En un punto medio de la carretera N-122, que une Valladolid con la localidad de Aranda de Duero, surge, elegante y señorial, Peñafiel, dominada por la imponente mole de su espectacular castillo (siglo X) Declarado Monumento Nacional, figura entre las más bellas construcciones de Castilla y está repleto de una apasionante historia intramuros.
El castillo de Peñafiel es largo y fino como una daga en la cresta roqueda sobre la que se asienta. Desde muy lejos, en el paisaje llano que abarca las riberas del Duero y el Duratón, la fortaleza y su torre del homenaje avisan que las vides y los trigos tienen dueño. En este castillo se refugió Alfonso I el Batallador acosado por su esposa Urraca de Castilla. También moraron aquí el infante don Juan Manuel (autor de El conde Lucanor y sobrino del rey Alfonso X el Sabio), y el codicioso señor de horca y cuchillo don Pedro Téllez Girón, maestre de Calatrava (siglo XV)
Castillo medieval de Peñafiel./Numisfiel
El castillo alberga el Museo del Vino, dos planas de exposición que explican al viajero de la manera más didáctica la historia de los caldos, amén de ofrecer un cursillo acelerado de viticultura. El cerro de la fortaleza está minado de bodegas subterráneas, algunas de hasta 200 metros de galerías donde se trata el vino a temperatura constante.
No obstante, antes de la presencia castellana por estas tierras, el origen de Peñafiel se remonta a culturas prehistóricas, al haberse encontrado restos de asentamientos vacceos en los alrededores. Aunque es durante la Reconquista cuando a desarrolla un importante núcleo urbano. Desde su fundación en el año 1013, Peñafiel albergó un gran número de edificios civiles y religiosos de lustre. Así, desde la Edad Media llegó a contar con hasta 18 iglesias, tres conventos y seis ermitas.
Convento de San Pablo./Zarateman
De la veintena de edificios religiosos que tenía Peñafiel, la mayoría han desaparecido. De la antigua iglesia de San Esteban, en sus orígenes románica, se conserva la torre del Reloj. La iglesia del convento de San Pablo (siglo XIV), construida por el infante don Juan Manuel para servirle de sepultura, guarda en su interior diversos motivos ornamentales junto a ménsulas, escudos y ángeles. Se levantó sobre el antiguo alcázar de Alfonso X,
La iglesia de Santa María muestra un depurado estilo plateresco. En su interior se ve el Retablo de la Virgen de Pajares (siglo XVIII) y un Museo de Arte Sacro con diversas piezas de interés. La iglesia de San Miguel de Reoyo (siglo XVI), de estilo herreriano, presenta portada de medio punto flanqueada por columnas y rematada por un frontón. Tiene pinturas al fresco en el ábside. Por su parte, la iglesia del convento de Santa Clara ofrece una cúpula decorada con yeserías y cuatro retablos barrocos con columnas salomónicas del siglo XVIII.
La Plaza del Coso./Barcex
Antes de abandonar Peñafiel debe visitarse la plaza del Coso, donde en la Edad Media se celebraban las corridas de toros que perduran en la actualidad. Se encuentra rodeada de edificios antiguos levantados en adobe, piedra y madera, con balcones decorados con motivos florales. En los alrededores de la localidad, varios puentes merecen la atención del viajero: el Puente de la Leona y el Puente de la Judería.
No se puede obviar la destacada presencia que el vino tiene en estas tierras. El castillo domina sobre el cerro sus fértiles tierras, cubiertas de cepas. Los viñedos de Peñafiel marcan el devenir de la vida y la actividad cotidiana de sus lugareños, donde se concentra el mayor número de bodegas de las más destacadas y mejor consideradas de los bien afamados vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Toda una delicia visual, olfativa y, sobre todo, gustativa.
Bodega de Protos diseñada por Richard Rogers./Danidemanu
Una de las más destacadas es la Bodega Protos, que, con más de dos kilómetros de galerías y nada menos que 3.000 barricas, es la mayor de toda la zona. Fueron ampliadas por el popular arquitecto británico Richard Rogers, ganador del Premio Pritzker.
Nada mejor que disfrutar de un pequeño resumen visual de lo que le espera al viajero si tiene la intención de hacer las maletas y emprender rumbo a esta coqueta localidad vallisoletana. Peñafiel es algo más que un referente turístico de la comunidad de Castilla León. Dale al play y disfruta de lo que te espera:
Dónde dormir: Hotel Ribera del Duero; avenida Escalona, 17; 47300, Peñafiel (Valladolid) teléfono: 983873111.
Dónde comer: Restaurante Molino de Palacios; avenida de la Constitución, 16; 47300, Peñafiel (Valladolid) teléfono: 983880505.