Un tribunal egipcio ha decretado pena capital para los responsables de la muerte de 74 personas y un millar de heridos en la tragedia de Port Said
EGIPTO.-Los 21 condenados son los responsables de una de las tragedias más graves acontecidas en un estadio de fútbol que se recuerdan, en el que los enfrentamientos entre ultras se sucedieron en el marco del período de transición guiado por el Ejército egipcio tras el derrocamiento de Hosni Mubarak.
Los otros 52 acusados escucharán su veredicto el próximo 9 de marzo. Los incidentes tuvieron lugar el 1 de febrero de 2012 durante el partido que enfrentó al Al Masry y el Al Adly. A pesar de que inicialmente se sospechó de un enfrentamiento puramente limitado a ambas aficiones, a las pocas horas de los incidentes varios grupos de oposición acusaron al entonces principal órgano ejecutivo del país, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), de instigar los acontecimientos. Entre los críticos del Ejército se encontraban los Hermanos Musulmanes, la base del partido del presidente Mohamed Mursi quienes en su momento culparon a "una mano invisible", en referencia al jefe del CSFA, el mariscal Mohamed Tantawi, de los enfrentamientos en el estadio. Diez días después de la tragedia, los investigadores concluyeron que los actos fueron planeados por anticipado por grupos ultras con la posible colaboración de simpatizantes del antiguo régimen del ex presidente Hosni Mubarak, y se agravaron con la complicidad de los responsables del estadio y de las negligentes fuerzas policiales egipcias. La sentencia ratifica los videos de seguridad en los que se aprecia cómo la Policía permanece impasible ante los enfrentamientos, y acusa a los responsables del estadio de cerrar las salidas, subir el volumen de los altavoces para "tapar la masacre" y apagar las luces del estadio, según informa el diario 'Al Masry al Youm'. Poco después de conocerse la decisión del tribunal, un grupo de familiares de los condenados, así como aficionados del club de fútbol Al Masry se dirigieron embravecidos a la cárcel en la que se encuentran retenidos con la intención de asaltarla. Los últimos reportes apuntan a la muerte de 31 personas, entre ellas, varios policías, por heridas de bala.