Miércoles 15 de agosto
Día de traslado hasta llegar a Tenby, puerta de entrada al Pembrokeshire Coast National Park. Pero antes de llegar a destino hacemos varias paradas por la zona de Gower Peninsula, una costa llena de playas de arena blanca, enormes acantilados y pequeños pueblos que reciben la visita, asiduamente, de algunos personajes de Hollywood (no hemos tenido la suerte de encontrarnos con ninguno).
The Mumbles con su pintoresco espigón (actualmente en restauración) y sus playas colindantes hacen de esta población el centro turístico de la zona por excelencia.
La costa de la península tiene fantásticas playas, pero si hay una que es ineludible es la de Three Cliffs Bay llamada así por los tres picos que parecen surgir del mar. Esta playa, a la que solo se puede acceder a pie o a caballo, suele ser la más votada como la mejor playa británica. Para llegar hasta ella hay que aparcar en Parkmill y andar aproximadamente un kilómetro por un sendero de fácil acceso. Y, si el día acompaña, es perfecta para hacer un picnic sentados en la húmeda arena cuando la marea está baja.
La Gower Peninsula termina, espectacularmente, con las tres millas de arena dorada que bordea la Bahía de Rhossili, lugar predilecto de surferos por sus fuertes vientos y oleajes. En su extremo sur se levanta un promontorio que con la marea alta se convierte en isla y que toma su nombre, Worms Head, de wurm (dragón en inglés antiguo) en referencia al parecido del perfil de monstruo del lago Ness. Hay solo una ventana de cinco horas al día para acceder a él y poder volver a tierra firme entre las mareas altas. Si obviamos este horario despediros de volver hasta el día siguiente y rezar para que el tiempo acompañe para pasar la noche a la intemperie, cosa que en este lugar no suele pasar a menudo.
Es hora de irnos ya a buscar el nuevo camping, aún tenemos unos pocos kilómetros hasta llegar al Condado de Pembrokeshire y no tenemos nada reservado a la espera de que por esta zona no sea complicado encontrar plazas vacías.
Sobre las siete de la tarde llegamos a Manorbier Country Park, una ciudad de vacaciones a la inglesa con piscina cubierta, gimnasio, sauna… Aunque en esta zona hay muchos campings y algunos de ellos son pequeñas granjas, un estilo que a nosotros nos encanta, decidimos que el resort es mejor opción, por esta vez. El motivo se llama Ariadna y tiene doce años, disfruta como una loca con las piscinas y ya que en este viaje no hay ninguna actividad infantil dedicada a ella, vamos a darle este placer.
Jueves 16 de agosto
Parece que el sol nos acompañará hoy. Aunque las nubes hagan, siempre, su acto de presencia, el buen tiempo es esencial para disfrutar en toda su plenitud de los paisajes de la Pembrokeshire Coast National Park.
A lo largo de 186 millas de paisaje costero transcurre la Coast Path, una de las rutas de larga distancia más espectaculares de Gran Bretaña. No hace falta ser un experto senderista para admirar los vertiginosos acantilados y sus maravillosas playas, la ruta puede dividirse en pequeños tramos dependiendo de nuestro aguante dando comienzo en algunos de los parkings habilitados para ello.
En Freshwater East iniciamos nuestra primera incursión a la Coast Path. Nos dirigimos hacia el oeste dirección Barafundle Bay, pero este tramo puede resultar algo complicado con la tierra húmeda por la estrechez del camino y lo sombrío en algunas zonas que no deja secar bien el fango y es fácil resbalar constantemente. Tras una hora andando, decidimos volver por donde habíamos venido y probar una segunda opción para llegar a Barafundle Bay. Pero antes, en la playa de Freshwater East, nos sentamos a hacer nuestro habitual picnic rodeados de familias galesas que aprovechan el soleado día de agosto para pasar un rato haciendo enormes castillos en la arena, correr con sus perros, tomar el sol vestidos y resguardados con paravientos (hace sol pero calor, como que no…) y los más osados, darse un baño con su traje de neopreno para protegerse de las heladas aguas atlánticas.
El parking para acceder a Barafundle Bay se encuentra en Stackpole Quai y el camino hasta ella es mucho más sencillo que el anterior. Un sendero abierto por lo alto de un acantilado al que se accede por escaleras, lleva hasta la concurrida playa después de unos veinte minutos caminando. Las vistas son espectaculares desde el Stackpole Park, pero hay que seguir por el sendero tras atravesar la playa hasta llegar al Stackpole Head y seguir hasta el Gun Cliff si no queremos perdernos las mejores vistas de este tramo.
El sendero sigue por toda la costa, pero para nosotros el senderismo se acabó por hoy, nos espera la piscina que tiene horario inglés y a las seis de la tarde cierra puertas.
