queden solos cuando ella muera.
Una fiesta.
Parece ser que hay un problema gordo en China derivado de la ley del hijo único y con lo que pasa con los padres cuando ese niño único muere, así que supongo que la temática social que hay detrás de la cinta debe de ser interesante; pero a efectos prácticos ésta peli no hay quien la vea. Nadie habla, nadie hace nada.
De hecho me salí del cine. Si alguien sabe si la muchacha consigue que sus padres tengan otro crío, que me lo cuente.
The Deamons (Les démons, Philippe Lesage, 2015)
The Deamons se centra en un niño llamado Félix (Edouard Tremblay-Grenier) y en cómo teme a cosas que no suponen ninguna amenaza mientras ignora, como es lógico porque es un crío, peligros reales que existen en su turbio vecindario.
O eso es lo que creo que ha querido contar el director. La realidad es que esta peli habla más bien del día a día de un niño perturbado que está enamorado de su profesora de gimnasia. Y cuando digo día a día, me refiero a la versión tediosa y casi literal del día a día. En la primera escena no te ponen la clase entera de educación física del muchacho éste de misericordia. Niños saltando, niños haciendo estiramientos, niños aburriéndome enormemente.
Tiene ciertas ideas que podrían haber sido útiles pero que se quedan en nada, como la maldad innata de algunos niños o cómo confiamos en algunas personas por razones que no son realmente válidas. Cuando aparecen esos peligros auténticos que mencionaba al principio parece que la historia va a ir a alguna parte, pero esa línea argumental se ataja en seguida y de la manera más fácil y menos elaborada posible. Hablando después con Buckner sobre la película vi lo que puede ser el único punto medio interesante de este barullo de argumento, que es cómo el crío protagonista, que tiene miedo de tonterías e ignora peligros reales, tiene pinta de estar en camino de convertirse en ese tarado peligroso al que deberían temer los niños. Por lo demás, algunos personajes secundarios no están mal y de vez en cuando hay alguna escena que al menos consigue dar mal rollo.
Una película que desperdicia los pocos detalles aprovechables de los que dispone. Me aburrí tanto que ni fui a la rueda de prensa.
Y eso es todo. Horas de mi vida que ya nunca recuperaré.
p.d. Me encontré a Nan Sheng en el baño y huí como pude, mitad por si me enganchaba y era tan aburrida como en Back to the North, mitad por si me veía en la coyuntura de tener que decirle que me había salido de su película. Poner a parir a esta gente es más fácil cuando no tienes que encontrártelos después por el pasillo.