La asesoría de imagen, esa “gran desconocida en nuestro país”, ofrece nuevas oportunidades de negocio, también en el salón. Pero antes de profundizar en este perfil de peluquero y personal shopper, es preciso tener claros una serie de conceptos.
Un estilista basa su trabajo en la tendencia. Es decir, todo aquello que se lleva y está de moda. Su prioridad es realzar esa tendencia en el usuario. Por el contrario, un asesor de imagen le da importancia al individuo, sus formas y proporciones. Y en este sentido, utiliza la tendencia aunque no se focaliza en ella.
Un asesor de imagen realiza un estudio antropométrico del cuerpo del cliente con el propósito de averiguar aquellos elementos característicos de su anatomía.
Personal shopper, ideal para clientela a la que se conozca bien
Lo ideal es ofrecer el servicio de personal shopper a clientes con los que haya un “cierto grado de confianza en el salón”. Antes de iniciar cualquier proceso de asesoría de imagen, entrevistamos al cliente para conocerlo mejor. Necesitamos saber su estilo, estatus social y entorno en el que se relaciona. Finalizada la entrevista, le hacemos varias fotografías en ropa interior, como parte de este estudio previo de asesoría de imagen. Solo así, podremos potenciar formas y rostro y no disfrazar a la personar estos síntomas.
La asesoría de imagen incluye un total look personalizado, que encaje con el estilo de la persona y las sensaciones que desee transmitir. Lo importante es educar al cliente: con cuatro prendas básicas y unos complementos buenos puede relanzar su estilo al máximo.
Un servicio muy rentable para el salón
El servicio de personal shopper consiste en organizar un itinerario con el cliente por varias tiendas de moda, a las que el asesor/peluquero ha acudido con anterioridad para seleccionar las prendas, tejidos y colores adecuados. En función del presupuesto, se preparan y muestran diversos looks adaptados a la persona. El servicio incluye un estudio de fondo de armario previo. El asesor se desplaza al domicilio del cliente para ordenar y organizar su armario, descartar las prendas que ya no usa, reservar las que sí pueda necesitar y enseñarle a jugar con los básicos que sí le sean útiles. Con anterioridad a una ruta personal shopper, ya se ha definido el corte, color y peinado que llevará el cliente.
La asesoría de imagen está pensada para clientela con un nivel adquisitivo alto, que sin duda puede dejar una gran rentabilidad en el salón. Las cifras lo dejan claro: el estudio antropométrico y la entrevista pueden alcanzar los 200 euros. Después, la asesoría de imagen completa y los tests de colores se aproximan a los 600 euros. Y por último, las rutas de personal shopper se cotizan a 85 euros la hora. En nuestro país se utiliza mucho la asesoría de imagen, aunque no nos lo vendan así. Si bien es un servicio caro, es preciso adaptarse a todo el mundo a nivel adquisitivo”