Sin embargo el día no finaliza aquí, después del chapuzón y una ducha, nos vamos a cenar al único pub de Manorbier, la pequeña aldea donde estamos alojados. Es el Castle Inn, un pub tradicional lleno de gente local y turismo británico, donde saboreamos unos platos caseros acompañados de una pinta de cerveza. A destacar, especialmente, el steak and ale pie, un pastel de ternera a la cerveza muy típico de la cocina inglesa. Aunque no vamos a menospreciar ni la lasaña ni el arroz salvaje al estilo marroquí.
Me encanta, de este país, poder decir tan pronto: ¡Buenas noches!
Viernes 17 de agosto
De nuevo un día gris.
El animado pueblo de Tenby está considerado como uno de los más bonitos de Gales y razón no les falta. Bullicioso, con casas pintadas de vistosos colores pastel y unas playas que lo enmarcan, mezcla un ambiente pesquero y tradicional con elegantes mansiones georgianas y calles medievales con pubs y tiendas de dulces y helados.
En verano suele estar lleno de gente pero no por ello resulta menos agradable darse un paseo por él y, aunque el día sigue gris y nuboso, un picnic sentados en un banco de North Walk nos regala unas bonitas vistas del Castle Hill, el puerto y sus casas de color.
Aprovechamos que sigue sin llover para hacer un tramo más de la Coast Path. Aparcamos en Bosherston y seguimos el sendero que transcurre por el Lily Ponds y el Fish Pond, estanques cruzados por puentes y llenos de nenúfares, hasta llegar a la playa de Broad Haven South, enmarcada por acantilados de piedra caliza gris y pilas de mar puntiagudas. El camino, ida y vuelta, es sencillo y puede hacerse en una hora.
Esta tarde toca de nuevo un baño en la piscina mientras la lluvia deja atrás su tregua y vuelve a hacer acto de presencia.
Sábado 18 de agosto
Hoy ha sido de esos días en los que recuerdas y entiendes perfectamente porque nuestras costas están llenas de turistas ingleses que solo buscan sol y playa. Se ha pasado el día con una lluvia constante y tan fina que parece estar en suspensión, ni siquiera el paraguas sirve para nada porque viene de todos lados. Sí, es cierto que sabíamos a donde veníamos a pasar las vacaciones, pero siempre esperas tener suerte y que el sol aparezca más de lo habitual.
Por suerte es día de traslado y lo que teníamos previsto para hoy con lluvia o sin ella podremos verlo.
Primera parada, Carew Castle que asoma sobre el río Carew reflejándose en sus aguas. En verano hay un programa de eventos medievales y actividades familiares al aire libre, pero mucho me temo que con esta lluvia las actividades quedaran apagadas. No nos quedaremos a comprobarlo.
Siguiente parada, Pembroke, pueblo que le da nombre al condado y al parque nacional, con su espectacular castillo en lo alto del promontorio.
Los paseos hoy son poco agradables, con los ojos entornados para evitar que la lluvia se te meta en ellos y mucho menos apacible es hacer un picnic con vistas así que lo mejor es hacer turismo gastronómico y meternos en Rowlies Fish & Chips para comernos un buen trozo de pescado rebozado con patatas fritas.
Seguimos la ruta hacia St. Davids uno de los principales puntos turísticos de la región y del parque nacional, pero ya que el día no permite hacer muchas cosa más, contratamos un paseo a caballo por las playas de la zona en Nolton Stables. Mientras llega la hora acordada aprovechamos para ir a dejar la caravana a uno de los muchos campings que hay en St. Davids, muchos de ellos, los que ofrecen mejores vistas a los acantilados están ya llenos. Probamos suerte a las afueras y conseguimos una pitch en el Hendre Eynon Caravan and Camping Site, una granja de vacas que ofrece sus terrenos a los campistas con servicios básicos pero limpios y un descanso asegurado por las noches donde reina el máximo silencio y una oscuridad total.
El paseo a caballo durante casi dos horas por la playa (£52,5 por persona) parece cumplir con las expectativas de Jose y Ariadna que llegan encantados de vuelta al camping. Yo esas actividades las sustituyo por momentos de relax para escribir, recoger y organizar los días siguientes.
Domingo 19 de agosto
Parece que la lluvia nos dará un pequeño respiro, pero nada de hacerse ilusiones porque los pronósticos no son nada halagüeños y se prevé una semana complicada.
La pequeña población de St. Davids es uno de los centros neurálgicos del Pembrokeshire Coast National Park y de sus alrededores salen algunos de los senderos más impresionantes del Coast Trail. Es, además, un importante centro de peregrinación dedicado al patrón de Gales, Saint David. Su catedral, erigida sobre los cimientos de la iglesia de Saint David, es la más grande del país y desde el inicio de su construcción, en el siglo XII, ha sufrido diferentes modificaciones hasta llegar a su apariencia gótica actual. Frente a la catedral se sitúa el bishop palace, un palacio episcopal del que solo se conservan algunos restos.
Haciendo tiempo para que se despeje un poco el cielo, tal y como indican las previsiones, compramos unos sándwiches y unos pies en St. Davids Food and Wine una tienda de delicatessen donde abastecerse para hacer un picnic de lujo.
A primera hora de la tarde, empezamos el tramo de sendero que recorre la costa desde Porthclais a St. Justinian, unas cinco millas (8 kilómetros) que transcurren por lo alto de los acantilados con unas vistas espectaculares a lo largo de todo el trayecto hasta llegar frente la costa de la Ramsey Island, una reserva natural de aves y desde donde pueden avistarse focas y, con suerte, delfines y ballenas. En St. Justinian cogemos el bus que recorre los principales puntos de interés y parkings desde donde salen los senderos de la zona para llegar de nuevo hasta Porthclais, nuestro punto de inicio y donde tenemos aparcado el coche.
Aprovechando los rayos de sol que se hacen paso entre las nubes y la subida de temperaturas, tomamos un cremoso helado y un enorme batido en St. Gianni’s Ice Cream. Nada que envidiar a los auténticos italianos.
Cuando el sol empieza a caer a través de las nubes bajas, las siluetas de los surferos que remontan las olas en la Whitesands Beach son pura maravilla. Pequeñas cenas familiares, perros corriendo por la orilla y otros disfrutando de un baño. Las playas de Gales desbordan vida en cualquier momento del día aunque el clima no sea el esperado para esta época.
Lunes 20 de agosto
Despertamos con otro maravilloso día lluvioso y con este panorama cambiamos planes, en lugar de ir mañana hacia el norte y bajar hacia el centro hasta Brecon Beacons National Park, lo haremos al revés. Nadie nos asegura que con este cambio cojamos buen tiempo en Snowdonia, pero las previsiones para estos próximos días no son demasiado buenas y esperamos que la cosa cambie.
De momento, por hoy seguimos con la península de St. Davids. Solva, a pocos kilómetros hacia el sur, es una pequeña joya para pasear al borde de su puerto ubicado en una ensenada rodeada de acantilados, para tomar un té en una de sus teterías o para pescar cangrejos en el puerto con unas cuerdas preparadas que venden en la tienda de souvenirs a £2. El sistema es bien sencillo y funciona de maravilla, además de no hacer daño al animal si tu intención no es comértelo. Al final de la cuerda hay un peso metálico y una bolsa de red donde metemos un trozo de carne cruda o, en nuestro caso, un pedazo de fuet, los cangrejos acuden al olor del alimento y se enganchan en la red. De un solo plumazo llegamos a sacar tres cangrejos, que nosotros volvíamos a dejar caer al mar.
Por la tarde y viendo que el tiempo “mejora” nos dirigimos hacia Porthgain, un pequeño puerto desde donde antiguamente se transportaba pizarra y granito de las canteras próximas y situado en una antigua fabrica de ladrillo de la que solo quedan algunos vestigios de su pasado. Desde aquí sale uno de los senderos más bonitos que recorren la costa galesa, tres kilómetros de impresionantes acantilados que con el cielo gris y espeso le da al paisaje un aire un tanto dramático. Muy cerca de Abereiddy Beach, llegamos a la Blue Lagoon, una antigua cantera de pizarra inundada convertida en una pequeña laguna de una azul turquesa intenso debido a su profundidad. Familias enfundadas en sus trajes de neopreno se bañan y saltan desde las paredes verticales de la antigua cantera.
En la playa cercana empieza a llover pero, a pesar de ello, decenas de surferos de todas las edades esperan la mejor ola.
Martes 21 de agosto
Hoy toca traslado de campamento y, tal y como planeamos ayer, nos dirigiremos hacia Brecon Beacons National Park en lugar de ir hacia Snowdonia. Pero antes de dejar Pembrokeshire visitaremos dos de las últimas poblaciones del parque nacional en la zona norte, Fishguard y Newport.
Fishguard, totalmente evitable a no ser de que se quiera hacer kayac, es un pequeño puerto pesquero sin demasiado encanto, o nosotros no se lo hemos sabido ver.
Newport, ubicado a los pies de un hill y cerca del mar, es una pequeña población resguardada por un castillo normando (hoy privado) con casitas llenas de flores. En los últimos años ha ganado gran reputación por sus restaurantes y alojamientos, circunstancia que aprovechamos para comer y despedirnos de la zona con buen sabor de boca. El pub The Golden Lion es de esos lugares típicamente británicos, con suelo enmoquetado, maderas oscuras y muchos dispensadores de diferentes cervezas. Comemos un chicken pie with puff pastry lid (pastel de pollo con tapa de hojaldre, el interior es como una sopa espesa), un fish and chips rebozado con cerveza tipo ale, un pollo al curry y unas pintas de cerveza, como no podía de ser de otra manera.
Por la tarde tenemos una tirada hasta Brecon, entrada al Brecon Beacons National Park. Complicado encontrar plaza de camping en esta zona muy concurrida por senderistas, pero siempre nos quedan las auténticas farms que nos encantan. En Aberbran Fach Campsite estaremos casi sin vecinos, rodeados de ovejas que pastan a sus anchas y el mugir de las vacas como único sonido que se oye por las noches.
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